CAPITULO 2

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El Director

Tom se había puesto muy nervioso después de escuchar el nombre del nuevo director... Se giro dando la espalda al oficial con el puño cerrado aferrándose sobre aquella hoja de papel, hasta que los nudillos se tornaron pálidos

_Bill... dijo en un susurro más para él que para su interlocutor, el oficial se extraño ante la reacción de Tom quien por primera vez desde su llegada al penal mostraba nerviosismo

_ Tom ¿ Conoces al director?

_ N...no, no tengo de donde conocerle!

El corazón le latía tan rápido que por un momento lo sintió apunto de salir de su pecho, latiendo de nuevo con la misma ferocidad que antaño, y de nuevo esos fantasmas regresaban a su mente trayendo a su memoria esos hermosos ojos miel, llenos de inocencia, llenos de amor, esos ojos que le podían estremecer el alma

Cuando Antonio se alejo de la celda Tom se levantó de la silla como si fuera un títere dejándose caer sobre el catre que tenía por cama suspirando, se llevó las manos para cubrir su rostro secando una pequeñas gotas que provenían de sus ojos, el nudo sobre su garganta ya se había formado, estaba pálido y los temblores le recorrían el cuerpo entero.

Los recuerdos de una mirada, de una sonrisa, de un beso, de miles de caricias y de un nombre que significaba muy a su pesar , todos sus sueños de juventud; habían regresado para atormentarle y está vez no se irían por más que Tom les echara fuera de su cabeza.

A los días comenzaron a repartir entre los reos las hojas de peticiones que serían entregadas al jefe de la prisión. Tom no había devuelto ninguna por el contrario había comenzado a utilizarlas para hacer dibujos o hacer papiroflexia. Después de tres semanas coleccionando las hojas  y de crear lo que él llamaba sus obras escucho los pasos del viejo oficial

_ ¡ Un, dos ! ¡ Un dos! - Hola Antonio!!

_ Hola Tom!!! Arréglate que hoy irás a dónde el director,pidió verte...está evaluando tu caso y...

Tom apretó la mandíbula y por un momento sus ojos marrones parecieron iluminarse. - Este momento tenía que llegar- pensó para sí, todo esto de los impresos parecía una invitación... Tom sabía que era una invitación más, para que él- él y no otro - fuera a su oficina Bill, Siempre tan predecible y tan noble( se dijo)

_ NO! dijo tajante

_ ¿ Cómo que no quieres? No es como si te estuviera preguntando, es una orden

Tom se volvió sobre sus talones mirando de una manera amenazante al oficial, se acercó hecho una furia hasta los gruesos barrotes que lo separaban del viejo guardia

Se aferró al metal y apretó fuerte sus manos, respiro hondo intentando calmarse
Pero con esa mirada de asesino.

_ Dile... que no quiero verle, si él sabe que me rehusó estoy seguro que perderá el interés.

Antonio estaba atónito ante la reacción de Tom, pero lo conocía bastante bien como para advertir el peligro que podía representar una vez que el castaño perdía los estribos. Sacó del bolsillo trasero de su pantalón un pañuelo con el que limpió el sudor que había empezado a bajar por su frente

_ Está bien Tom Pe...pero te aviso que si el director se empeña en verte tendré que venir acompañado y aún que sea a rastras te llevaré...

La Edad Prohibida Donde viven las historias. Descúbrelo ahora