La envidia y el rencor son uno de los peores sentimientos que puede tener el ser humano, tanto así que puede convertir el corazón de esa persona frío y despiadado y que puede llegar a volver una pesadilla la vida de una o más personas.
Los personaje...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
𝗔𝗼𝗶 𝗞𝗮𝗻𝘇𝗮𝗸𝗶: —𝘎𝘪𝘪𝘤𝘩𝘪 𝘺 𝘋𝘢𝘪𝘪𝘤𝘩𝘪... ¡𝘖𝘬, 𝘱𝘦𝘳𝘧𝘦𝘤𝘵𝘰! 𝘓𝘰𝘴 𝘥𝘦𝘫𝘰 𝘴𝘰𝘭𝘰𝘴, 𝘤𝘰𝘯 𝘱𝘦𝘳𝘮𝘪𝘴𝘰.— Aoi sale de la habitación y cierra la puerta, Giyuu voltea a ver a Tanjiro con una sonrisa mientras cargaba a los recién nacidos.
𝗚𝗶𝘆𝘂𝘂 𝗧𝗼𝗺𝗶𝗼𝗸𝗮: —𝘛𝘢𝘯𝘫𝘪𝘳𝘰, 𝘨𝘳𝘢𝘤𝘪𝘢𝘴... 𝘎𝘳𝘢𝘤𝘪𝘢𝘴 𝘱𝘰𝘳 𝘩𝘢𝘣𝘦𝘳𝘮𝘦 𝘥𝘢𝘥𝘰 𝘦𝘭 𝘳𝘦𝘨𝘢𝘭𝘰 𝘮𝘢́𝘴 𝘩𝘦𝘳𝘮𝘰𝘴𝘰, 𝘨𝘳𝘢𝘤𝘪𝘢𝘴 𝘱𝘰𝘳 𝘥𝘦𝘫𝘢𝘳𝘮𝘦 𝘷𝘦𝘳 𝘢 𝘮𝘪𝘴 𝘩𝘪𝘫𝘰𝘴 𝘺 𝘥𝘢𝘳𝘭𝘦𝘴 𝘮𝘪 𝘢𝘱𝘦𝘭𝘭𝘪𝘥𝘰.— La voz del Azabache era suave y su mirada también, desprendía un olor de felicidad y alegría.
Tanjiro al principio no dice nada y solamente mira a Giyuu cargando a sus bebés con suma delicadeza pero después sonrie levemente y dice:
𝗧𝗮𝗻𝗷𝗶𝗿𝗼 𝗞𝗮𝗺𝗮𝗱𝗼: —𝘕𝘰 𝘦𝘴 𝘯𝘢𝘥𝘢, 𝘢𝘭 𝘧𝘪𝘯 𝘥𝘦 𝘤𝘶𝘦𝘴𝘵𝘢𝘴 𝘵𝘶 𝘦𝘳𝘦𝘴 𝘴𝘶 𝘱𝘢𝘥𝘳𝘦...— Giyuu al oír esto se desilusiona un poco ya que pensaba que había una posibilidad de Tanjiro lo perdonará, aunque esté no haya echo nada.
Giyuu se acerca a Tanjiro para que cargue a los bebés, los cuales acababan de despertar. Tanjiro mira a sus pequeños bebés y siente un inmenso amor por ellos, desde el primer momento en que los vio sabía que los iba a proteger con su vida si era necesario.
𝗧𝗮𝗻𝗷𝗶𝗿𝗼 𝗞𝗮𝗺𝗮𝗱𝗼: —𝘚𝘰𝘯 𝘪𝘥𝘦𝘯𝘵𝘪𝘤𝘰𝘴 𝘢 𝘵𝘪...—
𝗚𝗶𝘆𝘂𝘂 𝗧𝗼𝗺𝗶𝗼𝗸𝗮: —𝘕𝘰 𝘤𝘳𝘦𝘰— El Azabache no quería admitir que sus hijos era una fotocopia exacta de el, hasta tenían su expresión sería.
Los gemelos empiezan a llorar porque tienen hambre, Tanjiro se desabrocha la camisa que cargaba y empieza a darles de pecho a los gemelos.
