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Sus pensamientos solían ser lo que terminaban lastimando sus sentimientos la mayoría de las veces, haciéndose escenarios erróneos de situaciones que jamás sucederán, solía pensar en que quizás algún día el vendría a ella, correspondiendo todo eso que sentía por el, y diciéndole que lo que tenía con su marioneta era una mentira, o que simplemente la había dejado para estar con ella.

Tenía esa sensación de pesadumbre, que la hacía contradecir sus impulsos de levantarse e ir a hablar con el antes de que saliera de la cocina para marcharse, pero habia algo que la mantenía pegada a la silla del comedor, su pesimismo.

De todas formas, ¿Que mierda iba a decirle? Desde que ella había cometido la cagada de besarlo, él había tomado distancias con ella al punto de simplemente saludarla como si nada, y solo eso. Nunca volvieron a salir como antes, las charlas amenas y las bromas entre amigos quedaron en el olvidó.

Él había cambiado por completo, había decidido crear una barrera entre ambos que la estaba matando por dentro.

Llegó a pensar que después de su estupidez, era lo mejor, supuso que se sentía incómodo por lo que sucedió, y que era una persona fiel a su pareja.

Pero ese pensamiento no quitaba el hecho de que tenía unas enormes ganas de ir con el, a disculparse tal vez, hablar con él. Pensaba que quizá tendría la oportunidad de volver a ser lo que fueron en el pasado.

Pero aparte de eso, estaban esas enormes ganas de volver a besarlo. Esa desesperación de volver a sentir el contacto entre sus labios nuevamente, en muchas ocasiones su desvelo era producto de su mente rebobinando ese maravilloso momento, del cual estaba segura que solo ella había disfrutado.

Zero ni siquiera sé percató del momento en el que se había levantado de la silla, y mucho menos cuando había tomado rumbo a la cocina, hasta que se topo de frente con una escena que jamás en su vida se le pasaría por la cabeza el impacto que tendría en ella.

Sintió claramente como su estómago se retorcía, y una sensación desagradable se esparcia por todo su pecho, aquello era un dolor emocional que jamás en su vida habia experimentado.

Una mezcla entre rabia y tristeza, dos emociones que si son desagradables por separado, juntas lo eran aún peor.

Era incluso más intenso que el que sintió ese día del beso, cuando fue totalmente rechazada por ese que consideraba especial para ella.

Puppeteer salía justo en ese momento, con una chica colgada en el brazo, lo que la hizo detenerse, casi chocando de frente con ambos.

La mirada triunfante que Emra le dedicó solo hizo que Zero frunciera el ceño, dándose media vuelta y saliendo del lugar dando grandes zancadas.

Por haber estado absorta en sus pensamientos, no se había percatado del momento en el que Emra había entrado en la cocina buscando a Puppeteer.

En cambio, el pelinegro miraba el lugar por donde había desaparecido la albina, con un claro brillo de nostalgia en su mirada, que se camuflaba bien con el brillo natural de sus dorados ojos.

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Hola chicos, saludos. Espero estén bien. Les voy recordando, este libro es algo así como una novela ligera, es decir que es corto. Tengo estimado unos 11 o 12 capitulos que haré en total. Espero les esté gustando como a mi escribirlo. No olviden votar. Hasta la próxima ❤️

Éxtasis [ZeroxPuppeteer]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora