Después de ese arranque de soberana estupidez y de haber enviado el e-mail, y luego de que ya no me quedaran ni uñas por los nervios, salí a caminar.
Un fresco pero tibio aire rozó mi cara, supuse que comenzaría a llover, pero en vez de correr a resguardarme, me quedé parada esperando que aquella me mojara. Al cabo de unos minutos comenzó a llover. No hay sensación, al menos para mí, más deliciosa que sentir la lluvia cayéndote encima. Siempre que me sentía triste lo hacía, esta vez no haría ninguna excepción. Prontamente me comenzaron a caer lágrimas, y solo me dispuse a correr, corrí como si el mundo se fuese a acabar.
Al abrir la puerta de mi casa, estaba mi mamá conversando con alguien. Escuché voces pero no presté mayor atención. Venía empapada, si hasta de las zapatillas me salían burbujitas, y mirarme los pies y ver los zapatos burbujear me causó risa.
- mira mamá mis zapatos hablan, jajaja, o tienen hambre -
- Hola Nan!
Mierda. Esa voz la conocía, la conocía bastante bien. Alcé la vista y ahí estaba Daniel, parado frente a mí.
Qué raro era verlo después de haber terminado. Nos abrazamos como dos grandes amigos y sin decir nada mi mamá salió del living.
- ¿Cómo has estado?- pregunté
- bien gracias a Dios, trabajando, haciendo muchas cosas para distraerme
Sabía que me tocaba responder lo que él me preguntaría (sí, he estado bien, llorando como idiota por el puertorriqueño, es más ni pensaba en ti) así que cruzaba los dedos para que no me lo preguntara
- y tú, ¿todo bien? - Uy, esa frasecita se me hacía tan familiar-
- Sí, bien, trabajando nada más- Dani yo te quiero mucho y no quiero que lo que queda de nosotros se dañe, quiero que sigamos siendo amigos
- Yo también pensaba lo mismo, ya te perdí como novia no quiero hacerlo como amiga -y me abrazó
- Hey, vas a quedar todo mojado, deja que vaya a cambiarme de ropa, vengo enseguida
Daniel era un muy buen hombre, trabajador, honesto, esforzado, solo nos conocimos en tiempos que no correspondían, ambos éramos demasiado inmaduros para formalizar nuestra relación. Aunque si él hubiese estado preparado para formalizar y me lo hubiese pedido yo habría aceptado, pues estuve muy enamorada de él.
Luego de conversar un par de horas, se despidió, diciéndome que él estaría siempre que yo lo necesitara. Le di un fuerte abrazo y se marchó.
Subí corriendo las escaleras, encendí mi mp3. Necesitaba mortificarme escuchando música corta venas. Las mujeres somos especialistas en eso.
♫♪Talk to me softly
there's something in your eyes
don't hang your head in sorrow
and please don't cry ♫♪Era como si el mismisimo Axl Roses me estuviera cantando Don't Cry. Mientras más avanzaba la canción yo era todo un mar de mocos.
Obviamente la respuesta de aquél correo nunca llegó.
Al pasar los días, la vida día a día se me tornaba más fácil, estaba logrando olvidarme del Puerto haciendo las cosas que más me gustaba hacer, leer, cantar. No había querido meterme más a la sala de Latinchat porque no quería leer que nadie me preguntara sobre él.
Pasaron unos meses, 6 o 7 en que no tenía contacto con mis amigos costarricenses, así que me metí a la sala. Agradezco que nadie me preguntara sobre él, era mucho mejor que nadie me lo recordara. Me había costado un tremendo trabajo sacarlo de mi cabeza.
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Yo Sí te quería
RomanceCuando la relación de Nancy y Daniel se ve afectada por el pasar de los años y las pocas ganas de compromiso y estabilidad de parte de él, aparece Jonathan quién hace que el mundo de Nancy se revolucione por completo. Aquella relación que nace entre...