¡Y otro!!!! jajaja
Daemon se quedó de pie frente a la reja del jardín, la mirada fija en la casa. Sus manos estaban relajadas, pero había una tensión contenida en sus hombros que no podía ocultar. Rhaenyra y las niñas se detuvieron detrás de él, observando la escena en silencio, sin atrever a avanzar hasta que él diera el primer paso. Desde lejos, Viserys alzó la cabeza, notando la figura de su hermano. Por un segundo, la sorpresa destelló en sus ojos antes de que se pusiera de pie con dificultad, tomando su bastón para apoyarse mientras caminaba hacia la reja, paso a paso, acercándose con la mirada fija en Daemon, como si temiera que todo aquello fuera un sueño.
—Hermano... —murmuró Viserys, su voz temblando, con los ojos húmedos por la emoción. Aquella palabra, apenas un susurro, estaba cargada de todo el dolor y la soledad que había soportado durante su ausencia. Durante tanto tiempo, había necesitado a Daemon, había soñado con volver a verlo, hablar con él... Y ahora estaba allí, frente a él.
Daemon lo observó en silencio, pero sus ojos reflejaban una emoción que pocas veces dejaba ver. Su hermano, aquella pelea por él parecía tan lejana ahora, y sin embargo, él aún no podía evitar recordar el dolor de lo sucedido. Aún así, ver a su hermano así lo conmovía.
Entonces, Viserys notó que no estaba solo. Su mirada recorrió lentamente las figuras que se encontraban detrás de Daemon, y vio a dos pequeñas de ojos brillantes que lo miraban con una mezcla de timidez y curiosidad. Pero su corazón dio un vuelco cuando vio a la figura de su hija.
Rhaenyra lo miraba con lágrimas en los ojos, respirando con dificultad mientras el peso de aquel reencuentro le oprimía el pecho. Sin decir una palabra, soltó las manos de las niñas y comenzó a caminar hacia él.
—Papá... —susurró Rhaenyra, su voz apenas audible, rota por la emoción.
Viserys soltó el bastón, dejando que cayera al suelo mientras se apresuraba a cerrar la distancia entre ellos. Cojeando y sin preocuparse por el dolor en sus piernas, corrió hacia ella y la abrazó con todas sus fuerzas.
Rhaenyra se hundió en sus brazos, envolviéndolo con la misma desesperación, como si aquel abrazo fuera la única cosa capaz de sostenerla en pie. Ambos comenzaron a llorar, dejando que las lágrimas cayeran sin importarles nada más en ese momento.
Aquel abrazo no era solo un reencuentro; era una promesa, una disculpa, una confesión muda de todo el amor y el dolor que se habían guardado durante aquellos años de distancia. Ellos, que alguna vez habían sido tan cercanos, ahora volvían a unirse, quebrados, pero juntos otra vez, aferrándose el uno al otro como si el mundo a su alrededor se desvaneciera.
Fue entonces cuando Viserys, con las manos temblorosas, se apartó un poco de Rhaenyra, pero no lo suficiente como para soltarla. Con un gesto tierno y lleno de preocupación, tomó su rostro entre sus manos, haciendo que sus ojos se enfocaran en él. Fue en ese momento que notó las marcas en su piel, los moretones, las heridas visibles que la hacían parecer aún más frágil de lo que ya estaba. La ira, mezclada con un dolor profundo, creció en el pecho de Viserys. ¿Quién le había hecho eso a su hija? ¿Qué había pasado?
Sus ojos se volvieron hacia Daemon, buscando respuestas. Daemon le dijo con una mirada a Viserys que algo muy malo había pasado. Algo muy malo había ocurrido.
Viserys comprendía esa mirada de su hermano.
Viserys no entendía nada. ¿Qué hacía Rhaenyra con Daemon? ¿Cómo es que siquiera se conocían?
¿Qué le había pasado a su niña? ¿Quién le había hecho tanto daño?
- Hija... - susurró Viserys, su voz quebrada por la emoción, mientras observaba el rostro de Rhaenyra, arrasado por el sufrimiento. Y en ese momento, Rhaenyra, incapaz de contener más las lágrimas, volvió a abrazarlo con fuerza, como si en esos brazos pudiera encontrar refugio y consuelo.
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Susurros de un encuentro (Daemyra)
FanficRhaenyra nunca imaginó que un encuentro fugaz en un restaurante cambiaría su vida para siempre. Enfrentando las cicatrices de un pasado doloroso y la dureza de su presente, se encuentra sin esperarlo con Daemon, un hombre que lleva sus propios fanta...