Olvídame, Madrid

Cinco.

Unas horas antes, en un restaurante italiano de Carabanchel
- Bueno chicos, este es mi novio. Se llama Fabio, Fabio, estos son mis amigos. - Señala a todos mientras dice sus nombres. Una joven vestida completamente de negro y con numerosas cadenas encima, un chico con el cabello rizado y negro, uno rellenito, en una esquina, sentada en la silla mas alejada de las demás está la rubia. Muy elegante con un vestido de tubo negro y unos tacones. Cuando acaba las presentaciones se sientan y piden la cena.
- Y dinos, ¿Cómo os conocisteis? Ayer Ana no estuvo lo que se dice mucho con nosotros. La perdimos a mitad de la noche. - Pregunta Gantz, aprovechando que su amiga ha ido al baño- No se como hace para desaparecer siempre a las 2, como Cenicienta, pero a otra hora.
- Si... Recuerdo que eran como las 3 cuando ella estaba haciendo su número. Baila muy bien. - Comenta con un bonito acento de Sicilia, mientras enrolla en el tenedor sus spaguetti.
- ¿Baila? No sabía que hiciera algún tipo de baile. ¡Y a esas horas! - Todos continúan las risas y el buen rollo excepto Adalet. Parece haberse dado cuenta del tipo de baile que practica su amiga, y no le gusta nada.
- Sí... No recuerdo como se llama el estilo. Es como un baile muy sensual, en una barra. ¿Sabéis? - Las sonrisas van cayéndose, y ya van abriendo los ojos. - Que la bailarina va con poca ropa y...es en clubes nocturnos
- Streptease, lo llamamos en España - Dice una sobrecogida Adalet.
- Bueno, con vuestro permiso, me dispongo a ir al servicio. - El musculoso hombre se levanta y se va también.
- Mira la santa tímida de la Anita. - Se burla Darío.
- ¿Es que no vamos a hacer nada? - Se indigna la rubia.
- Hablaremos con ella, cuando vuelva del servicio. Tranquila, amiga. - La anima Olivia. - Seguro que hay una explicación razonable para todo esto, ¿no crees?
- Puede ser. - Contesta más animada. Quizás todo esté dentro de su cabeza. ¿Habrá algún motivo? Los minutos pasan y ellos ya han acabado de comer, aunque la pareja no vuelve. ¿Qué ocurre? La rubia coge el iPhone y comienza a escribir un mensaje a su amiga Ana.

Adalet🙈 (en línea): Donde andas?? Los chicos y yo estamos preocupados 😓
Ana🎀 (en línea): en ksa de Fabio. T paso la direccion y venis tods
Adalet🙈 (en línea): Se puede saber que haces ahí?
- Chicos, dice Ana que está en casa de su novio el italiano
- Es siciliano. - Especifica Gabriel. - ¿Por qué está allí?
- Ahora te lo digo, me lo está escribiendo.
Ana🎀: (en línea): ps me dijo k si keria ir pra k konoziese a sus ijas y to esto y le dije k si k ya vendriais vostrs en 1 ratiko. Pro venid prnto k dijo k keria mimir. ❤️
Adalet🙈: (en línea): Okey 👌🏽
Los chicos, bastante asombrados se levantan de la mesa y dejan el importe de la cena sobre una pequeña bandejita de plata. No parecen muy alegres. Una vez fuera, montan en un coche deportivo rojo fuego que pertenece a la tatuadora, lleno de diseños que simulan encaje negro a los lados. La rubia se sienta al volante y el resto se sube al coche también. Gantz se nombra copiloto y los otros dos se aguantan en la trasera. Adalet comienza a conducir por la carretera mientras en la radio suena una canción de amor. Inmediatamente apaga el aparato y mira de nuevo al frente. Una casa adosada bastante grande y lujosa se encuentra cerrando la calle. Allí es.
- Hemos llegado, chicos
- yo aún vivo con mis padres y el pavo este tiene una casa del copón. Como se lo monta. - Opina Darío, impresionado. Uno a uno van bajando del coche y pisando la hierba del jardín delantero, la primera y decidida es Olivia, que corre a timbrar, seguida del resto.
- hola. - Saluda Ana cuando se abre la puerta. Lleva un albornoz rosa de seda y unos zapatos de tacón, en su mano sujeta lo que parece ser una copa de vino. - ¿Pasáis? ¿O os vais a pasar todo el día mirando a las moscas? - Todos reaccionan, y traspasan la puerta de madera Noble. Un largo pasillo, unas escalera de caracol, suelo de caoba, cocina impactante con encimera de mármol, televisión gigantesca. El paraíso para Darío, Carmen y Gantz, que acaban de ver que en el armario que rodea la televisión hay un aparatito con cuatro mandos encima.
- ¡Guapísimo! ¡El menda tiene la play cuatro! - Se emociona Adalet
- Venga enciéndela que a ver que juegos tiene...¡Mira el nuevo fifa! ¡Si aún ni ha salido! - Dice Gantz, sentado al lado de una caja de metacrilato, llena de videojuegos.
- Dejad los juegos ahí - Dice Ana, enfadada y autoritaria. - Vais a veniros conmigo a saludar a Fabio y a darle las gracias por invitaros a su casa. - los tres chicos suspiran ante las risas de Olivia, los acaban de fastidiar bien.

- Hola cielo, he venido a traer a mis amigos para que te saluden. Haber si se van pronto y podemos intimidar...- masculla Ana para Fabio. Aun que lo hubiera gritado a los cuatro vientos, lo anonadados que están los chicos impediría que escuchasen lo más mínimo. Ha sido ver el gimnasio de Fabio y alucinar, pero en cuento Ana les ha enseñado la piscina climatizada, la sauna y el jacuzzi ¡ya han flipado!
- no veas las ganas que tengo, guapa, pero lo primero es lo primero. Fabio sale del agua suave en bañador. Su torso no pasa inadvertido para las dos chicas. ¡que abdominales!
- Holaaa Fabio, ¿Que pasa? Hemos visto que tienes una play y nos ha molado, ¿te importa dejarnos echar un fifa después? - Darío y Gantz corren a junto de el interesadamente dejando a las dos chicas atrás.
- Pero por favor, que poco caballeros. Hola Fabio. - La Gallega se lanza a darle dos besos y un abrazo.
- Perdón, guapa, estoy algo mojado - Alega envolviéndose en una toalla que le pasa su novia.
- Descuida. Una casa muy bonita, solo le falta tener un half y ya sería demasiado perfecto. Pero lo que te iba diciendo, ¿nos dejarías un momento el portátil o la clave del Wifi? Teníamos que mirar los billetes de tren, por si no os acordáis. - Comenta mirando a sus olvidadizos compañeros.