Llevaban ya tres o cuatro días frente al shopping, mojados hasta los huesos y con los nervios al límite. Néstor, Ana y los cuatro militares habían improvisado una base en la terraza de un edificio cercano, controlando los alrededores y comunicándose con David y los demás a través de mensajes cuando la señal lo permitía. La lluvia había sido constante, y si bien ya sabían que podían beber el agua de la lluvia, la desconfianza y el cansancio les empezaban a pasar factura. Los mensajes de David se habían vuelto cada vez más esporádicos y tensos, llenos de urgencia y miedo.
La tarde del tercer día, Ana recibió un mensaje de David que la dejó helada: "Doña Rosa está mal, pero esto es diferente. Está... cambiando. No es como los Ahogados. Hay algo más." Ana le mostró el mensaje a Néstor, que frunció el ceño, visiblemente preocupado.
—¿Cómo que está cambiando? —murmuró Néstor, casi para sí mismo—. Si no tomó el agua contaminada, entonces... algo más la tiene que haber afectado.
Unos minutos después, David volvió a escribir, los mensajes llegaban entrecortados, como si la señal estuviera cediendo de a poco. "Ana, esto es raro. Doña Rosa murió anoche, la vi yo mismo... pero volvió, como si nunca hubiera muerto. No tiene sentido. El contagio es por el agua, entonces, ¿qué la hizo revivir?"
El grupo miraba el celular de Ana en silencio, las gotas de lluvia golpeando la pantalla, pero no les importaba. Un escalofrío recorrió a cada uno; no podían entender lo que estaba pasando, y esa incertidumbre los estaba consumiendo. Ana intentó llamar a David, pero la llamada apenas duró unos segundos antes de cortarse. Aún así, logró escuchar su voz entrecortada, jadeante.
—No es el agua, Ana... creo que hay... algo en... la comida... —la llamada se cortó, dejando a Ana con el corazón en la boca.
Néstor, que había estado en silencio, comenzó a conectar las piezas en su mente. Recordaba un proyecto militar del que había oído hablar muchos años atrás, cuando aún estaba en servicio. Era un experimento que intentaba desarrollar un hongo específico, uno que pudiera infectar a personas con inmunidades comprometidas, en particular a aquellos con sensibilidad al gluten. Era un hongo llamado Mycosis Celiacus, pensado para ser casi indetectable, capaz de causar una infección neurotóxica que afectaba el sistema nervioso. El proyecto había sido abandonado, pero el miedo a que algún fragmento de ese hongo hubiera quedado circulando le helaba la sangre.
—Ana, tengo una teoría —dijo Néstor, tomando aire como si le costara aceptar la posibilidad—. Hay un hongo, algo de lo que escuché hablar en el ejército hace años. Lo diseñaron para atacar a personas con problemas autoinmunes, como los celíacos. Quizá... ese hongo haya encontrado su camino hasta acá.
Ana lo miró, incrédula y aterrada.
—¿Me estás diciendo que Doña Rosa podría haberse contagiado solo por comer algo contaminado?
Néstor asintió, su expresión dura.
—Es posible. Si esto es lo que creo, puede estar en la comida, incluso en cualquier cosa que hayan ingerido. No es solo el agua la que es peligrosa. Este hongo podría haberse adaptado para sobrevivir en alimentos comunes... como si estuviera esperando el momento adecuado para activarse.
Ana miró el shopping a lo lejos, con el corazón encogido. Sabía que David y los demás estaban en un peligro del que no tenían escapatoria fácil, atrapados en un edificio infestado de Ahogados y ahora también bajo la amenaza de algo mucho más siniestro. Mandó un mensaje desesperado a David: "Salgan de ahí. La comida también podría estar contaminada. Encontramos otra forma de salvarlos. No toquen nada."
Pero la respuesta no llegó. Solo el silencio y la llovizna interminable fueron testigos de la angustia de Ana mientras esperaban alguna señal de sus amigos al otro lado del shopping, cada minuto volviéndose una eternidad.
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Los Condenados
HorrorAño 2048. La Plata, una ciudad vibrante en el pasado, ahora es un infierno post-apocalíptico. Un virus ha convertido a sus habitantes en zombis lentos y repulsivos, con la piel cayéndose a pedazos y vomitando bilis. La vida es una lucha constante po...