Garime One-shot

Detrás de la puerta V

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"Tranquila, Kari. Estoy aquí" le susurra Micky, con una ternura que la reconforta en medio de la tormenta.

Karime llegaba al apartamento de Micky, quien ya esperaba recibirla tras el mensaje que le envió al salir de la casa. Apenas abre la puerta y la ve, entiende que su amiga ha llegado a su límite. Sin decir nada, Micky la envuelve en un fuerte abrazo, y en ese instante, Karime finalmente deja salir el llanto que había estado reprimiendo todo el camino.

Karime se deja caer en el sofá, y durante un buen rato simplemente llora, sin contenerse, sin preocuparse de las apariencias. Micky se sienta a su lado, sosteniendo la en sus brazos, dándole el espacio para desahogarse.

"Ya no puedo más, Micky" logra decir, con la voz rota "Traté de ser fuerte, de pensar que Gala podía darme más, pero... estar con ella me estaba destrozando"

Micky asiente, con el corazón dolido al verla tan vulnerable.

Durante las horas siguientes, Karime y Micky hablan de todo. De cómo ella había puesto toda su esperanza y su amor en Gala, de la presión de la relación secreta, y de cómo la constante presencia de Eduardo y la desaprobación de la madre de Gala la hicieron sentir invisible y fuera de lugar.

"Es tiempo de que te enfoques en ti misma, tía" le aconseja Micky "Tienes que recordar quién eres, esa persona alegre y auténtica que no necesita esconderse para amar o ser amada".

Karime asiente lentamente, reconociendo la verdad en las palabras de su amigo. En algún punto de su relación con Gala, se había perdido a sí misma. Había olvidado su valor y su independencia, entregándose a un amor que solo existía a medias.

"Tienes razón, Micky. Ya no quiero seguir siendo una sombra en la vida de alguien más" dice Karime, con una determinación renovada en su voz.

Mientras la noche cae, la conductora se permite soñar con un nuevo comienzo. Aunque el dolor de la ruptura sigue presente y siente que nunca se podrá ir de ella, una chispa de esperanza se instala en su interior al saber que puede reconstruirse y encontrar su propio camino sin depender de nadie más. La Karime auténtica, la que vive sin miedo y sin disculpas, está dispuesta a renacer.

En su propio hogar, Gala permanece perdida en sus pensamientos, mientras la realidad de su soledad comienza a pesarle. Las palabras de su madre ya no parecen tan convincentes, y una culpa sorda se instala en su pecho. Ahora, con Karime fuera de su vida, se enfrenta a la pregunta que siempre temió: ¿quién es ella sin las expectativas de los demás?

Ambas mujeres, aunque en caminos separados, se enfrentan a decisiones cruciales. Y, en medio del dolor, comienzan a replantearse el amor, el valor de sí mismas y las vidas que realmente desean vivir.

Los días transcurrieron lentamente desde que Karime se había marchado, y Gala sentía que cada uno la hundía más en una rutina vacía y falsa. La relación ficticia con Eduardo, que antes parecía una solución práctica, ahora era una carga insoportable. Su corazón seguía roto por la partida de Karime, y cada vez que aparecía en eventos o sesiones de fotos con él, sentía que la mentira la ahogaba más. Con el paso de los días, Eduardo notó el cansancio en sus ojos, esa tristeza que intenta ocultar detrás de una sonrisa calculada.

Una noche, después de una premiación donde ambos han tenido que posar juntos ante los medios, Eduardo la lleva aparte, preocupado. Desde que Gala y Karime terminaron, su amiga parece haberse ido apagando poco a poco, hasta convertirse en una sombra de la mujer fuerte y vibrante que él conocía.