CAPITULO 8

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EL BOSQUE


Bill y Tom salían abrazados de la escuela, el joven de rastas tenía rodeado a su novio con su brazo por detrás de su cuello, descansando su mano en el pecho del pelinegro, mientras que el delgado joven azabache cruzaba sus dedos con los de su novio, ambos sonreían, se podía ver su felicidad resplandecer en sus jóvenes rostros, sus miradas eran limpias y cristalinas, ninguno de los dos podía ocultar que sus corazones danzaban al mismo tiempo la melodía más dulce -el amor correspondido-

Tomaron el buz que los dejo cerca del bosque de Leipziger Auenwald, al llegar Bill era arrastrado por Tom hasta el interior de este bosque, que si bien tenía visitantes, eran muy pocos, lo condujo entonces hasta el Linde del bosque donde se encontraba una pequeña choza abandonada, dentro habían unas cobijas, una pequeña radio y una cesta con algunos víveres dignos de un par de adolescentes; refrescos de cola, unas frituras y gomitas que tenían forma de pequeñas Hamburguesas, - que eran las favoritas de Tom-

Bill sonrió por tremenda sorpresa, se giró a su novio y lo beso emocionado.

_ ¡Tomy! ¿Hiciste esto para los dos?

Tom que ya lo tenía sujeto por la cintura, se acercó por completo al rostro del menor para rozar sus narices, de una manera tierna y cariñosa.

_ si mi amor, ya sabes que me encanta ser cursi contigo, tu provocas todo esto en mi

_ oh, Ratón! Me matas - llevaba sus manos al corazón-

Ambos se sentaron y destaparon la primera bolsa de frituras, Bill se llevó la primera a la boca, Pero Tom que lo miraba atontado le dijo:

_ ¿me das?

El pelinegro extendió la bolsa Pero Tom negó

_ De tu boca Billy

El menor trago saliva, la mueca de lujuria que se había dibujado en el rostro del mayor le provocó un pinchazo en su zona íntima, metió la mano a la bolsa y se llevó a la boca un trozo de una papita. Tom que miraba atento los labios de su novio apenas vio que este colocaba la fritura en su boca lo atacó comiéndose la fritura para después lamer los labios de Bill que tenían el sabor salado de la papa, el rastudo se fue encima del azabache que lo recibía gustoso, ambos calleron sobre la manta los besos que Tom le estaba proporcionando a su chico eran desesperados, introducía su lengua en la boca del otro y chupaba los carnosos labios de Bill, los besos eran correspondidos y agradeciendos por el azabache que sin darse cuenta soltó un gemido ronco, Tom se separó un momento y clavo sus ojos avellana en los color miel de Bill; el mayor se habia puesto serio asustando un poco al menor quien tenia la respiración agitada

_ Tom... pasa algo?... Hice mal algo?...

El rastudo negaba aún serio, acarició el rostro del azabache llevando un mechón de su cabello detrás de su oreja.

_ Bill... tengo... siento...es decir ... quiero hacértelo

Bill sintio un calorsillo subir hasta sus mejillas, no pudo evitar sonreír.

_ Tom yo... también quiero, Pero...- se mordía el labio nervioso- yo nunca he ...

_ yo tampoco Bill, tampoco nunca lo he hecho con un chico

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