apoyo de lo menos esperado

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La pequeña Vouivre se quedó dormida en los brazos del albino, con su cabeza apoyada en su hombro mientras un suave resplandor de la tarde iluminaba la habitación. La comida que habían disfrutado momentos antes, preparada con esmero por la elfa, aún dejaba un sabor reconfortante en sus paladares. Ryuu, el encargado de traer la comida, había hecho un trabajo excepcional, y tanto él como Bell se sintieron satisfechos mientras observaban a la pequeña descansar.

Después de un largo día, el ambiente se había vuelto más distendido. Cada uno de ellos había encontrado su lugar en el comedor del local, y las miradas se centraron en Bell, quien, a pesar de su juventud, llevaba el peso de muchas decisiones en sus hombros.

- Bien, ahora, ¿cuál es el plan? 

preguntó Mama Mía, su voz resonando con una mezcla de curiosidad y autoridad, Bell se estiró, tratando de despejar la mente de su cansancio.

- Bueno, tenía planeado ir con mi familia.

La respuesta fue directa, pero la pregunta de Mía flotaba en el aire, buscando más profundidad.

- Entonces, ¿por qué llegaste aquí primero?

Bell se encogió de hombros, su mirada perdida en la ventana, donde los rayos d el aluna se mostraban hermosamente.

- No lo sé, mis pies simplemente me trajeron aquí.

La sinceridad de Bell era palpable. No podía evitar preguntarse por qué había sentido la necesidad de venir a este lugar, solo supo que al pensar en un refugio, le había venido a la mente la imagen de la elfa que tenía frente a él. Pero su mente fue rápidamente interrumpida por Ryuu, quien decidió tomar la palabra.

- Primero hay que descansar, no puedes simplemente pensar con claridad después de un largo día en la mazmorras. Mañana nos despertaremos y discutiremos qué hacer con... Hay que ponerle un nombre, ¿no creen?

dijo Ryuu, el tono de su voz era firme.

Las palabras de Ryuu despertaron un murmullo de asentimientos entre los presentes. La idea de nombrar a la pequeña Vouivre parecía haber sido un buen punto para comenzar la conversación.

- ¿Qué tal Akane-nya? 

sugirió Anya, con una chispa de esperanza en sus ojos.

- No, siento que no le queda.

respondió Ryuu, su expresión de desaprobación evidente, anya se sintió decepcionada ante el rechazo de su idea, pero no era el momento de rendirse.

- ¿Por qué no le ponen Gersemi? 

propuso de repente Syr, su voz suave como un susurro, Ryuu frunció el ceño, contemplando la sugerencia.

- No sé, siento que no es un buen nombre, ese nombre es más como para... ¿una diosa?

Syr se quedó en silencio, sintiendo el peso de la mirada de Mía sobre ella, una mirada que la hizo desviar la atención hacia el suelo.

- Wilusine... 

murmuró Bell de repente, rompiendo el silencio, mientras todos se giraban hacia él con curiosidad.

- ¿Wilusine? 

repitió Ryuu, tratando de procesar el nombre.

Bell asintió, su expresión seria.

- ¿Por qué? 

preguntó Ryuu, interesado.

- Bueno, es una Vouivre. Pienso que hace buen juego.

respondió Bell, su voz llena de convicción.

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