Capítulo 2: Despedida a Beacon Hills.

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Me he dado cuenta de que hay algo dentro de mí que se está quebrando. Algo que nunca imaginé que pudiera romperse. He pasado tanto tiempo defendiendo a Beacon Hills, a los amigos que considero mi familia, que ahora, al mirarlos, me siento como un extraño. Como si ya no tuviera cabida en sus vidas, como si mi dolor no fuera suficiente para entender lo que realmente me está ocurriendo.

Cada vez que veo a Scott, a Derek, incluso a Lydia, una parte de mí siente que los odio. No de una forma rencorosa, no de una forma lógica, sino que simplemente está ahí, creciéndose en mi pecho, alimentándose de lo que les está pasando. Ellos... no lo entienden. Y ni siquiera pueden intentar comprender lo que siento.

¿Cómo podrían? Ellos tienen lo que más quieren: tienen familia, tienen un propósito, tienen algo por lo que seguir adelante. Mientras que yo... solo tengo ruinas. Mi padre ya no está, y sin él, ¿quién soy yo? Nadie. Solo soy el chico que quedó atrás, el que miró desde la sombra mientras todos seguían adelante con sus vidas.

Me siento más distante de ellos con cada día que pasa. Cada vez que los veo juntos, riendo, luchando por cosas que ni siquiera importan, siento una punzada de resentimiento en mi pecho. ¿Cómo pueden seguir adelante como si nada hubiera pasado? ¿Cómo pueden pretender que todo está bien, cuando la verdad es que se están desmoronando por dentro, como yo?

No sé cuándo empezó a nacer ese resentimiento, pero sé que ahora está ahí, dentro de mí, creciendo. Es como un veneno que se filtra lentamente en mis pensamientos, y aunque trato de ignorarlo, no puedo. Ya no puedo. Es como si cada palabra de consuelo que me han dado, cada intento por hacerme sentir mejor, fuera solo una mentira más. ¿Cómo iban a saber ellos lo que realmente sentía? No podían. Nadie lo sabía. Y eso me molestaba más que nada.

La culpa me consume. Lo he hablado con ellos, pero nunca de la forma en que debería. Nunca con la sinceridad que me gustaría. No quiero admitirlo, pero cada vez que veo a Scott, a Derek, a cualquiera de ellos, siento que me están mirando como si fuera una carga más. Como si mi dolor fuera algo que ellos tuvieran que cargar. No sé si lo hacen por cariño, por obligación, o por simple compasión, pero cada vez que veo esa mirada, esa sensación de que quieren "arreglarme", me siento más alejado. Más vacío.

Esos días, esos momentos en los que nos reunimos, son los peores. En cada uno de ellos, siento que la manada ya no es mía. Como si el espacio que ocupaba en sus vidas fuera el de alguien más. No es culpa de ellos. Pero estoy convencido de que algo ha cambiado. Algo dentro de mí se ha roto, y esa grieta no la puedo reparar con palabras. No lo sé, pero empiezo a culparlos, a pensar que son ellos los que me empujaron a esto. A pensar que si no hubieran estado tan ocupados en salvar al mundo, tal vez mi padre aún estaría aquí. Tal vez yo aún tendría algo por lo que luchar.

Nunca fue su culpa. Lo sé. Mi padre estaba destinado a morir, lo había sabido desde el momento en que se metió en esto. Pero, ¿y si... si yo hubiera estado más presente? Si no me hubiera concentrado tanto en la manada, en sus problemas, en sus vidas, tal vez podría haber hecho algo más. Tal vez, si no hubiera sido tan distraído con ellos, podría haber estado allí cuando más me necesitaba. ¿Y si todo hubiera sido diferente?

El pensamiento me consume. El resentimiento se agita dentro de mí, y mi propia culpa se mezcla con él, formando un torbellino de emociones que no sé cómo controlar. Quiero gritarles, quiero decirles que todo esto es su culpa, que ellos son los que me dejaron solo. Pero no lo hago. No puedo. No quiero perderlos, no quiero que ellos piensen que soy un monstruo por culparlos de algo que no pueden controlar.

Pero cuando los miro, cuando los veo seguir con sus vidas como si nada hubiera pasado, siento una furia indescriptible. Porque mi mundo se ha desplomado, y el suyo sigue intacto. Y me hace pensar, ¿realmente me conocen? ¿Realmente me han escuchado alguna vez?

Recuerdo una vez, en una de nuestras interminables peleas con los alfa, cuando me quedé atrás, cuando mi padre me llamó para decirme que todo estaría bien. Recuerdo lo tranquilo que sonaba, lo firme que estaba, como siempre lo estaba. Pensé que nada podría tocarnos, que siempre tendríamos una salida. Y ahora... ahora todo se ha ido. Y no puedo evitar preguntarme si ellos sentían lo mismo. Si ellos también pensaron que nunca pasaría nada malo, que nunca perderían a alguien.

La última vez que me vi con ellos, justo antes de la muerte de mi padre, fue una de esas reuniones en las que todo parecía normal. Estábamos sentados en el loft de Derek, hablando de lo que vendría, discutiendo algún plan sin importancia. Los chicos se reían, Lydia se burlaba de algo que Scott había dicho, y yo... yo solo los observaba. Sentado en un rincón, observando cómo todo seguía en su curso, sin que ninguno de ellos se diera cuenta de lo que estaba pasando dentro de mí.

En ese momento, sentí que había algo profundamente roto dentro de mí, algo que nunca podrían arreglar. Sabía que todo estaba a punto de cambiar, que las cosas nunca volverían a ser iguales. Y aunque no lo había dicho en voz alta, aunque nunca lo compartí con ellos, sabía que algo estaba por ocurrir. No sabía qué, pero lo sentía en las entrañas. Y ahora, mirando hacia atrás, me doy cuenta de que mi dolor empezó allí, en ese día, en esa conversación banal que parecía tan insignificante.

Me sentía atrapado. En ese momento, en esa última vez con ellos, me sentí más solo que nunca. Como si, a pesar de estar rodeado de gente que decía ser mi familia, estuviera completamente solo. Nadie lo vio. Nadie entendió lo que estaba pasando en mi cabeza.

Y aquí estoy ahora, caminando por Beacon Hills, sintiéndome más distante que nunca. ¿Es eso lo que realmente soy? ¿Un extraño en mi propia ciudad, en mi propia vida? ¿Soy solo el recuerdo de alguien que ya no existe? ¿Alguien que no tiene cabida en este lugar? La manada sigue adelante. Yo sigo atrás, mirando cómo todo se desvanece. Quizás ya es tiempo de dejar ir todo lo que conocí. Quizás ya es tiempo de decir adiós a Beacon Hills. Y con eso, decir adiós a todo.

Fin del capítulo.

Oscuridad y Sacrificio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora