Tokyo se vació en un minuto tras un apagón repentino. Las calles, casas y tiendas vacías. Internet, electricidad y cada aparato electrónico fuera de servicio.
Pero... ¿y esas enormes pantallas?
"¿Ya me puedo desmayar?"
ドクターC - 今際の国のアリス
...
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"Tag Game"
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Akira balanceó sus pies mirando al cielo despejado de su quinceavo día en aquel Tokyo vacío. Había descubierto muchas cosas, las cuales tenía anotadas en una pequeña libreta con estampado de la cara del protagonista de One Piece que encontró en una librería toda sucia.
Los juegos se dividían en cuatro categorías. Los juegos de ♠️ eran físicos, de correr, saltar e incluso pelear (mala suerte que tenía mala condición física). Los ♣️ eran de trabajo en equipo (buena suerte que tenía a Bibi como aliada). Los ♦️ eran de raciocinio, solución de puzzles o pura lógica. Y por último los ❤️... donde se juega con los corazones de las personas, pura traición. A su parecer, el peor de todos.
También estaban los días de visa. Los jugadores reciben visas después de sobrevivir los juegos. Si las visas expiran, los jugadores son ejecutados por láseres rojos disparados desde el cielo (por desgracia, ya había sido testigo de eso). El número de días de visa de los jugadores está relacionado con el número del juego.
Suspiró aburrido bajándose del capó del auto en el que estaba sentado. Seguía esperando a que Bibi regresara de su paseo por las calles, al cual decidió ir por si sola sin pedir opinión. Estaba preocupado por Akari a niveles muy preocupantes para sus tics nerviosos, pero su lado mental sano trataba de convencerle de que aunque él no estuviera allí la señora Tsubomi la cuidaría como si fuera su propia nieta.
Bibi apareció doblando una esquina corriendo toda sudada, con una expresión de nerviosismo mezclado con cansancio. Frunció el ceño agarrando su mochila cuando llegó hasta él, respirando agitada.
— Unos locos quieren quitarme las cartas. ¡Corre!
Después de esas palabras cuatro hombres doblaron por la misma esquina gritando maldiciones y groserías hacia la chica. Bibi se adelantó en comenzar a correr y él la siguió unos segundos después.
— ¿Cómo saben de las cartas? Ni siquiera las tienes a la vista. — miró atrás mientras corría, logrando ver que los cuatro traían ropa tipo militar y eran bastante musculosos.
