En el vibrante mundo del circo, donde los colores brillan y las risas son contagiosas, Lía, una joven de 16 años con sueños de estudiar cine, se adentra en su primer día de trabajo como parte del equipo de producción de un espectáculo en Juárez, Méx...
La oportunidad que se le presentó a Lía, ese proyecto fuera de "Los Mesmos", parecía una puerta que se abría hacia un futuro sin límites. Después de mucha reflexión, y tras las conversaciones con la nueva gente que conoció, entendió que era lo que necesitaba para empezar a caminar por su propia senda. Sabía que al hacerlo, dejaría atrás un capítulo importante de su vida, pero lo que más la motivaba era la idea de un futuro lleno de posibilidades.
La nueva oferta era tentadora: trabajar en un ambiente que la dejaba ser ella misma, sin restricciones, con más espacios para crear y ser auténtica. Un proyecto en el que podría expandir su creatividad en plataformas como TikTok y YouTube, y además, las colaboraciones con marcas le permitirían tener un acceso aún mayor a la audiencia, abriéndole las puertas a una carrera como influencer.
Dejando atrás a "Los Mesmos", tomó la difícil decisión de desvincularse de todos, con la promesa de que nunca los olvidaría. Pero su corazón se debatía entre el deseo de independencia y la nostalgia por los momentos compartidos con Randy, Jaivo y los demás. Fue una despedida complicada; no sabía si en algún momento podría volver a verlos de la misma manera, pero sintió que necesitaba crecer sola.
Las semanas siguientes estuvieron llenas de incertidumbre, pero también de esperanza. Lía se mudó a una ciudad nueva, en busca de nuevas oportunidades, dejando atrás la familiaridad de su vida anterior. La transición fue difícil, pero también gratificante. Pronto, en las redes sociales comenzó a ganar seguidores, su presencia en TikTok se hizo más conocida, y sus videos de baile y contenido de estilo de vida empezaron a recibir más y más vistas. Instagram fue el siguiente paso, con fotos que reflejaban su nueva vida: cafés en lugares reconocidos, su estilo único, y momentos de su día a día que parecían captar la atención de sus seguidores.
Se acercaron las primeras colaboraciones con marcas, lo que consolidó aún más su presencia en el mundo digital. Los productos de belleza, ropa y tecnología comenzaron a llegar, y Lía se vio envuelta en una vorágine de trabajo, viajes, fotos y eventos. Era todo lo que había soñado. La vida parecía sonreírle.
Pero había algo que no podía quitarse de la cabeza. Cada vez que veía una foto o publicación de Randy, no podía evitar pensar en él. Aunque había tomado su decisión, la duda seguía rondando su mente. Pero se decía a sí misma que había hecho lo correcto, que necesitaba hacer algo por ella misma, por su futuro. Sabía que debía seguir adelante.
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El cumpleaños de Randy
El tiempo pasó volando y, cuando menos lo esperaba, el cumpleaños de Randy estaba cerca. Lía se encontró mirando el calendario, recordando aquella fecha que había sido tan especial para ella en el pasado. Lo había celebrado con él, en aquellos días en los que todo parecía más sencillo. Sabía que este año no podría estar con él, pero aún así, no podía evitar la sensación de que algo dentro de ella lo extrañaba.
Se sentó frente a su computadora, buscando excusas para escribirle, pero se detuvo. ¿Debería hacerlo? ¿Sería una invasión a su espacio después de todo lo que había sucedido? Dudaba entre dejarlo ir o mantener esa pequeña chispa de contacto. Pero las dudas se disiparon cuando pensó en lo feliz que se veía él en sus redes sociales. Ella lo veía a través de sus historias, fotos y actualizaciones. La alegría de Randy era evidente, y al mismo tiempo, la nostalgia por aquellos momentos que compartieron juntos la golpeó con fuerza.