10 de Abril de 1910, del Calendario Unificado
Otto I von Lohenstein, el joven rey de Ildoa, se encontraba sentado en su escritorio de madera tallada en el palacio real de Romulia. La luz del atardecer iluminaba el despacho, proyectando sombras sobre los mapas y documentos dispersos frente a él. En sus manos sostenía un informe recién llegado del sur, enviado por los comandantes del ejército. Sus ojos recorrían las páginas con atención, pero su expresión denotaba una mezcla de satisfacción y disgusto.
El informe describía con detalle los acontecimientos tras el despliegue del ejército. Nobles huyendo en la noche con sus familias y fortunas, sus carruajes interceptados en los caminos por tropas leales a la corona. Terratenientes intentando resistir, solo para ser arrestados y llevados bajo custodia. Sin embargo, el punto que más impacto causaba en el joven monarca era la recepción de los ciudadanos comunes: campesinos que salían a las calles aclamando al ejército, entregándoles flores y vítores, como si fueran sus salvadores.
Otto apretó los labios al leer sobre el sistema de peonaje que había imperado en el sur. Era un método cruel y degradante que había condenado a generaciones enteras a la esclavitud disfrazada de trabajo. El ciclo era perverso: un trabajador recibía un adelanto, suficiente para sobrevivir unos días, pero pronto ese adelanto se convertía en una deuda imposible de pagar. El "contratista" enviaba al trabajador en tren hacia las haciendas, donde este, al llegar, era informado de que ahora debía por la casa, la tierra y cualquier "beneficio" que se le hubiera ofrecido. El sueldo miserable apenas alcanzaba para cubrir el sustento básico, y los préstamos solo incrementaban la deuda. Así, el peón y su descendencia quedaban atrapados para siempre en el sistema de peonaje.
La ira de Otto creció al reflexionar. ¿Cómo se permitió que esto sucediera bajo la corona? Su abuelo, Friedrich IV, había mirado hacia otro lado, probablemente temeroso de perturbar el equilibrio de poder con los nobles sureños tras la consolidación del reino. Pero Otto no tenía intención de cargar con los errores del pasado.
Se levantó de su asiento y caminó hacia la ventana. Desde allí, podía ver la imponente cúpula del Parlamento de Romulia, un recordatorio constante de las leyes y acuerdos que regían el reino. Otto sabía que su decisión de movilizar al ejército tan temprano en su reinado había sido un golpe audaz. Nadie, ni siquiera sus propios ministros, había anticipado que atacaría las bases de poder de los terratenientes con tal rapidez. Pero era necesario.
El rey volvió a su escritorio y tomó un mapa detallado del sur de Ildoa. Las vastas extensiones de tierra baldía de las haciendas se destacaban como cicatrices en el paisaje fértil. Se sentó nuevamente y, con una pluma en la mano, comenzó a escribir notas. Reemplazar a la nobleza local por administradores leales sería esencial para mantener el control. Además, tendría que implementar medidas que ganaran el favor del pueblo. La idea de redistribuir parte de esas tierras abandonadas le parecía pragmática. Aunque sabía que muchos lo acusarían de adoptar políticas socialistas, Otto consideraba que, en este caso, el fin justificaba los medios.
"El trabajo dignifica al hombre, no lo esclaviza", murmuró para sí, las palabras resonando en el despacho vacío. Si repartía esas tierras entre los campesinos, permitiría a cientos de familias construir un futuro libre de deudas y explotación. Además, incentivaría la producción agrícola en una región que hasta ahora había languidecido bajo la sombra de los grandes terratenientes.
Sin embargo, no ignoraba los riesgos. Una reforma tan radical podría alienar a ciertos sectores del norte que veían al socialismo como una amenaza. Además, había que considerar el impacto político: los terratenientes exiliados podrían buscar apoyo en el extranjero, tal vez incluso en la Magna Rumelia o la República. Otto sabía que el equilibrio de poder internacional era frágil, y cualquier movimiento en falso podría atraer la atención de fuerzas externas.
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Youjo Senki: Ildoa redimida
FanfictionIldoa, aquella nación peninsular que en el manga de Youjo Senki nunca destaco por nada salvo cuando fue invadido por el Imperio y tuvo que ser liberada por los Estados Unificados. Al igual que nuestra Italia, Ildoa fue un aliado incompetente y traid...