La oscuridad envolvía todo a su alrededor. No sabías si estaba en tus ojos o si era la propia mansión la que te estaba tragando. Cada respiración parecía ser una lucha por mantener la calma, pero el miedo era tan palpable que sentías que el aire mismo se hacía espeso, como si se estuviera desintegrando. Los símbolos brillaban con una luz fría y malévola, y las sombras que los rodeaban parecían moverse, expandirse, como si tuvieran una vida propia.
La presencia que habían sentido antes se hacía cada vez más fuerte, hasta que se convirtió en un peso tangible, como si algo los estuviera observando, juzgándolos, esperando que cometieran el error fatal de moverse, de hacer algo que pudiera desencadenar el verdadero terror.
Bryan estaba paralizado, sus ojos fijos en el círculo tallado en el suelo. No se movía, pero sus labios se movían ligeramente, como si estuviera murmurando algo que no alcanzabas a oír.
- "Bryan... ¡despierta!" – gritaste, pero su cuerpo no reaccionaba. Estaba completamente inmóvil, como si hubiera sido absorvido por el círculo, como si la mansión misma lo estuviera reclamando.
Fede avanzó lentamente hacia él, pero al igual que tú, se detuvo en seco cuando algo en el aire se alteró. La luz proveniente del círculo se intensificó, y en un parpadeo, la realidad misma parecía cambiar.
Un sonido grave, como un rugido lejano, llenó el espacio. El suelo tembló de nuevo, pero esta vez con más fuerza. Las paredes se agrietaron, y de las grietas comenzaron a brotar raíces negras que se retorcían como serpientes. Eran como tentáculos que avanzaban, tocando las paredes, el suelo y el aire con un sonido espeluznante.
- "¡Esos... esos son los pasadizos!" – gritó Ian, apuntando con su cámara hacia las grietas. Las raíces parecían correr a través de la mansión, conectando los pasajes secretos con algo aún más oscuro. Algo que no tenían palabras para describir.
- "No es posible," murmuró Fede, observando con horror. "Esto... esto no es solo un video, no es un reto viral. Estamos... estamos metidos en algo mucho más grande que nosotros."
Y mientras lo decía, las figuras de los payasos comenzaron a acercarse aún más. No caminaban, se deslizaban. No hacían ruido, pero sus presencias eran como hilos invisibles que tejían una red de terror en el aire. ¿Estaban esperando algo? ¿Una señal?
De repente, el líder de los payasos, aquel cuya sonrisa nunca parecía desvanecerse, levantó la mano, como si estuviera dirigiendo una orquesta invisible. Las luces del círculo se intensificaron, y una corriente de energía oscura comenzó a emanar de él, como si el símbolo estuviera siendo activado.
Fue en ese momento cuando todo cambió.
Un grito lejano resonó a través de las paredes de la mansión. No era humano. No era de una de las figuras del payaso ni de ninguno de ellos. Era el grito de alguien atrapado. Alguien o algo que había estado sellado en ese lugar, esperando a ser liberado. El sonido se distorsionaba en el aire, como si se estuviera desintegrando.
Y en ese instante, el círculo se rompió.
La luz que lo rodeaba estalló en mil pedazos, y las raíces negras comenzaron a expandirse rápidamente, como si todo lo que estaba bajo la mansión estuviera reaccionando a una fuerza liberada. El suelo se agrietó aún más, y las figuras de los payasos se desvanecieron en la oscuridad, pero la sensación de que algo inmenso estaba por despertar se hacía más fuerte.
La presencia estaba en todas partes, más cerca que nunca, como si la mansión fuera ahora su cuerpo. Como si el lugar entero hubiera sido construido sobre un mal antiguo, y ese mal había sido liberado.
Bryan, que había estado inmóvil hasta ese momento, reaccionó de repente. Su cuerpo comenzó a moverse solo, como si ya no estuviera controlado por su voluntad. Avanzó hacia el círculo, sus pasos eran lentos, pero determinados.
- "¡Bryan, no!" – gritaste, pero él no parecía oírte. Su rostro estaba vacío, como si estuviera siendo poseído por algo. Sus ojos brillaban con una intensidad que no habías visto jamás. Había algo en su mirada que te hizo sentir un terror tan profundo que por un segundo pensaste que nunca volverías a verlo como antes.
Fede, Ian y tú, aterrados, intentaron sujetarlo, pero al acercarse, el aire se volvió tan pesado que era casi imposible respirar. Algo estaba empujándolos, separándolos, y a medida que se acercaban más al círculo, las sombras se alzaban alrededor de ellos, absorbiendo todo a su paso.
En ese momento, la cámara de Ian captó algo extraño.
Entre la distorsión de la imagen, apareció un rostro. Un rostro deformado, casi espectral, que emergió del centro del círculo. No era humano. No era siquiera de un payaso. Era algo que parecía haber estado escondido en las paredes de la mansión, esperando el momento perfecto para revelarse.
- "¿¡Qué es eso!? ¡Mira!" – gritó Ian, pero sus palabras fueron apagadas por el sonido ensordecedor que comenzó a llenar el aire.
La luz del círculo se intensificó hasta convertirse en un resplandor cegador, y con un estruendo que hizo temblar la tierra, la mansión se sacudió por completo.
Y luego, todo se sumió en la oscuridad total.
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La delgada línea entre el amor y el terror
FanfictionLa mansión de Fede Vigevani se alzaba imponente cerca del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, una edificación antigua y misteriosa que había sido renovada con un toque moderno, pero que aún conservaba ecos de su pasado. La arquitectura...