CUANDO NUESTROS OJOS SE CRUZARON - Randy Mesmo

Noche de risas y revelaciones

La emoción llenaba el aire en la sala de Miguel. Era la tan esperada noche de cine, y los chicos habían llegado con snacks, risas y muchas ganas de disfrutar. Miguel había decidido que la maratón de comedias sería la mejor manera de relajarse después de una semana ajetreada de ensayos y trabajo en equipo.

-¡Chicos, hoy vamos a hacer una maratón de las mejores películas de comedia! -anunció Miguel, mientras acomodaba las sillas en círculo-. ¡No hay mejor forma de relajarse después de toda esta locura!

-Apuesto a que no puedes resistirte a ver "Los cazafantasmas" otra vez. ¿Cuántas veces ves eso ya, Miguel? -bromeó Lía, con una sonrisa pícara.

-¿Quién puede resistirse a una buena película de fantasmas? ¡Es un clásico! -respondió Randy desde el sofá, haciendo que todos rieran.

Mientras la película comenzaba, Lía se acomodó en el sofá, sintiendo la calidez del ambiente y la compañía de sus amigos. A medida que avanzaba la noche, se dio cuenta de lo mucho que disfrutaba estar con ellos. En un momento particularmente divertido, Randy le lanzó un trozo de palomitas.

-¿Así que este es tu truco para impresionar a las chicas, eh? -dijo Lía, riendo mientras recogía las palomitas que habían caído sobre ella.

-Solo intento hacer que te rías. Creo que es más efectivo que cualquier truco de payaso -replicó Randy, con una sonrisa traviesa que hizo que su corazón latiera más rápido.

Sin embargo, a pesar de la risa y la diversión, Lía no podía evitar que su mente divagara hacia sus preocupaciones. Cada vez que miraba su billetera, se sentía más ansiosa por su situación financiera.

Cuando la película terminó, la conversación fluyó entre los amigos, pero algo en el ambiente había cambiado para Lía. De repente, se encontró observando a Randy mientras hablaba animadamente con otra chica que acababa de llegar. Tenía el cabello largo y rizado, y reía con facilidad, lo que hizo que Lía se sintiera como si un frío recorriera su espalda.

-¿Quién es esa? -preguntó Lía, tratando de disimular su incomodidad mientras miraba hacia Miguel.

-Ah, ella es Ana, una amiga de Randy. Parece que tienen una buena conexión -respondió Miguel, sin dejar de sonreír.

-¿Una buena conexión? ¿Cómo lo sabes? -Lía sintió que el nudo en su estómago se apretaba más.

-Lo he visto interactuar con ella. Randy es un buen chico; no se fija en cualquier chica. Además, siempre que tú estás cerca, parece distraído. Eso es algo -dijo Miguel, intentándole dar confianza.

Lía lo miró, sintiendo que la inseguridad crecía en su interior.

-Pero, ¿y si se interesa más en ella? Es divertida, extrovertida... y yo solo soy la chica nueva del grupo -murmuró, sintiendo una punzada de celos.

-Lía, tú eres increíble. No puedes dejar que la inseguridad te consuma. Solo porque ella sea simpática no significa que no le gustes a Randy. -Miguel se acercó, tratando de que ella viera la situación desde otro ángulo-. A veces, no te das cuenta de lo que proyectas. Te ve con ojos de admiración, y eso es evidente.

-¿Cómo estás tan seguro? -preguntó Lía, sintiéndose vulnerable. No podía dejar de pensar en cómo Randy parecía disfrutar de la compañía de Ana.

-He estado en situaciones similares, y he aprendido a reconocer las señales. Además, creo que hay química entre ustedes. ¿No has notado cómo se comporta cuando está contigo? -Miguel levantó una ceja, intentando hacerle ver la situación de otra manera.

Lía se quedó en silencio, recordando momentos en los que Randy la miraba de una manera especial. Pero las dudas seguían atacándola.

-Quizás... pero no sé. A veces siento que soy solo una amiga más para él -admitió, sintiéndose un poco derrotada.