"¿Tu oferta sigue en pie?"
Desde ese día ha comenzado a vivir junto a Shiota Nagisa.
Un humano
Y él, un híbrido.
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-No hay otra opción.-¿Pero no deberíamos contratar a alguien más para que haga esto?.
-Muy arriesgado. Puede usar esta información para amenazarnos. Tenemos que hacerlo nosotros mismos.
Se escuchó un click. Habían cargado una pistola.
-Nadie se enterará de esto. Nadie conoce su existencia. Empezaremos de nuevo y esta vez tendremos nuestro hijo perfecto. Un humano.
Cerca de ahí, escondido en las escaleras, estaba Karma, de 16 años. Con sus orejas-rojas y peludas- pudo escuchar todo perfectamente.
Escuchó el sonido de un beso.
-Llama al engendro.
-Karmaaa~.
Y la voz de su madre, inusualmente dulce
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.
.Karma se despertó con un jadeo.
Afuera el sol brillaba y por un momento Karma se encontró desorientado hasta que segundos después recordó que no tenía 16 años y que no estaba viviendo con sus padres, también recordó que tampoco estaba viviendo en la calle.
Ahora vivía con Nagisa.
Tenía un techo, una cama y comida.
-En este cuarto vas a dormir
Una vez que terminaron de desayunar Nagisa decidió mostrarle dónde el iba a dormir de ahora en adelante.
El cuarto en sí era igual al del peli-azul, un cuarto no tan grande con las paredes forradas de un color beige. En la ezquina inferior izquierda estaba la cama y a lado había una pequeña cómoda en donde posaba una lámpara. En la ezquina superior derecha había un escritorio de madera y al lado de este, arrimado a la pared se encontraba un gran librero y estaba todo lleno de libros. Karma se acercó a el para revisar los tipos de libros que había.
Medicina, Filosofía, Psicología, Aritmética, Química...
Había de muchas clases, todos gruesos y cuando sacó uno y lo abrió para inspeccionarlo se dió cuenta también que eran de un nivel avanzado.
-Sobre la ropa...
Hablaba Nagisa detrás de él. El muchacho estaba frente a unas puertas de un armario que se encontraban al lado de la pequeña cómoda. El chico abrió las puertas y para sorpresa de Karma estaba lleno de ropa. El peli-azul sacó una camisa -de manga larga y de color azul que tenía un estampado de New York- y se acercó al híbrido tendiéndole la prenda.
-No sé si te vayan a quedar, tal vez te queden un poco flojos !ah! Debería hacerle un hueco a los pantalones, ya sabes, por la cola.
Por alguna razón Karma se sintió levemente incómodo cuando Nagisa se ofreció.
-Eso lo hago yo.
-Eran pasado las 9
Karma se dirigió al baño a paso lento rascándose la panza en el proceso. El baño de Nagisa era todo blanco y limpio, muy limpio, casi parecía brillar.
Vació su vejiga y en seguida se lavó sus manos. En el lavamanos se fijó que había un vaso de plástico que tenía dos cepillos de dientes. Uno azul y el otro rojo. El rojo se veía completamente nuevo.