decidieron comprar otra casa. una mas pequeña y con solo dos habitaciones. max dijo que no quería vivir donde sergio estuvo con carola. llevan dos años viviendo aquí, es acogedora, de color café claro y bastante fresca.
max gruñe, sintiendo algo contra su muslo. abre los ojos y sonríe.
—mmm, papi —se muerde el labio, sonriendo.
—papi quiere jugar, princesa
—yo también quiero. mmm.
la erección de sergio se frota entre sus glúteos. se siente dura y lista para follarlo.
hace un mes atrás había llegado el pequeño patricio. un bebé de apenas 3 meses. su madre murió unas semanas después del parto por una fuerte infección en la herida de la cesarea. el tramite fue bastante rápido. sergio y max estaban encantados con su hijo. pero como todavía es pequeño, tienen que levantarse por las noches a atenderle. dejandolos cansados. entonces, hace un mes que no hacen nada, y eso estaba matando al más grande.
—¿serás una buena nena? ¿obedeceras a todo lo que papi diga?
—si, papi. siempre.
max se voltea y besa los labios de su novio. primero es un movimiento temeroso y vacilante, pero sergio no aguanta. abre los labios y mete su lengua a la boca de max, haciendo que suelte ronroneos, pasando sus manos por el estómago de sergio.
—papi te va a follar la boca, bebé ¿qué tal suena eso?
el rubio simplemente tararea feliz con esa idea, poniéndose de rodillas en el suelo. el de ojos negros se para, en sus pantalones de pijamas sobresale su erección. max se lame los labios, esperando por ésta. baja sus pantalones lentamente. la punta golpea la barbilla del mas alto, él la toma y comienza a masajearla, robandole suspiros al mayor.
sergio agarra la base de su miembro, indicandole a max que abriera la boca, él, obediente como siempre, lo hace. mete su polla hasta que topa la garganta de max. sus ojos marrones se cristalizan y sus manos paran en las caderas de sergio, apretandolas, sus dedos quedan blancos por la fuerza.
—¿sabes tus palabras de seguridad?
—si, papi. estoy bien —el solito se mete el pene de sergio hasta el fondo.
sergio gime grueso cuando ve pequenas lagrimas salir de los ojos de max. por su barbilla caen tiras de saliva combinadas con su pre semen.
—¿vas a tragar todo lo que papi te de, princesa?
max como puede asiente, cerrando sus ojos. El rubio comienza a mover sus caderas lentamente para no lastimar al otro. no pasa tanto y ya esta follando su boca. los dos estan gimiendo. sergio por lo caliente que se siente la boca de max y max por la rudeza del otro. le encanta que se volviera bruto al momento de estar haciéndolo.
sergio se vacía en la boca del mas joven. max saca la lengua, mostrandole el líquido viscoso y blanco. le guina un ojo antes de tragarselo todo, ante la vista llena de lujuria del rubio.
—tengo un regalo para ti.
el rubio vuelve a respirar normal cuando sergio se aleja. camina, con pasos siempre elegantes hasta el armario. de ahí, saca una caja negra, dentro es aterciopelada y de color rosa pastel.
—acustate boca abajo.
ordena con voz demandante. sonríe al ver el mas reciente tatuaje de max. el también lo ha escrito y dice "sergio" justo debajo donde termina su nalga derecha, esta totalmente mal hecho porque fue de una vez que estaban lo suficientemente borrachos —y algo drogados— para hacerlo.