Capitulo 4

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— No entiendo.

Dice Lucas quien vino a mi habitación para que lo ayude con su tarea.

— Por qué no le pides ayuda a papá?.

— Está ocupado.

Su mirada baja por un segundo un poco triste.

— Está bien, siéntate, ¿De qué es tu tarea?.

— Ciencias.

Luego de ayudarlo un rato por fin entendió y terminamos su tarea juntos.

— Gracias, eres la mejor.

Dice y me da un abrazo, luego lo miro desaparecer por la puerta.

Es tan tierno.

Mi celular suena sacándome de mis pensamientos.

— Aló?

— Buenas noches, es usted Nayana Montero?

— Buenas noches, si, soy yo, con quién hablo?

— Le hablamos desde el hospital las américas, el paciente Kenay Peralta nos ha dado su número para contactar a un familiar.

Kenay en el hospital? Qué le pasó?

Mis manos empiezan a sudar y a pensar en lo peor.

— Él... Él está bien?.

— Si tranquila, solo se fracturó el brazo al caerse de su caballo.

Escuchar eso me alivió un montón.

Pero si hoy no es sábado, es jueves ¿Que hacía en la caballeriza hoy?

— Él se niega a estar solo antes de la cirugía, quiere verte antes de ello.

Espera.

Qué?

— Cirugía? Pero no me acabas de decir que está bien?.

— lo está, pero igualmente debemos de hacer una pequeña cirugía para evitar que se retarde el proceso de consolidación.

No entendí ni madres, pero bueno.

— Ya voy para allá, gracias.

Mi mamá se alistó y me acompañó al hospital.

— Buenas noches, buscamos al joven Kenay Peralta.

Pregunta mi mamá en la recepción del hospital.

— Se encuentra en la habitación 8 al final del pasillo.

Las dos caminamos hacia la habitación, tonto Kenay, que estaría haciendo?

Llegamos y estoy por entrar pero mi mamá se detiene.

— Quiere verte a ti.

Yo asiento y entro sola, es una habitación amplia, cerca de la ventana está la cama donde está sentado y cuando escucha cerrarse la puerta me voltea a ver con una sonrisa.

— ¿Por qué tan seria?

Me pregunta.

— Deberías ser tú el que esta serio y no yo. ¿sabes el susto que me dió cuando me dijieron que estabas en el hospital?

— Perdón.

— Tranqui, al menos no es tan grave, pero dime, ¿Qué pasó?.

— No es tan grave? Me van a hacer una cirugía.

— Recuerdas cuando me fracturé mis dos brazos? Fué una cirugía en cada uno, pero bueno, ¿Qué pasó? —
Él me dedica una mirada triste cuando le recordé lo de mi fractura, pero lo ignoro, no quiero que se siga sintiendo culpable por ello.

Lo que callan los amigos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora