Al regresar a la base de Akatsuki, Sakura y Sasori se encontraron con Deidara y Tobi justo en la entrada. Deidara lucía visiblemente irritado, mientras que Tobi tenía una sonrisa burlona en el rostro.
—¡Mira quiénes son! —exclamó Tobi, apuntando hacia Sakura y Sasori con su típico entusiasmo—. ¡Los nuevos mejores amigos de la organización!
Deidara rodó los ojos, cruzando los brazos mientras miraba a Sakura con desdén. —¿No pueden hacer algo más productivo que coquetear entre ustedes?
Sakura se quedo seria pero ella disfrutaba del momento. La tensión de su encuentro con Sasuke se desvaneció por un instante, y sintió que la camaradería, aunque fuera momentánea, era un bálsamo para su alma.
Sasori, sin embargo, no se dejó llevar por las bromas. Tomó suavemente la muñeca de Sakura, guiándola hacia el interior de la base. —Vamos, no tenemos tiempo que perder.
Al llegar a la sala principal, Sasori se volvió hacia Sakura con una mirada seria. —¿Cómo va el avance del Byakugo?
Sakura se detuvo por un momento, recordando las horas que había pasado estudiando el pergamino. —He estado practicando el jutsu —respondió, su voz un poco más firme—. Es complicado, pero estoy aprendiendo a manejarlo.
Sasori frunció el ceño, notando la mezcla de determinación y inseguridad en su rostro. —¿Y la ceguera? ¿Estás encontrando formas de contrarrestarla?
—Sí, aunque es un desafío —admitió ella—. Usar chakra para ver es... diferente. Pero siento que puedo controlarlo.
Sasori se cruzó de brazos, satisfecho con la respuesta de Sakura. A pesar de todo lo que había pasado, ella seguía siendo fuerte, y eso le daba esperanzas sobre su camino en Akatsuki.
Deidara, interrumpiendo el momento serio, dijo con un tono burlón: —¡No se preocupen! Si se queda ciega, siempre puede hacer arte abstracto con las manos. ¡Eso le da un toque especial!
Sakura no pudo evitar reír, mientras Sasori le lanzaba una mirada exasperada. Era un alivio, en medio de toda la tensión, encontrar un momento de ligereza.
Luego de tanta charla Sakura se dirigió a su habitación después de la reunión, sintiéndose un poco abrumada por la presión del nuevo jutsu. Una vez dentro, se quitó la capa de Akatsuki y se puso una pijama de seda que Ino le había regalado. La suavidad del material la hizo sentir más cómoda, aunque intentó alejarse de los recuerdos de su amiga.
Mientras se acomodaba, su estómago rugió, recordándole que tenía hambre. Decidió que un pequeño refrigerio en la cocina podría ayudar a despejar su mente, así que salió de su habitación y se dirigió a la pequeña cocina que estaba al final del pasillo.
Al entrar, se encontró con Hidan, que estaba de pie junto a la mesa, mirando un tazón vacío con una expresión de frustración.
—¿Qué haces aquí, Hidan? —preguntó Sakura, tratando de evitar cualquier tipo de interacción que pudiera llevar a sus bromas habituales.
—Buscando algo de comer, pero este lugar es un desastre —se quejó, girándose hacia ella con una sonrisa traviesa—. ¿No sabías que la comida de Akatsuki es como nuestra moral? ¡Siempre escasa!
Sakura suspiró, preparándose para la habitual charla. —No estoy de humor para tus bromas, Hidan.
—Oh, vamos, muñeca —dijo él, acercándose con un brillo malicioso en los ojos—. No puedo evitarlo. Es tan divertido verte molesta.
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𝐃𝐎𝐋𝐋 // 𝐒𝐚𝐬𝐨𝐬𝐚𝐤𝐮
Fanfiction-𝐶𝑜𝑛𝑣𝑖𝑒𝑟𝑡𝑒𝑡𝑒 𝑒𝑛 𝑢𝑛𝑎 𝑚𝑢ñ𝑒𝑐𝑎 𝙎𝙞 𝙩𝙖𝙣 𝙨𝙤𝙡𝙤 𝙣𝙤 𝙝𝙪𝙗𝙞𝙚𝙧𝙖 𝙥𝙚𝙣𝙨𝙖𝙙𝙤 𝙚𝙣 𝙘𝙤𝙢𝙤 𝙨𝙖𝙡𝙫𝙖𝙧 𝙖 𝙡𝙖 𝙖𝙗𝙪𝙚𝙡𝙖 𝙘𝙝𝙞𝙮𝙤