parte 15

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Al salir del restaurante, la noche estaba llena de risas y bromas. Hanni y Minji anunciaron que se iban, pero el resto del grupo no estaba listo para dejarlas ir.

—¡No se vayan todavía! —protestó uno de sus amigos—. ¡La noche apenas empieza!

—¡Sí! ¡Quédate un rato más! —dijo otro, exagerando un tono dramático.

Hanni sonrió, pero negó suavemente—: No puedo, chicos. Ya es tarde, y mis padres me dijeron que tenía que volver antes de la una.

Entre más protestas y bromas, todos terminaron por aceptar que era momento de despedirlas. Hanni y Minji intercambiaron una mirada cómplice mientras salían del restaurante y se dirigían hacia la acera. El aire nocturno estaba fresco, y la sensación de cercanía entre ambas hacía que el momento se sintiera especial.

—¿Quieres que te lleve a casa? —preguntó Minji con una sonrisa, quedándose parada junto a Hanni en la acera.

—Eso estaría genial, gracias. —respondió Hanni, sonriendo.

Minji sintió que su corazón latía más rápido mientras miraba a Hanni. Había algo en esa sonrisa que le daba valor. Con disimulo, se acercó un poco más y, en un momento casi instintivo, tomó suavemente la mano de Hanni. La sorpresa hizo que Hanni se atragantara con la Coca-Cola que acababa de beber.

—¿Qué… qué haces? —preguntó Hanni entre risas, todavía un poco aturdida.

—No sé… solo… —Minji le devolvió la sonrisa, divertida—. ¿Te molesta?

—Para nada. —dijo Hanni con una sonrisa, su tono tímido y sus mejillas sonrojadas.

Ambas se miraban, y aunque no decían nada, la intensidad en sus ojos lo decía todo. Hanni miraba a Minji, tratando de descifrar ese brillo en su mirada, y justo cuando parecía que algo más iba a pasar entre ellas, una voz interrumpió el momento.

—¡Chicas! —gritó Kai desde la entrada del restaurante—. ¡Olvidaron sus llaves!

Ambas se separaron rápidamente, casi como si hubieran sido atrapadas haciendo algo prohibido. Hanni sintió cómo su rostro se sonrojaba aún más, y Minji dejó escapar un suspiro frustrado, apretando los labios mientras miraba a Kai acercarse con una sonrisa despreocupada.

—Gracias, Kai… —dijo Minji con tono controlado mientras tomaba las llaves.

Kai, sin entender la tensión, solo les sonrió—: Bueno, que tengan una buena noche. ¡Nos vemos luego!

Kai se alejó y volvió al restaurante, dejando a Minji y Hanni en la acera. Hanni le lanzó una mirada divertida a Minji, que parecía contener una mezcla de molestia y frustración.

—Maldito Kai… —murmuró Minji entre dientes.

Hanni soltó una risa, divertida—: Oye, no le digas así. Es mi amigo, ¿recuerdas?

Minji puso los ojos en blanco, con una media sonrisa—: Lo sé, pero… siempre aparece en el momento menos indicado. Me frustra que nos interrumpa justo cuando…

Hanni le sonrió con picardía, sus ojos brillando con curiosidad—: ¿Nos interrumpe justo cuando… qué?

Minji dejó escapar una risa suave, y miró a Hanni con una mezcla de diversión y ternura. Sin responder con palabras, se inclinó hacia ella lentamente, acercándose un poco más, y deslizó una mano alrededor de su cintura, atrayéndola suavemente hacia sí.

Con un susurro, Minji dijo—: No sabes cuánto tiempo he querido hacer esto…

Hanni apenas pudo reaccionar cuando Minji se inclinó y le robó un beso. Fue un beso suave, lleno de la emoción y el nerviosismo de lo desconocido, pero también con esa intensidad que ambas habían estado guardando. Hanni, sorprendida al principio, cerró los ojos y dejó que el momento la envolviera, sintiendo una calidez que le hacía olvidar todo lo demás.

Amor a Primera Discusión (Bbangzas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora