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Al día siguiente, en la oficina de la Hokage, Tsunade recibe la noticia de lo ocurrido con Sakura. El informe de la misión explica cómo Sakura, en un acto de sacrificio, aceptó acompañar a Sasori para salvar la vida de la anciana Chiyo. La ira de Tsunade se desborda, y en un arrebato de furia, golpea su escritorio, rompiéndolo en mil pedazos.

—¡Maldita sea! —exclama, sus manos temblando de rabia—. No pude proteger.....otra vez. —Su voz, normalmente firme y decidida, ahora suena rota y vulnerable.

Los jonin que la rodean retroceden en silencio, sabiendo que cualquier intento de consolarla solo podría empeorar la situación. Cuando todos se marchan y la oficina queda en silencio, Tsunade se permite liberar sus emociones. Las lágrimas brotan de sus ojos, sintiendo el dolor de haber perdido a alguien más, una alumna a la que había prometido guiar y proteger. Shizune, observando desde la puerta, siente el corazón pesado. La tristeza en sus ojos es evidente, aunque intenta mantenerse fuerte por Tsunade.

En otro lado de la aldea, Naruto está en su habitación, con la mirada fija en dos bandanas ninja sobre su escritorio. La de Sasuke, quien había abandonado la aldea en busca de venganza... y ahora, la de Sakura, que había hecho un sacrificio igual de devastador por proteger a alguien más. La realidad de haber perdido a ambos amigos lo consume.

—¿Por qué...? —murmura, con un nudo en la garganta. Se pregunta si podría haber hecho algo para evitarlo, si podría haber sido un mejor amigo o un mejor ninja.

En ese momento, Shikamaru entra en su habitación. Con su habitual calma y un aire de comprensión, se sienta al lado de Naruto sin decir una palabra al principio. Finalmente, rompe el silencio.

—Sé que esto es muy difícil, Naruto. Has pasado por mucho y esto solo empeora las cosas. —Shikamaru suspira y mira las dos bandanas—. Pero no tienes que enfrentarlo solo. No voy a decir que será fácil... pero, por lo menos, déjanos ayudarte a sobrellevar esto.

Naruto escucha en silencio, sus manos aún aferradas a las bandanas. Las palabras de Shikamaru le recuerdan que aún tiene amigos que se preocupan por él, que aunque sus caminos se hayan vuelto más oscuros, no está completamente solo.

—Gracias, Shikamaru —responde Naruto en voz baja, tratando de contener las lágrimas.

Shikamaru le da una palmada en el hombro.

—Vamos a traerlos de vuelta, Naruto. A ambos. No importa cuánto tiempo tome o cuán problemático sea el camino. No te rindas.

Naruto, con un nuevo brillo de determinación en los ojos, asiente. Aunque el dolor sigue ahí, empieza a aferrarse a la esperanza de que un día los tres amigos volverán a estar juntos, sin importar los desafíos que enfrenten.

Por otro lado

Sakura se despierta en su nueva habitación en la base de Akatsuki, la luz del sol apenas filtrándose a través de las rendijas. Se siente desorientada, recordando los eventos de la noche anterior. Con un suspiro profundo, se levanta y se coloca el atuendo de Akatsuki: el vestuario del la misteriosa persona que lo dejo, la capa negra con nubes rojas que la hace sentir como una extraña en este nuevo mundo. Se pone el anillo en el dedo, sintiendo el peso de la decisión que tomó.

Al llegar a la "oficina" donde se reúnen los miembros de Akatsuki, se encuentra con Sasori y Pain. La sala es austera, con paredes de piedra y un ambiente tenso, que refleja la naturaleza de la organización. Sasori está sentado con una expresión impasible, mientras que Pain, en su forma imponente, la observa con curiosidad.

𝐃𝐎𝐋𝐋 // 𝐒𝐚𝐬𝐨𝐬𝐚𝐤𝐮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora