Toji en Kimetsu no Yaiba [Toji x Demon Slayer]

Capitulo 10

—¿Quién es esa mujer? —Preguntó.

—¿Quien?

—Esa, la de ahí —Señaló.

Kota observó el lugar que había llamado la atención de Fushiguro.
Y para su sorpresa, se trataba de nada más ni nada menos:

—Warabihime... —Respondió, con resentimiento.

Fushiguro notó el tono de voz del hombre diminuto, distinguiendo odio en aquel nombre.

—¿Ella es cortesana?

El hombre se volvió a Fushiguro, mirándolo a la cara. Desapareciendo esa expresión de odio que tenía.

—Si —Fue lo único que dijo. Al mismo tiempo que volvía a andar.

Fushiguro no estaba contento con aquel trato por parte de Kota, la forma en que había respondido era despreciable.

—Oye... —Le llamó la atención, permaneciendo parado en su lugar —. Enano imbecil, el trato fue que me dieras contactos. Ahora agreguemos un guía de turismo. ¡¿Quién es esa mujer?! —Dijo molesto.

Kota se puso a temblar, el hombre gigante que tenía atrás suyo estaba apunto de matarlo, no quedaba duda. Su mirada era distinta al de los demás, más intensa y profunda. Características de un asesino de sangre fría. El lo sabía perfectamente, por el distrito rojo solo se encuentran criminales de toda índole.

—¡L-l...o siento! —Respondió de inmediato, bajando la cabeza —¡Siento haberte molestado por la forma en la que te respondí!

—¡Tch! Solo dime quien carajos es. Y con eso me refiero a todo dato que tengas de ella. Donde trabaja, en que horarios atiende, cuanto cobra. Carajo.

—¡Si! Como pidas —Respondió, recuperando la compostura —. Bueno, ella es Warabihime. La Oiran más exclusiva del Distrito Rojo. En lo personal le tengo odio por distintas razones. Pero toda se resumiría más o menos así: Como ella es la mujer más exclusiva aquí, ignora a todos los demás. Nadie en la ciudad ha podido cogersela. Se rumorea que solo atiende a señores Feudales, a los más grandes generales y esas cosas. No tienes chance con ella. Nadie la tiene.

—No te pedí tu historia, idiota. Aún no me has respondido por completo. Hazlo de una vez, así vamos a tu negocio.

—E..Eh.. esta bien. Trabaja en la casa de ahí —Señaló a una residencia de enorme tamaño. Probablemente era la más grande del lugar —. Los horarios son desconocidos, pero este es el distrito rojo, es probable que solo sean en las noches. Respecto al precio.. —Titubeó.

Fushiguro se impacientaba por la forma de hablar de Kota.
Esas pausas en medio de las oraciones lo irritaba.

—¡Habla de una vez!

—¡Claro! Em... bueno, la cuestión es la siguiente: Hace algunos meses vino un comerciante de diversos productos aquí, al distrito rojo. Y el como todos, se enamoró de Warabihime. Yo tengo muy buena relación con la abuela de su casa de cortesanas. Y me dijo cuanto rechazo ella por una cita que duraba una semana en Francia. Obviamente en el contrato estaba bien citado que en toda la semana de esa cita, el tendría sexo con ella. Todo por la enorme cantidad de ****... —Dijo, dejando a Fushiguro en blanco.

-(Es imposible) Pensó. Dudando de la veracidad de sus palabras.

Kota volvió a llamar su atención al agregar nuevos datos:
—Y no es que solo lo rechazo —Continuó —. El comerciante, en su desesperación, ofreció toda su fortuna para dormir con ella. Todo por una sola noche. ¿Que crees que dijo ella? —Preguntó, dando a entender lo complicado que sería esto para Fushiguro —. Lo rechazo de todas maneras. El hombre se suicidio en los días siguientes.