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Paris, Francia



A dos dias de su primer show en Paris, las cosas no estaban yendo exactamente como Carmela o Lia esperaban. El estres era palpable en la habitacion donde las dos argentinas se estaban hospedando, y la cantante podía asegurar que se estaba por quedar pelada.

Carmela tenía dos grandes problemas, que ni siquiera Lia sabía como solucionar:

1. Una gran tormenta había pasado por Paris la noche anterior y, aparentemente, había filtraciones en el techo donde Carmela iba a tocar. Como consecuencia, el espacio estaba lleno de agua, y no se sabía si iba a estar habilitado para ese fin de semana.

2. Una de las bailarinas principales de su show se había enfermado, y ahora tenian dos dias para conseguir una nueva bailarina que sea lo suficientemente talentosa para aprenderse todas las coreografias antes del show.

Sumado a eso, Amy Stale, actual novia de Ronnie, había dado una entrevista donde se la había pasado tirando comentarios pasivo-agresivos hacia la argentina. Carmela no sabía cual era el problema de la otra cantante con ella (si en todo caso la que tendria que estar enojada con alguien era ella), pero a la morocha no le había gustado nada todo lo que había dicho esa mujer, sobre todo porque era una sarta de mentiras. 

Tampoco le gustaba que el proximo fin de semana le iba a tener que ver la cara, tanto a ella como a Ronnie, en la entrega de premios a la cual tenia que ir. Pero ese era un problema para la Carmela del futuro. 

Con frustración, Carmela pasó su mano por su pelo, despeinandose levemente en el proceso. Era increible como podian cambiar las cosas en un par de dias. El fin de semana pasado, Carmela había estado feliz, lo mas feliz que se había sentido en años, y ahora... Ahora, estaba al borde de un ataque de crisis. 

El recuerdo del fin de semana le trajo a su cabeza la cara de Franco, con quien no había hablado mas desde ese lunes en la mañana. Carmela tendría que haber sabido que Franco nada mas quería divertirse con alguien esos dias en Monza y que, cuando cada uno siguiera sus caminos, el chico no iba a hablarle mas. 

Y, como una idiota, ella le había regalado su pulsera de la suerte. Claramente, la argentina no había aprendido nada.

Tratando de sacarse al corredor de Williams de la cabeza, Carmela volvió a concentrarse en la guitarra que descansaba sobre su regazo, y en el cuaderno de canciones que estaba abandonado sobre la cama.

La argentina volvió a tocar los acordes que ya había decidido, tratando de forzar a la inspiracion para volver a su cabeza, ya que claramente la había abandonado. La hoja vacia la atormentaba, como si estuviera riendose de ella por todas las horas que había pasado sentada en ese mismo lugar, y todavia no había escrito nada.

Pero, de repente, lo unico en lo que podia pensar era en Franco, y en como ella tendria que haber sabido que iba a ser solo eso. Un finde y nada, y ya esta. Era obvio, quien se iba a meter en serio con ella? Despues de todos los problemas y escandalos que había tenido el año pasado? Solamente un tarado, y era Franco no era ese tarado. 

La frustracion dio paso al enojo. Dejando la guitarra sobre el piso, Carmela se tiro sobre la cama y escondió su cara en la almohada, tratando de fingir que no estaba en Paris, sino que estaba en su casa, con su familia, de vuelta una niña que todavia tenia a su mama para hacerle mimos cuando volvia triste de la escuela.

COSAS QUE ODIO DE VOS [ franco colapinto ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora