Capítulo 3: Espectáculo de Ensueño

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No fue el mejor de los comienzos, lo admito, metí la pata con ella de una forma devastadora, pero más devastadora fue ella al día siguiente; yo estaba tumbado en la cama disfrutando de un fabuloso sueño hasta que noté un resplandor en mi rostro lo que parecía ser el eco de una voz resonando que me llamaba, poco a poco mis ojos se abrieron siendo resplandecidos por los rayos solares que entraban por la ventana de habitación provocando que los apretara para que no me cegaran mucho más de lo que ya estaba.

— ¡Venga Sr. Black, levántese!- Me dijo Selene, había entrado en mi habitación mientras yo aún dormía y había corrido las cortinas de mi habitación provocando que los rayos de sol me dieran en los párpados pero de una sola pasada.- Venga, que el inspector Brady nos tiene que asignar trabajo y eso si que no espera.

— ¿Puede al menos... dejar que me asee?- Pregunté con la voz ronca y estirando mi espalda, ella me asintió y entonces me dirigí al baño, posé mi mano sobre el pomo de la puerta y lo comencé a girar.

— ¡NO ABRA ESA PUERTA!- Me gritó ella empujándome a un lado.

— ¿Por qué no?- Pregunté mientras ella seguía empujándome sin éxito.

— El baño, es la puerta que está al lado.- Me señaló otra puerta, entreabierta con efectivamente una vista del cuarto de baño, así que entré pero ahora quería saber que había en esa otra habitación. El aseo me tomó apenas unos diez minutos y vestirme apropiadamente me llevó apenas dos, ambos nos pusimos en marcha a Scotland Yard.

Una vez llegamos, el inspector Brady nos recibió a ambos con los brazos abiertos, Selene evitó el abrazos como si de limbo se tratara y se dispuso a ver si había por ahí algún aviso de algún asesinato, su tipo de crimen favorito a resolver, mientras yo me ví cubierto por el brazo del inspector alrededor de mi cuello mientras el mordía una rosquilla de una caja que estaba posada en el centro exacto de la habitación, cada de la cual Selene tomó una rosquilla y comenzó a masticar como si fuera algún tipo de roedor, juraría que si pudiera también podría babear por el resto de las rosquillas para poder reclamarlas como suyas; pero ignoró las demás y simplemente continuó comiendo la que tenía tomando asiento en una silla tambaleando sus piernas adelante y atrás risueñamente.

— ¿Qué tal fue el primer día?- Me preguntó el inspector Brady.

— Pues... no comenzó con el mejor de los pasos.- Respondí honestamente, con una risita nerviosa entre dientes.- Dígame una cosa inspector y disculpeme por la pregunta pero... ¿Selene tiene, por poner una simple y casual idea, algún tipo de trastorno?- Pero no recibí ninguna respuesta, el inspector se limitó a levantar un dedo y señalar a mi rostro.

— Escúchame bien, sea lo que sea que le pase a ella; es cosa suya que te diga que es lo que le ocurre o no.- Me respondió seriamente.- ¿Me he explicado bien, Toby?- Yo asentí a su pregunta.- Muy bien... si vais a necesitar un poco de ayuda para conoceros, creo que sé que os puede ayudar. Selene, ven por aquí.- Y con esa frase Selene, se terminó la rosquilla en tres bocados y se dirigió frente a nosotros, el inspector nos guió hasta el depósito de pruebas, una sala algo descuidada en términos de limpieza, el inspector se subió a una escalera que estaba cerca de una estantería para ponerse a revisar una caja de cartón, el número del caso era bastante reciente, la fecha era de hace casi una semana atrás; al rato el inspector bajó con algo en la mano.

— Tomad esto, os ayudará a llevaros un poco mejor.- Nos ofreció un par de entradas de aspecto brillante, eran completamente rojos y la fecha era para esa noche a las nueve y cuarto.

— Los maravillosos trucos de Ezequiel Umbra, el mayor mago que ha visto Reino Unido.- Leyó Selene con escepticismo y una mirada aburrida.- No podría mandarnos a un tiroteo reciente, un traficante de drogas encubierto o un simple asesinato... ¿Por qué un espectáculo de magia?

Los Casos de Selene MargóWhere stories live. Discover now