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Año 2347 – Imperio del Nuevo Régimen – Sector III

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Año 2347 – Imperio del Nuevo Régimen – Sector III

Aquellos edificios, cuyas luces solían iluminar todo la ciudad y el movimiento darle vida a lo que una vez fue, ahora eran un triste recuerdo que solo vivía en aquellos que tuvieran la suficiente cordura. Los edificios se caían a pedazos y la naturaleza comenzaba a reclamarlos. Las calles estaban desiertas, con el recuerdo de la humanidad grabado en los restos de los automóviles que había abandonados, algunos incrustados en locales o postes, tan destruidos que eran incapaces de reconocerse.

La lluvia se había llevado la sangre que alguna vez se derramo en esas mismas calles, ni siquiera quedaban rastro de los cuerpos que vivieron en carne propia lo que el egoísmo del ser humano era capaz de causar.

Sin embargo, aun cuando el humano originó su propia destrucción, el sol seguía brillando con la misma intensidad, él era único que se mantenía firme, aún si no tuviera a nadie a quien iluminar.

Pero aquel silencio, tan asfixiante y doloroso, fue interrumpido por el choque de metal contra metal, haciendo eco sobre cada muro, sobre cada una de las construcciones que aún se mantenían en pie.

Entonces, de repente, ya no había más silencio, solo era perceptible el sonido de risas y nuevamente, esa vieja ciudad volvió a tener, por un breve segundo, dos habitantes.

— ¡Es tu fin! —dijo seguido de un grito de batalla.

El joven de cabellera rubia saltó desde el capo de un auto con un tubo en alto, que figuraba una espada en su imaginación, el cual dio de lleno con otro del mismo grosor. Soltó una pequeña risa al saber que su contrincante se encontraba preparado para recibir su ataque

—Deberías rendirte Namjoon Hyung —dijo, sin disminuir la fuerza de su ataque, tratando de hacerlo retroceder—. Ambos sabemos quién será el ganador.

—Todavía eres un niño, Taehyung. —Empezó a reír, divertido por la confianza de su hermano, mientras ambos se balanceaban sobre el pavimento.

Namjoon, tomando ventaja de su fuerza, empujo a Taehyung hasta hacerlo chocar contra lo que alguna vez fue una pantalla gigante. Sin embargo, el menor fue más habilidoso y logro escabullirse por la izquierda, dando un giro sobre sí mismo y logró asentarle una patada en la parte trasera de la pierna derecha, haciendo que cayera al suelo de rodillas. Pero, antes de que lograra hacer cualquier otro movimiento, Namjoon uso el tubo en sus manos para hacer caer a Taehyung de espaldas y apunto con este directo a su cuello, el borde filoso impidiéndole a Taehyung hacer cualquier movimiento por miedo a terminar con un corte en su yugular.

—Creo que acabo de ganar —dijo Namjoon con una amplia sonrisa.

Taehyung soltó un suspiro derrotado y se dejó caer totalmente al piso.

—Algún día.... Algún día lograré vencerte Hyung —comentó con la respiración entrecortada, agotado tras una larga sesión de entrenamiento.

—Oh vamos. —Namjoon tiró el tubo de metal y le extendió la mano a Taehyung, para ayudarlo a levantarse —. Apenas tienes 17 años, todavía te queda mucho por aprender —dijo mientras le pasaba un brazo por sus hombros y le revolvía el cabello.

ALGUIEN DEBE MORIR   |   TAEKOOKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora