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Monza, Italia





El autodromo de Monza estaba repleto de gente gritando euforicamente. Habían pasado varios meses desde la ultima vez que Carmela había asistido a algun Gran Premio de la Formula 1, y la energía del lugar instantaneamente le recordó por que le gustaba tanto.

Franco había cumplido con lo que le había dicho en su mensaje y Carmela había ingresado facilmente por la entrada de personal autorizado, recibiendo un carnet de VIP de Williams. Seguía sin entender el gesto del argentino, pero de igual manera le agradaba.

Despues de discutirlo por varias horas con Lia, Carmela había venido sola, acompañada por uno de sus empleados de seguridad, que caminaba unos metros detras de ella vestido de civil para no llamar la atencion. Lia había declarado que tenía demasiadas cosas que hacer y organizar para el viaje a Francia, que ocurría el martes siguientes y la destinaría a la proxima fecha de su tour en Paris. Le hubiera encantado estar con su mejor amiga viendo la carrera, para tener una cara conocida con ella, pero sabía que Lia prefería mil veces quedarse en la pileta del hotel antes que pararse a ver autos pasar frente a ella bajo el sol.

Carmela no compartía, pero entendía la posición de su amiga. Asi que fue sola.

La argentina caminó entre la gente, notando las miradas de las personas que le pasaban por el lado, pero decidió ignorarlas y concentrarse en la sensación del sol sobre su cara, reflejando en los lentes que tapaban sus ojos.

Desde el camino que la llevaba al hospitality de Williams, Carmela podía ver las tribunas repletas de gente, y la presencia de algunas banderas argentinas la hizo llenarse de orgullo. A pesar de estar del otro lado del mundo, su gente había venido a apoyar a Franco. Esa era la cantidad de pasión que el chico movía.

La region de los hospitalities de los distintos equipos estaba poblada de trabajadores de la Formula 1, mecanicos que corrian de aca para alla, gente de prensa tratando de conseguir alguna entrevista con alguien que pasara por alli, e incluso algunos de los corredores charlando con sus ingenieros.

Ninguno de los corredores que ella conocia personalemente, que eran pocos, se encontraba en la zona, por lo que no frenó y siguió su camino hacia el lugar donde Franco supuestamente la estaba esperando. Poco a poco, el hospitality de Williams empezó a aparecer en su campo visual, y los nervios empezaron a crecer dentro de ella.

De que iba a hablar con el? Apenas habían hablado 20 minutos y había sido acompañados de otra gente. Ahora ella estaba sola, y no lo conocía, no tenia ni idea de sus gustos, o las cosas que le interesaban. Que se suponía que iba a hacer ahí?

Con una respiración profunda, decidió que ya no podía hacer nada. Ya había llegado, ya estaba ahí, y lo unico que le quedaba era disfrutar el momento. Si su conversación con Franco era pesima, entonces se iría al hospitality de Ferrari, donde Carlos Sainz y su novia Rebecca, que era amiga de Carmela, la recibirían sin problema.

Tranquila con su decision, Carmela empujo la puerta del hospitality de Williams e ingreso con confianza. El interior estaba mucho mas tranquilo que la calle de afuera y era muchisimo mas grande de lo que esperaba. Había varias mesas junto a grandes ventanales de vidrio, donde la gente se sentaba a disfrutar un cafe y la actividad que se podía observar en el exterior. Unos sillones se encontraban del otro lado de la sala, con toda la mueblería combinada en tonos de blanco y azul, los tipicos colores de Williams.

Nunca había ingresado al hospitality de Williams, y le sorprendía lo calmo y agradable que era estar ahí. Le generaba una paz que no podía explicar del todo.

COSAS QUE ODIO DE VOS [ franco colapinto ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora