Capítulo 12: Socios

1 0 0
                                    

Y fue así, que Roman Kingsley, luego de darnos una declaración luego nos dio algunos detalles extra sobre el caso: Roman tras el aseinato accidental de Jeremy Braum tomó la cabeza de su amigo y en una bolsa la guardó, antes de la actuación en el Teatro Nacional se buscó un punto donde no hubiera nadie y lanzó la bolsa al agua, que fue encontrada atascada con la corriente, la cabeza ya estaba siendo cubierta de una verde capa de plantas acuáticas que se filtraron a través de la bolsa, no fue nada bonito de ver y casi me da nauseas, pero a Selene le gustó ver que la cabeza había aparecido, se sintió aliviada. Por ambos asesinatos, a Roman le cayeron unos veinte años en prisión, aunque consideraron rebajar un poco los años debido a que el de su amigo Jeremy fue un accidente.

Yo pude corroborar en la cabeza que el corte, efectivamente fue ejercido por una katana; Roman había informado a Scotland Yard que ocultaban bajo la alfombra del salón un sótano donde guardaban los atrezos de sus espectáculos y que ahí había guardado la katana, no le hacía gracia tirarla al río, pero tampoco llegó a aparecer la funda de esta, es probable que Jeremy se deshiciera de la misma pensando que nunca la fuera a guardar.

Selene recibió un par de días más tarde un periódico especial que recogía la memoría de su padre y de la saga de libros que tristemente quedó totalmente inconclusa; claro no mencionaron su nombre real pues lo conocían mayormente por el nombre de Pierre, ella estaba contenta de ver que aún la gente lo querían muchísimo, Selene sentía algo de paz dentro de ella en mucho tiempo, pero aún siguió con esa actitud algo infantil a la hora de buscar algún que otro dulce o galletas en el tarro, aún tiene también las campanas de la casa silenciadas, pues le seguían recordando a ese día.

— Srta. Margó, quisiera hacerle una pregunta.- Dije acercándome a ella con el desayuno, unas tortitas recién hechas con nata montada y fresas encima.- Si no es mucha molestia por supuesto.

— Adelante, sabe que me encantan las preguntas.

— Ahora que Afton Cruise está inconclusa ¿cree que usted podría escribirle un final?

Selene se quedó pensando un rato. — Podría... pero no lo haré.

— ¿Por qué?

— Sr. Black, yo resuelvo casos y soy detective; Afton Cruise no es ni una milésima parte de lo que yo he llegado a ser.- Dijo sonriente mientras cortaba un trozo de la tortita y la roía como si fuera un ardilla.- Además, considero que un final no es un final en sí.

— ¿Y qué es entonces?

— Es más como un: Ya nos veremos.- Volvió a morder otro cacho más de tortita.- Si además necesitó de algún final, seremos nosotros los que tomemos el relevo de resolver crímenes allá donde estemos.

Sonreí ante su declaración.- ¿Es esa una invitación, Srta. Margó? Dígame que se ha encariñado a mi presencia.

Empujó mi mejilla con el reverso.- No se pase usted de listo, lo nuestro es más bien una relación de socios pero nada más.

— ¡Casi me olvido! ¿Cómo hizo lo de la baraja? la probabilidad de sacar las cartas en el orden que usted las impuso era demasiada coincidencia.- Resalté yo mirándola fijamente esperando su respuesta, ella sacó del bolsillo de su falda el mismo cartón de la baraja que seguía teniendo parte del precinto.

Ella soltó un breve sonido de risa.— Es muy sencillo, fíjese en los pliegues de abajo.- Empezó a desdoblar los pliegues ante mi sin romperlos del todo y deslizando el cartón hacia abajo.- Una vez lo tuve fuera organicé la baraja para que yo tuviera esas cuatro cartas arriba del todo... algo que un mago podría hacer indudablemente. Luego solo tuve que poner el cartón con el mazo dentro del precinto sin romperlo.

— Esa no me la esperaba...- Dije perplejo mientras procesaba lo que había visto.- En verdad no esperaba que fuera a ser tan simple.

— En la simpleza abunda el saber a veces. Hasta en lo más insignificante puede haber una pista.- El teléfono sonó y ella rauda y veloz corrió a contestar, evidentemente era Brady pues volvió ante mí tan rápido como fue a contestar.- Muy bien, Sr. Black, hay un asesinato entre manos. Nos toca trabajar.

— Con ese entusiasmo parece una niña el día de su cumpleaños.

— Esa es una forma curiosa de verlo, pero podría decirse que sí; que hacer justicia es un gran regalo.

Nos pusimos en marcha, dispuestos a seguir siendo un dúo que pusiera a los criminales entre rejas. Tened cuidado si pensáis cometer un crimen, Selene Margó siempre está al acecho.

¡CASO CERRADO!

Los Casos de Selene MargóWhere stories live. Discover now