Capítulo XIII

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¡Y otro!

Al amanecer, Rhaenyra abrió los ojos lentamente y se encontró con la figura de Daemon en el sillón, frente a la cama. Él estaba allí, con la mirada fija en ella, y aunque sus ojos parecían calmados, un fuego silencioso ardía detrás de ellos. Se sentó en el borde de la cama, todavía adolorida por todo lo que había pasado , pero asombrada de verlo.

- ¿Daemon? - murmuró, apenas encontrando su voz. - ¿No te fuiste en toda la noche?

Daemon la observó por un instante sin decir nada, como si intentara calmar la tormenta interna que crecía en su pecho. Verla tan lastimada hacía que cada fibra de su ser quisiera buscar a Criston y acabar con todo de una vez. Pero él respiró hondo y suavizó su mirada.

- No iba a dejarte sola. - dijo, en tono bajo, con una honestidad que la desarmó.

Rhaenyra apartó la mirada, sintiendo una mezcla de gratitud y vergüenza. Ella odiaba que él la viera así, tan vulnerable, pero al mismo tiempo, su sola presencia le daba la calma que tanto necesitaba.

- Hay algo que tenemos que discutir - comenzó Daemon, midiendo sus palabras cuidadosamente.

Rhaenyra asintió, percibiendo el cambio en su tono.

- Para hundir a Criston, a los Hightower en realidad... no podemos hacerlo solos. Necesitamos a alguien más- dijo Daemon que sabía que él podía acabar fácilmente con Criston, pero los Hightower intentarían otra forma de alejar a Rhaenyra. Encontrarían a alguien más, y Daemon quería que ella estuviera segura de una vez por todas.

Ella frunció el ceño, ya imaginando a quién se refería.

- ¿Hablas de... mi padre? - preguntó, su voz temblando levemente.

Daemon asintió, con una expresión severa.

- Sí, Rhaenyra. Él tiene que declarar, necesitamos su testimonio. Si él explica ante el juez por qué denunció a Criston Cole por secuestro, podríamos hacer que los cargos sean irreversibles. Eso lo pondría en una posición más débil para seguir escapando de la justicia, y haría que la investigación se enfocara en descubrir quién lo ayudó, por supuesto Viserys no desconfiará de los Hightower, pero la investigación llegará a los culpables- dijo Daemon que se encargaría de eso.

Rhaenyra respiró hondo, enfrentando la verdad que tanto había intentado evitar. 

¿Enfrentar a su padre nuevamente luego de haber huido de él? ¿Y si él no quería verla? ¿Si él estaba molesto con ella porque se quitó su apellido?

¿Y si él la había olvidado? 

Daemon, al notar la duda en su rostro, se inclinó hacia ella, tomándole la mano con suavidad.

- Sé que es complicado... y sé que no te mereces pasar por esto. Pero no voy a permitir que te lastimen otra vez. - Su voz era firme, un juramento que cumpliría - Yo mismo estaré contigo, hablaré nuevamente con Viserys- dijo Daemon y Rhaenyra lo miró impresionada.

- Pero tú, lo que él te hizo- dijo Rhaenyra y Daemon negó.

- Hablaré con él, no te dejaré sola en esto- dijo Daemon y Rhaenyra sintió sus ojos brillar.

Ella fue hacia él y lo abrazó, y él la estrechó contra su pecho.

- Todo estará bien, lo prometo, viajaremos esta noche, llegaremos donde tú padre mañana por la mañana- dijo Daemon y Rhaenyra asintió- Baela y Rhaena van con nosotros- dijo Daemon y Rhaenyra sonrió asintiendo. 

- Iré a ayudarlas con sus cosas- dijo ella y Daemon le sostuvo la mano.

- Rhaenyra, puedes quedarte descansando, yo me encargaré de eso- dijo Daemon sabiendo que ella tenía que descansar un poco más.

Susurros de un encuentro (Daemyra)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora