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Monza, Italia



Verlo a Franco correr fue de las cosas mas apasionantes que vivió Carmela en toda su vida. La emoción que le generaba ver a un argentino corriendo de vuelta por esas pistas era de otro nivel, y Franco había corrido increiblemente.

Había arrancado en la anteultima fila, en la posición 18, y cada posición que avanzó hasta el puesto 12 se había festejado como una victoria en el equipo de Williams. El argentino lo había dado todo en su primer carrera, y lo había hecho excelente, haciendo que todos esten completamente orgullosos del chico, incluida Carmela.

Martina no se había despegado de ella en ningun momento, obedeciendo la orden que Franco le había, y Carmela tenía que admitir que la había pasado espectacular junto a la menor de los Colapinto. Martina tenía la misma sonrisa amable, algo que claramente habían heredado de Andrea, y humor rápido y honesto que Franco, lo que Carmela rapidamente notó que habían aprendido de Anibal.

Los tres miembros de la familia Colapinto la habían incluido a su grupo por esa tarde y, por primera vez en mucho tiempo, se había sentido parte de una familia. Aunque no era la suya.

Apenas termino la carrera, Carmela camino junto a Martina, con Andrea y Anibal siguiendolos por atras, hasta la pista, donde se estaban juntando todos los corredores que terminaban la carrera.

Apenas llegaron, Carmela lo vió a Franco al instante, como si fuera el unico que resaltaba entre la marea de gente. Estaba parado junto su auto mientras hablaba con Alex Albon, con su casco calzado bajo la axila y el pelo alborotado en todas direcciones.

Unos metros mas adelante, Charles Leclerc festajaba con Ferrari su victoria en la casa de su equipo, y el corazon tifosi de la argentina celebró silenciosamente junto a el. Pero tenía otro objetivo antes que celebrar la victoria de Ferrari, y era felicitar a Franco.

Carmela se quedo junto a la familia de el, esperando a que terminará de hablar con Albon y su equipo, hasta que finalmente el argentino se dio vuelta y comenzó a caminar hacía el grupo. La sonrisa de Franco era gigante en su rostro, y lo primero que hizo cuando alcanza a su familia fue rodear a sus padres en un gran abrazo.

Anibal, el padre de Franco, reía fuertemente en el odio mientras le daba palmadas llenas de orgullo en la espalda a su hijo. Andrea, en cambio, colocó su mano sobre la cabeza de Franco y acariciaba su pelo cariñosamente.

Ante la escena, Martina se tiró sobre ellos, haciendo que casi pierdan el balance, lo que hizo que Carmela se riera suavemente. El sonido que salió de la boca de la chica hizo que Franco levantará la cabeza para observarla desde el abrazo de sus padres. Carmela le sonrió, manteniendo su distancia para permitirle ese momento con su familia.

Apenas se separaron, Franco caminó hacia ella, pasando su mano por los rulos que decoraban su cabeza, en un intento de acomodarlos aunque parecía imposible.

-Te daría un abrazo pero estoy todo chivado. -informó el argentino, haciendo que la sonrisa de Carmela creciera levemente.

-Mira si me va a importar esa boludez -fue lo unico que dijo antes de acercarse y rodear sus brazos por su cuello -. Cumpliste, Franquito.

Las manos de Franco se apoyaron suavemente sobre la cintura de Carmela, como si dudará si estaba bien, hasta que finalmente, las posiciono con firmeza.

COSAS QUE ODIO DE VOS [ franco colapinto ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora