Los Casos de Selene Margó

Capítulo 5: Un Largo Paseo por Londres

El inspector Brady y yo teníamos un acuerdo vigente, dicho acuerdo comenzó cuando apenas comencé a trabajar para ellos cuando tenía los catorce años; claro que era ilegal tener a una menor trabajando por tantas horas seguidas y más en un oficio como al que me dedico yo, pocas eran las mentes brillantes que se les permitía hacer cosas así, ya se hablaba suficiente de aquellos que eran superdotados y podían acceder a la universidad a escasamente ser adolescentes... insulsos me parecen, esos deberían aprender a disfrutar de la vida o de un buen pastel de tres chocolates; como hago yo. Casi me voy por las ramas, el punto es que Brady me permite tomarme un día libre a la semana a mi elección, no tiene por qué ser domingo pues rara vez he recibido llamadas ese día y este quería tomármelo para mi sola por completo indudablemente.

Me vestí con mi ropa habitual, mi querida ropa habitual de todos los días, de la que nunca más quería separarme; no le hago feos a la ropa de gala pero es que... todos tenemos ese conjunto que repetiríamos todas las semanas y todos los días si se nos diera la oportunidad, de mi armario también tomé una pequeña bandolera que me ajusté alrededor de mi torso, adentro tenía un pequeño monedero con algunas libras de sobra con las que poder comprar algo que necesitara y evidentemente yo sabía que quería comprarme, esa vez lo tenía previsto. Previamente ese mismo día, sonó el teléfono de la casa, era Brady que le comentó a Toby el acuerdo que teníamos entre nosotros así que podía ser que simplemente me dejara salir sin ninguna pregunta.

Bajé por las escaleras al piso de abajo, una vez ahí me ajusté mis zapatos negros de evilla a la perfección y de un salto comprobé que estaban bien sujetos, me guardé las llaves de la casa en la bandolera que llevaba y me dispuse a abrir la puerta principal.

— Srta. Margó.- Interrumpió Toby desde la cocina.- La quiero de vuelta antes de las seis de la tarde.

— Usted no es mi padre Sr. Black.- Le respondí con mala gana.- Además, es mi casa, puedo volver cuando quiera.

— Pero el inspector Brady confía en que la tenga vigilada; permito que tenga el día para usted, pero insisto en que venga antes de esa hora.- Me contestó de igual manera, pero por algún motivo no me desagradaba del todo que me lo dijera así; bueno un poco si.

Un resoplido con disgusto dejó mis pulmones mientras abría la puerta de mi casa y salía de esta, dejando Absent Street atrás de mi. Toby no era malo en verdad, se comportaba en apenas un día mucho mejor que cualquier otro asistente que Brady me había mandado con anterioridad, ese era el mayor punto positivo de que se quedara en mi casa, pero no podía admitirlo, mis propios impulsos me lo impedían; quería demostrar a cualquiera que estuviera conmigo que yo era capaz de valerme por mi misma... ¿Podía en verdad o solo eran delirios? De una u otra forma, es mi manera de pensar sin la presión de otros alrededor y suelo seguir un camino que se ha convertido en esencial para mi.

Mi camino siempre se detiene primero en la tienda de ropa "The Gallery" que está a cargo de la Sra. Wickly, una mujer entrada sus treinta y tantos cercano a los cuarenta, depende del día en que le preguntes; era una mujer alta de pelo negro rizado, suele llevar siempre unas gafas de media luna para cuando cose aunque también las ha llegado a usar fuera de la tienda; además de que nunca le he visto dos atuendos iguales, su tienda es bastante popular entre sus clientes pues los vestidos que confecciona son considerados como arte para llevar puesto y he de añadir que también huele a gominolas; un olor de mi agrado y deleite, de vez en cuando cuando me paraba en el escaparate de la tienda me gustaba imaginar como sería el llevar esos vestidos si tuviera algo más de altura y figura.

— ¡Buenos días, Selene!- Era la Sra. Wickly, que se había asomado por la

puerta para verme.- ¿Hoy por fin te atreverás a comprarme algo? Tengo ropa recién entregada de hoy que te quedaría de fábula.