CAPITULO 6

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LA PLAYA

Tom acarició la mejilla del pelinegro, lo miraba con devoción, respiraba e inflaba su pecho ensanchando una enorme sonrisa, sus ojos parecían más pequeños cuando sonreía; Bill estaba embelesado con la imagen del de rastas, rozaba su rostro en la cálida mano del chico que le estaba regalando la mejor sensación de su vida ; ambos se sentían flotar en las nubes.

Aquello seguramente era como estar en la gloria, sus corazones latían rápido, juntos estaban experimentando lo que sin duda es el sentimiento más hermoso, y era mutuo.

Tom tomó la mano de Bill entrelazando sus dedos, su mirada estaba concentrada en esa imagen, sus manos eran un conjunto completo de rompecabezas, ambas encajaban perfectamente.

Por su parte el pelinegro estaba que no cabía de tanta felicidad, jamás hubiera imaginado que Tom le diera semejante sorpresa, pues sabía que la fama de mujeriego le precedía.

Ambos estaban en un completo silencio que para nada era incómodo, solo se disfrutaban sin palabras, Tom comenzó a andar hasta la playa llevando a Bill a una enorme roca donde el rastudo se dejó caer junto a Bill, ambos estaban sentados mirando el mar.

_ Tom... - por fin rompiendo aquel silencio el pelinegro- esto... esto no es una broma ¿verdad?

Tom lo rodeó con su brazo por la cintura atrayéndolo a su cuerpo, mientras con la otra mano tomaba el mentón del chico para que su cara quedara cerca de la suya.

Su mirada era limpia y honesta, le sonrió de nuevo mientras bajaba sus ojos avellanados hasta los rosados labios del pelinegro, besándolo sin profundizar, solamente queriendo sentir de nuevo sus húmedos labios.

_ No Bill, algo me pasó contigo desde que te vi aquel día en el Rathaus; en un principio creí que eras una chica... -Auchhhh!, se había llevado un buen codazo por parte de Bill quien fingió molestia, Pero ambos reían-
Cuando te mire de cerca y te acompañe hasta la casa de tus tíos, algo aquí... -señalando su estómago- comenzó a moverse, supongo que fueron las famosas mariposas, yo jamás había sentido eso; después, cuando el pendejo de Marco te golpeó se activó en mí ese otro yo, que solo muestro en ocasiones en dónde hay que ser hombre...

Bill sonrió, con ternura pues sabía que su capitán era muy serio en temas de honor y hombría.

_ El caso es que mientras más te conocía, más me gustabas. Nunca me habían llamado la atención los tíos, yo sé que Devon y Andy son gays, incluso se que tuvieron algo hace un tiempo, a mí nunca me molestó ni los trate diferente; Pero jamás me había cruzado por la cabeza que algún día iba a estar así de prendado por un tío. Bill yo no soy de cursilerías o de regalos, he salido con algunas chicas pero la verdad es que a ninguna la tomaba en serio. Pero tú... -se quedó en silencio un momento, como intentando elegir las palabras exactas- tú eres diferente, haces que mi corazón salte cuando sonríes, cuando hablas pareciera que escucho la música más dulce y luego está el asunto en mi estómago, así que llegué a la conclusión de que me gustabas.

Bill lo miraba sin dejar de sonreír, besándolo como Tom lo había hecho antes.

_ y¿ cómo sabías que a mí me gustan los chicos?

_ siendo sincero, no sabía Pero rogaba por qué si, imaginate el papelazo que hubiera hecho declarandome y que tu me mandaras al carajo, jajajajaja

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