Kyo se encontraba sentado en una de las bancas del parque de juego junto a sus amigos, sacando de su pequeña mochila aquel lindo ventó de color azul con una linda ballena bordada; sonrió incocientemente, pues cuando veía la tela azul sobresalir de su lonchera, sabía de inmediato quién había sido la persona responsable de hacer su desayuno esa mañana.
Izuku siempre hacía comidas lindas y muy bien ordenadas, colocaba fruta con forma de estrellas, lunas, peces, o panecillos rellenos de dulce de leche en forma de dinosaurio; pero lo que más le gustaba de entre todo su desayuno, era el postre que siempre disfrutaba comer. Aquellos dulces postres por los que su padre siempre le dice que no debía consentirlos.
—¿Está vez trajiste un cup cake? — mencionó uno de sus amigos.
—¿Por qué últimamente traes postres? Además de que nunca traías emparedados en forma de dinosaurio—. Dijo otro más.
Kyo, simplemente ignoró sus preguntas y felizmente comenzó a comer su panecillo, degustando hasta la más mínima chispa de chocolate.
En ese momento, Jiro hizo acto de presencia. La relación entre ellos había mejorado con el pasar de los días, aunque no jugaban juntos ni mucho menos hablaban en la escuela; al menos llevaban una mejor relación que al inicio de su nueva vida.—El director quiere verte— dijo quedito, encogiéndose de hombros al sentir las miradas sobre de él.
—¿Por qué quiere verte? — preguntó uno de los niños, a lo cual Kyo simplemente levantó sus hombros y se colocó de pie después de guardar sus cosas en su lonchera, siguiendo a Jiro a una distancia decente.
Cuando llegaron a la oficina del director, éste los invitó a tomar asiento; buscando entre sus cosas la Tablet que le extendió al pequeño rubio, quien era de esperarse le miró sin entender.
—Escuche que pronto será tu cumpleaños, y como me han invitado, quiero que tú mismo elijas el regalo que te daré.
Jiro estiró su mano para tomar el mismo postre que él se había terminado momentos atrás, mirando la familiaridad con la que tomaba las cosas dentro de la oficina, dándose cuenta de dónde se la pasaba durante el descanso; mirando la pantalla, comenzó a buscar, terminando por elegir un gran paquete de plumones y algo extra, devolviéndole la tableta al mayor.
—Bien, serán tuyos.
—Gracias— murmuró, mirando como Jiro gruñía gustoso de probar su panecillo.
—¿Quieres? — le ofreció el pequeño peliverde al notar su mirada sobre él, siendo muy bien aceptado sus ofrecimientos y dando una gran mordida al cup cake.
—Izuku los está mal acostumbrando— comentó Aizawa, sonriendo al ver cómo la relación de los infantes había mejorado bastante.
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.Izuku en ese momento no dejaba de comer pastel de zarzamora y queso, ignorando por completo las palabras de su ahora suegra que seguía tan empeñada en ser ella la que organizara toda su boda que se llevaría a cabo a fin de año.
Levantando la mano para llamar al mesero una vez más del tiempo que llevaban ahí.—Izuku, ya es la tercera rebanada que pides.
—Es que está delicioso, además de que es lo único que puedo comer sin devolverlo— respondió, introduciendo una cucharada más a su boca.
Mitsuki, sonrió enternecida, después de todo lo entendía a la perfección, ella ya había pasado esa etapa y la había vivido de igual manera con su anterior yerno, pero Izuku, por alguna razón le causaba más ternura, quizá sea el hecho de que seguía siendo un niño ante sus ojos; sus facciones y gestos eran adorables.
Asintiendo en resignación, volvió a explicarle los planes de las próximas semanas.
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Dayligth [Baku-Deku]
RomanceA pesar de ser los seres más hermosos y preciados en la humanidad, los donceles vienen acompañados de combos de desdichas. Pero dentro de los matices grises, suelen haber colores brillantes escondidos. Cómo Izuku, que se volvería el dorado brillante...