Capitulo 9- Desconectada

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Las manos de mi madre temblorosas se apoyan sobre las mías. No duerme desde que llegamos al hospital. Intento hablarle y no me oye, pero cada vez que la toco se estremece. Veo todo desde otra perspectiva, me veo a mi misma pero no estoy frente a un espejo. Mi alma está fuera de mi cuerpo y lo que me mantiene con vida es una maquina con un tintineo constante pero suave. Esa maquina representa los latidos de mi corazón que lucha por vivir. Verme tendida en una cama pulcra de sabanas blancas, un respirador y un suero sobre mis maltratadas muñecas me destruye más de lo que estoy. El poco maquillaje que lleva mi madre lo tiene esparcido  por sus mejillas y sus grandes ojeras representantes de su cansancio. Lo único que hace es llorar y lamentarse. Echarse la culpa ignorando mis plegarias de mi nota de suicidio.

La puerta se abre y veo a mis hermanos entrar a paso lento, con ojeras y lagrimas igual que mi madre. Jamás creí que las decisiones que tomé harían tanto daño a mi familia. Jev me abraza y me estremezco, puedo sentir todo lo que ellos hacen al rededor mio. Tom solo mira mi cuerpo desde los pies de la cama con una mueca de dolor mientras llora. Quiero abrazarlo pero solo lo traspaso como si fuera aire. Un nudo se me forma en la garganta, yo hice esto, no merezco que me visiten. No merezco su amor.

-El horario de visitas finalizó, necesito que se retiren de la habitación- una enfermera entró y mis hermanos voltearon a verla. Pero mi madre permaneció su mirada en mi con la constante caricia en mis manos- Dije que el horario de visitas terminó- insistió moviendo el brazo de mamá.

-Déjela- grité pero nadie me oía- Ya basta deje en paz a mi madre- chillé en cuanto vi que la intentó sacar a la fuerza. Debía hacer algo, impedir que la alejen de mi. Junto a ella me sentía mas viva, veía posibilidades de vivir- YA BASTA- chillé y me lancé sobre la enfermera pero no causé ningún efecto sobre ella. Empecé a ponerme nerviosa, la estaban sacando a rastras de la habitación. De repente todos voltearon. La maquina que marcaba mis latidos estaba como loca, mi ceño estaba fruncido y mis manos se movían lentamente. -No...- murmuro y por alguna extraña razón mi "Yo" que está tendido en la cama lo repite- Quédate- intento decir pero es demasiado, no lo repite.

-Van a tener que retirarse- habla por primera vez la enfermera después de 5 minutos de silencio mirándome, esperando otra palabra.

Me doy por vencida y la dejo ir.

***

La puerta se abre y levanto mi cabeza inmediatamente a ver quien entraba, Sean. Al verme cubre su boca para evitar un sollozo.

-¿Que fue lo que hiciste?- me pregunta con voz temblorosa y un nudo se arma en mi garganta.
Se agacha para quedar a mi altura y sujeta mis manos mientras llora.-Es tan difícil... Es la primera vez que siento algo serio por una chica. Saldremos de esta, lo prometo.

Ya llevo 2 días internada, según oí al medico iban a comenzar a quitarme el anestesiante para que despertara. Era extraño, seguro ni recordare nada cuando despierte. No se que haré para seguir.

-Quiero ser yo el que provoque un cosquilleo en tu estomago, quiero ser yo el dueño de tus besos- besa mi mano- pero para eso debes despertar y seguir adelante, mantenerte fuerte.

Dolor. Luz. Voces. Dolor. Luz. Voces. Aire. Respiro.

Mis párpados se abren lentamente, me pesan un poco. Miro a mi costado, no hay nadie. Sean ya se fue. Volteo para el otro costado en busca de una manera de comunicar que desperté. Las muñecas me pesan, están repletas de gasas y puntadas. Separo mis labios e intento hablar, pero sale una voz aguda inentendible, muy bajita. Miro todo confundida, no comprendo nada.

-Ayuda- digo pero se oye como un susurro, estoy muy débil para hacer fuerza.

La puerta se abre y una enfermera entra. Al verme despierta se acerca y me mira con comprensión.

-Hola- sonríe- Te voy a cambiar el suero y le aviso al doctor y a tu madre que despertaste.

Hace unos movimientos y desprende la bolsa colgada para cambiarla por otra. Se va y a los minutos ingresa un médico de unos 50 años.

-¿Como te sientes?- me pregunta con un anotador en la mano.

-Mal- digo seca ¿Como me voy a sentir? Intenté suicidarme.

-Puede que tengas fiebre- me mete un termómetro en la boca- tienes las defensas bajas, perdiste mucha sangre- garabatea algo en su libreta y me quita el pequeño palito de vidrio de los labios- Si, tienes fiebre. En un rato viene la enfermera y trae unos analgésicos. 

-Quiero ver a mi mamá- digo antes de que salga de la habitación.

-Aquí viene- asiente con la cabeza y cuando se está por cerrar la puerta una mano la detiene. Mami. 

-Por dios- murmura con los ojos llenos de lágrimas y corre hacia mi- ¿Por qué lo hiciste? Rompiste mi corazón- dijo sollozando como una niña- ¿Es por tu papá? Yo intento hacer lo mejor que puedo. Consigo pagar la mejor escuela que me permito. 

-No, mamá- acaricio su cabello- Nadie tiene la culpa, prometo no hacerlo de nuevo. 

-¿Te molestan en el instituto?- insiste.

-Unas chicas, pero no es por eso- niego con la cabeza- Quiero volver a casa.

-Irás a un psiquiatra, vas a estar medicada- dice llorando desconsolada- Esto fue algo grave, pudiste haber muerto. Ibas a quitarme lo mas valioso que tengo. Mi hija- cubre su rostro y se va dejándome sola una vez más. Con mil cosas rondando en mi mente, haciéndome odiarme una vez más, por que las decisiones que sentía que eran correctas terminaban hiriendo a todos los que me rodeaban. Estando viva los hería, estando muerta les hacía mal. No tenía un lugar en el mundo, todo lo que hacía estaba mal, sin importar que decisión tomara. 

Arranco el suero de mi mano y me bajo de la cama. Mareada por pararme por primera vez en días el frío suelo impacta contra mis pies. Me meto en el baño y observo mi reflejo en el pequeño espejo, sujeto mi cabello en una coleta, me acerco al inodoro... Vomito, otro más. Apoyo mis manos en el lavabo y enjuago mi boca. Me siento liberada y regreso a la cama. 

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No puedo creer lo que tarde en escribir este capitulo, pero bueno, aquí esta. Espero que les guste, nos vemos en el proximo capitulo, espero no tardar tanto. 

No me gusta mucho el sentido depresivo que esta tomando la historia, asi que prometo hacer un capitulo alegre. 

Heart AttackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora