|Capítulo 3: Desespero y solución.

42 5 0
                                    

(👄)

Nada, absolutamente nada.

Estaba que gritaba a los cuatro vientos, no tenía ni ganas de salir por estar tan pendiente de su vida íntima, sus amigos también estaban algo preocupados, sus padres preguntaban pero él se negaba a confesar por segunda vez frente a ellos que no se le paraba.

¡No se le paraba!

Si es cierto que por eso no se iba a morir, tampoco que era lo peor del mundo, y mucho menos que eso afectaba algo más allá de lo que pudo haber tenido antes de la cirugía.

Pero era un hombre, con necesidades, satisfacer sus necesidades carnales era tan importante como tomar agua para él, podía pasar un tiempo sin tener sexo, podía pasar algunas semanas sin masturbarse, sin embargo saber que su miembro no se elevaba por nada lo preocupaba mucho.

Eso tampoco era normal, para nada normal.

Y no le agradaba, para nada le agradaba.

Había pasado las semanas en reposo, haciendo poco ejercicio, tomando sus medicamentos, siendo juicioso y acostándose temprano, también tenía una buena alimentación y se sentía fresco a pesar de todo.

Su cuerpo estaba igual, su rostro más vivo y liso, había trabajado mucho en sus pinturas y en su cuerpo, por ende hasta estaba seguro que sus músculos estaban más hinchados.

Y en parte estar así le hacia bien para el mismo, era una buena manera de salir como nuevo de una cirugía tan peligrosa como la médula espinal. Había ido a sus chequeos semanales y estaba bien con ello.

El primer mes lo paso con leves dolores, mucha cama, agua, pastillas y mucho cansancio. El segundo fue una mejoría, y fue en ese donde su cuerpo fue evolucionando. Estaban por la mitad del tercero, pero era en ese momento esta totalmente desesperado.

Tres meses sin tener relaciones sexuales era algo que sobrellevaba. Pero tener más de eso sin que se le parara su miembro era algo que ya no podía creer.

–Hijo, abreme.– dijo su mamá del otro lado de la puerta. Llevaba así un buen rato.

–No.

–No seas malcriado Wonwoo, abreme.

–No.

El silencio se hizo presente entonces pensó que su mamá por fin había desistido, suspiro aliviado. Pero todo se esfumó cuando unas llaves en su cerradura se hicieron presente, tras eso su mamá abrió y apareció por la puerta.

–¿Qué te sucede?–. Preguntó molesta parada en la puerta.

–¿De donde sacaste una llave?–. Preguntó él de vuelta evadiendo la pregunta.

–Siempre guardo llaves extra por una emergencia.– le respondió–. Y no me cambies el tema, dime ahora mismo qué te pasa.

Wonwoo suspiro pesado y se acostó en su cama.

–No es nada importante mamá, dejalo.

–¿Por qué no me quieres decir? ¿Qué habíamos hablado antes?

–Lo se, lo se. Pero en serio no es nada.

–¿Y no quieres hablarlo aunque sea con tu padre?–. Preguntó de vuelta su mamá. Wonwoo pareció pensarlo y luego asintió derrotado.

–Si, llama a papá..

–De acuerdo.

Su mamá se perdió de nuevo por la puerta, él si necesitaba buscar una solución, ya no tenía problemas con los dolores, es más todo eso había desaparecido, el doctor dijo que la fisura había cerrado y que todo estaba en orden. Por eso no entendía porque su miembro no se erguía y con la única persona que no se sentía tan incomodo hablar era con su padre.

Al rato éste mismo apareció y cerro la puerta tras él, se sentó y espero que Wonwoo le confesara.

Pasaron un rato mirándose y luego Wonwoo volvió a suspirar.

–No se me para.

–¿Qué?

–Si, no puedo, no puedo tener relaciones sexuales, no se me para con nada.– confesó, sus ojos se aguaron–. Se que eso no lo es todo en la vida pero siento que me voy a morir de tensión y estrés, el doctor dijo que eso no ayudaba a recuperarme del todo..

–¿Por qué no le dijiste a tu madre antes, Wonwoo?– regañó su padre.

–Porque no me sentía cómodo papá y es algo íntimo. Lo se y también se que nos esta escuchando así que disculpa pero necesitó que llamen al doctor o algo.. Ya no aguanto.

La puerta se abrió, su mamá aprecio con un rostro apenado y asintió.

–Lo llamare ahora.– saco su teléfono y llamo al doctor Kim, a los cuatro pitidos atendió.

Ella habló con él y luego se lo paso a Wonwoo.

–Lo escuchó, doctor.

Hey, Wonwoo lamento eso. A ver ¿sigues fumando? ¿Bebiendo?

–No doctor, nada de eso.

–De acuerdo, ¿has tratado de estimularte?

–Casi todos los días lo intento.–. Confesó con algo de pena.

–Mmm, toma mucha agua, al pasar al tercer mes ejercitate más seguido, come ácido también. Yo llamare a un buen amigo, es un buen fisiatra para que pidas consulta, tu madre puede hablar con él.

Esta bien doctor, muchas gracias. Haré eso, hasta luego.– y colgó pasándole el teléfono a su madre.

–¿Y bien?

–Mañana o más tarde te pasara un número, para que contrates al fisiatra que es buen amigo de él.

–Bien.

–Gracias.. Por todo.– les dijo a ambos, sus padres sonrieron y se fueron a sus habitaciones.

Ahora faltaba esperar al fisiatra y que todo volviera a la normalidad.

Los siguientes días después de la llamada acato todas las ordenes del doctor, tomaba más agua que antes los ocho vasos al día, sus padres compraron mucho cítrico y frutas ricas en el, también aumento por fin los ejercicios y uso las pesas con la seguridad de un cinturón en la cintura, si su cuerpo estaba bien, ahora lo estaría más.

Todo eso hasta que por fin pudo realizar la cita con el fisiatra, uno que verdaderamente lo dejo con la boca abierta. Su desespero quizás se iba a acabar con semejante belleza de hombre.

(💀)

Una buena mano | WonhuiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora