Estar entre sus brazos era todo lo que alguna vez había soñado y mucho más. Rick era un amante implacable y logró hacerme tocar el cielo durante gran parte de la noche con sus caricias y la forma que tenía de hacerme el amor. Caímos rendidos en un nudo de brazos y piernas, sin dejar de besarnos como si no pudiéramos saciar nuestras ganas y a pensar del cansancio, ninguno pudo dormir después, solo nos quedamos abrazados protegidos por esas paredes, en aquel viejo colchón que alguien había puesto ahí para descansar durante las largas guardias nocturnas.
Lo escuché suspirar antes de dejar un beso en mí frente y apretar más su abrazo.
— ¿Estás bien? — me preguntó al ver qué no decía nada, solo estaba ahí con la cabeza recostada en su pecho y la mano sobre su corazón.
— No lo sé... estoy feliz de estar aquí contigo pero me siento... ¿culpable?.
— Debes hablar con él, As. Terminar las cosas... podemos esperar para hacer pública nuestra relación, puedo esperar por ti.
— Yo... tengo un montón de preguntas... ¿Qué le vamos a decir a Carl? Y... ¿A todos? Siempre fuimos amigos y ahora... me siento terrible.
— Mírame linda — su tono se suavizó mientras levantaba mí rostro para verme a la cara — Seguimos siendo amigos, soy la misma persona que era hace unas horas, la única diferencia es que ya no quiero esconder lo que siento. Carl lo entenderá. Joe... bueno, él es un buen sujeto, también entenderá. Lo superará con el tiempo.
— No quiero lastimarlo.
— ¿Quieres esto? ¿Me quieres a mí? Necesito saberlo As.
— Me asusta lo mucho que te quiero Rick, pero no podemos pensar solo en nosotros ¿y si nos equivocamos?
— Escúchame, esto... justo aquí y ahora, esto no es un error. Jamas estuve más seguro de algo en toda mí vida ¿si? Lo que sea que pase, lo enfrentaremos juntos.
— ¿Juntos? ¿Lo prometes?
— Lo prometo — me susurró dejando un beso en mis labios que me hizo suspirar. Me acurruque en su pecho, un lugar en el que podría morir y lo haría feliz teniéndolo solo para mí. — Te amo, linda. No tienes idea de cuánto.
Tenía miedo de lo que pudiera pasar, Rick siempre había sido para mí como un sueño inalcanzable y ahora me decía que me había amado todo este tiempo. Sentía que podía enfrentarme al mundo entero yo sola y al mismo tiempo, tenía tanto miedo de que solo fuera un sueño. Cerré los ojos dejando que el mundo desapareciera, que las preocupaciones no arruinaran ese momento a su lado y por fin pude descansar.
Desperté unas horas después y lo primero que note fue que me miraba con una sonrisa.
— ¿Qué? — le susurré sonriendo.
— Eres hermosa cuando duermes ¿sabías?
— Seguro — me burlé acercándome a su calor.
— Lo digo en serio. Eres preciosa As. — Sus palabras hicieron que mis mejillas se calentaran y me incorporé para besarlo. Nos giró en el colchón aprisionando mí cuerpo con el suyo dejando besos por toda mí cara, logrando que olvidara lo mal que me sentía y en lugar de eso, comenzara a reír.
— ¡Basta! — le suplique sintiendo las cosquillas que su barba me producía.
— No, porque en cuanto deje de besarte tendré que dejar que te vistas y volver allá afuera. No creo que pueda soportar verte con él.
— Deberás hacerlo, él se merece una explicación y cuánto antes hablé con Joe, antes dejaras de vernos juntos.
— Promete que no dejarás que te toque. Dime que solo serás mía As y te dejare ir.
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Dirty Little Secret
Fiksi PenggemarTengo un secreto. Uno que me avergüenza y que traté de ignorar toda mí vida. Estaba enamorada de un hombre que jamás me vió como algo más que una amiga de la infancia, la vecina de al lado que le gustaba hornear galletas para él. Rick Grimes, el ho...