es lunes por la tarde y max no fue a trabajar, le mando un mensaje a carola, diciendole que se sentia mal, y no mentia desde el domingo por la mañana ha estado teniendo dolores de cabeza y una leve temperatura, debia ser porque el sábado se mojó en la lluvia cuando fue por donas para su madre.
en la universidad no le fue bien, llego tarde a su primera hora y casi no lo dejan pasar, al entrar en su salón habia pateado la puerta sin querer y despues se pegó en el ojo, el cual quedo con un terrible morado oscuro ademas le dolia, todos sus compañeros —los que no sabian lo que paso— estuvieron llamándolo princesa ruda porque según , se habia agarrado a golpes con alguien. en un momento, se harto de lewis un chico que siempre lo estaba molestando, lo enfado tanto que termino caminando hasta su mesa, para soltarle una fuerte cachetada. el mismo se habia asustado de su propia actitud, pero se sentia demasiado humillado como para seguir con esto
su celular vibro justo cuando iba a empezar su tarea de psicologia, no queria hablar con nadie incluso pego una hoja en la puerta de su habitacion para que nadie lo molestara
serchi ¿por que no viniste, bebé? te extraño
no iba a rodar los ojos. no lo haria
lo hizo
rueda los ojos, leyendo el mensaje de sergio, lo quiere pero esta harto de todo los seres humanos ahora
yo estoy enfermo
contesta dejando su celular cerca por cualquier cosa se refiere a otro mensaje de sergio
serchi estoy yendo a tu casa esperame
se reacomoda en su lugar, tiene suerte de que su mamá este en el trabajo, mick esta abajo pero ya sabia
suspira, leyendo su tarea necesita escribir una experiencia pasada vergonzosa, y max recuerda una, asi comienza a escribir con una sonrisa en el rostro estaba en su tonta historia que no se dio cuenta que su puerta era abierta
—¿se puede? ahi dice que no te molesten
la cabellera pelinegra y despeinada de sergio se asoma por la puerta, tiene una ceja arriba y media sonrisa
—pasa
su voz suena cansada y grave, llevaba horas sin hablar con nadie
—tu primo abrio la puerta creo que me amenazo o algo, no entendi muy bien, tenia media hamburguesa en la boca
—si, ese es mick
quiso reirse pero su animos se lo impide
—¿que tiene bebé? luce triste
—me duele la cabeza y me golpee el ojo hoy
—aw, pobresita princesa
el corazon de max se remueve alegre al oir eso, sonrie bobamente mientras sergio se sienta a su lado uniendo sus labios, lo toma de la nuca para hacer ese beso más profundo y duro, pero el rubio lo aleja
—estoy haciendo tarea, papi
— y... ¿que hay que hacer?
—escribir una experiencia que se me haga tonta y vergonzosa a la vez
—¿cual es?
—fue cuando papá queria que hiciera cosas de chicos —contrae sus hombros—pero bueno. el caso es que yo fui, y siempre el entranador daba por obviedad el entrenamiento primero, y despues jugaban un pequeno partido. para no tener a los niños aburridos.
—¿te divertiste?
max asiente
—un poco. bueno, cuando era el partido ese, yo tenia la pelota y me dijeron a donde tenia que ir, asi que corri con el balon a la porteria. ahi estaba un niño y me moleste con el. le dije algo como "¿podrias quitarte? trato de hacer un gol" y el muy grosero me dijo "no puedo, soy el portero". no se, creo que despues le tire la pelota en la cabeza, choco con un poste de la porteria y sufrio una contusion.
sergio se rie de su bebé abiertamente. muy pocas veces lo ha hecho. a max siempre le gusta escuchar su risa, no es grave ni aguda —como su voz suele serlo— tiene un tono bonito. como de esos que quieres escuchar siempre
—¡no te rias! ¿sabes que fue lo peor?
el mayor niega, parando de reir.
—cuando entre a la secundaria ese chico fue mi compañero de banco por tres años. todos los dias le pedia perdón.
—esa si es mala suerte, bebé.
sergio acerca su mano a la de max, quiere tomarla pero él se aleja.
—sergio... tienes tu anillo
le recuerda con voz triste. sergio suspira, tomando su rostro entre sus manos.
—sabes que si me lo quito se me va a olvidar ponermelo y carola se va a molestar.
max muerde su labio inferior, jugando con su lapicero. golpea la palma de su mano con la punta de este
—entonces ¿lo haras? digo ¿te vas a casar, en serio?
—max, ya hemos hablado de esto. no es que yo quiera. mi familia depende de mi y esa boda
lo sabe. él le ha hablado sobre su familia y sus hermanos. sergio no viene de una buena familia su madre tiene un trabajo, él mismo que max. solo que él no tiene que mantener a 5 niños.
max no critica a la mama de sergio pero... si sabe que no tiene suficiente dinero ¿para que tener tantos hijos? o sea, no habia caso. el rubio piensa que es más barato comprar condones que después tener que pagar matriculas de universidades.
todo lo que sergio tiene es gracias a carola. el dinero, la casa, su puesto en la empresa. sergio sin ella era literalmente nada. la mujer lo sabia, pero al parecer estaba muy enamorada como para hacer caso a eso
—sergio yo... creo que es mejor terminar esto que tenemos
el mas alto lo ve, incredulo.
—¿perdón?
—hablo en serio. mañana ire a trabajar y le diré a carola que renuncio. he vuelto a la escuela y necesito concentrarme en eso.
—max, tu no puedes terminar conmigo
—si puedo. y lo estoy haciendo
sus ojos lucen apagados y humedos. no va a llorar, no al menos hasta que sergio este fuera de su habitacion... y su vida
—pero yo-yo no puedo hacer nada sin ti. te necesito, max. mucho
nunca ha visto a sergio asi. se veia muy vulnerable y pequeño. quiere retirar todo lo que ha dicho y tirarse a abrazarlo. decirle que el tambien lo necesita.
—tus chistes son malos, pero en este te pasaste.—trata de reir pero no puede, un sollozo dolido sale de sus delgados y palidos labios. es la primera vez que lo ve llorar.
—no es broma, sergio. ahora, te pido amablemente que te retires, tengo tarea por hacer.
sergio limpia sus lagrimas, aclarando su garganta. su cara vuelve a ser dura como usualmente.
—esta bien. si necesitas algo, llamame. adios
sale de la habitacion, cerrando la puerta muy suave. se queda ahi, mirandola. oye los pasos fuertes de sergio bajar los escalones. se encoge cuando la puerta es aporreada y mick grita molesto
se recuesta en su cama. no llora, porque aún no le entra la idea de que ha dejado a sergio
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