Culos enrojecidos III

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Hace ya dos años que soy abogado y ejerzo plenamente la presidencia de la sociedad. Merche ha abortado dos veces desde entonces, nuestro complejo entre montañas ha crecido y los fines de semana y durante puentes y verano, está siempre lleno de familias y gente sexualmente liberada, que da rienda suelta a sus más oscuros deseos sexuales. Nuestra productora porno se ha asociado con otras dos internacionales, lo mismo que hemos hecho con la agencia de modelos para chicas "muy liberadas" y futuras scorts. El sueño de Merche/Hilda se ha llevado a cabo y estamos muy felices con todo lo hecho.Y los problemas con el ayuntamiento también se han resuelto. En realidad, el problema era con cierto concejal que no quería que sus dos hijas trabajaran con nosotros y que hiciesen porno duro. Se invitó al concejal, al resto de concejales y sus familias a pasar un fin de semana con nosotros para conocernos bien... y además de las dos hijas, vinieron otras cinco hijas y sobrinas. Y es que esto del porno engancha. El camino de nuestras instalaciones (antigua granja) al pueblo, algo menos de 30 minutos paseando, lo hemos convertido en una preciosa alameda con varias clases de árboles y cómodos bancos, que no solo sirven para sentarse y descansar. Ya os imagináis por qué ¿no?
Ingrid me ha convertido en Amo, un poco especial, eso sí, pero Merche se ha convertido en una sumisa completa, incluso en la intimidad la llamo muchas veces Hilda, su nombre porno. Han sido años duros para mí. De no saber nada del porno y menos del mundo bdsm, a ser ahora Amo y presidente de todo el complejo sexual. Ingrid me enseñó a ser un Amo dominando mi espíritu y castigando constantemente mi cuerpo. Sé lo que duele cada elemento de castigo, porque casi todos han castigado mi cuerpo.

En estos años, Ingrid y yo nos encerramos muchas veces en las mazmorras subterráneas y salimos con nuestros cuerpos enrojecidos e inflamados. Y todas, todas las semanas, bajamos Merche y yo por la noche a la pequeña mazmorra que usé el día que llegué allí
para darle mi primer castigo, y hasta que no dice TE QUIERO (su frase salvadora) o simplemente se desmaya, su cuerpo se agita colgado del techo, atado a un potro, o a las anillas de las paredes, o simplemente crucificado en cruz romana, o la de san Andrés. Pero amig@s, en estos cuatro años y esperamos que dure en el futuro, hay algo que no cambiará y es el profundo amor que tanto Merche como yo, sentimos el uno por el otro.

He aprendido a vivir en este mundo especial y maravilloso, a ver cómo se follan una y mil veces a mi pareja, cómo la dejan preñada, cómo hace sus pelis porno y como aborta. Yo mismo he grabado ya 28 pornos ¡y espero que mis padres lo vean y lo disfruten! Pero una tarde-noche nos preparábamos para cenar Merche, Ingrid y yo (siempre solemos reunirnos los tres) cuando entró Sinnombre, nuestra joven esclava negra, siempre desnuda, siempre con taconazos, con la sopera, su barrigón de 31 semanas de embarazo, y sus enormes tetazas de casi 130 cm operadas dos años antes, cuando cumplió sus 20 años. Merche se la quedó mirando y al terminar de servirnos las cremas, se levantó, se puso a su lado y acarició suavemente su abultadísima barriga. Su mano bajó hasta la entrepierna y empezó a masturbarla lentamente mientras sus labios la besaban con cariño. Sinnombre se estremeció y tuvo un silencioso orgasmo con sus manos cerradas fuertemente. No podía expresar su placer si no se le permitía.Merche besó tiernamente de nuevo sus labios y se sentó a la mesa. Sinnombre se marchó y nosotros tres, en silencio, terminamos una estupenda crema de verduras.
Después de retirar los servicios, trajo una bandeja de filetes de ternera con guisantes, pequeñas zanahorias y puré de manzana y cuando se retiraba a la cocina, Merche la llamó por su otro nombre más sencillo "TÚ":

- Tú, párate ahí! Cuando terminemos de cenar iremos los tres al salón y queremos que te arregles y te pongas lo más guapa posible. John, como siempre, nos servirá los cafés, los cigarros y las bebidas. Pero esta noche quiero verte en el salón lo más explosiva posible.
- Si mi ama -dijo Sinnombre sonriendo-

Nos fuimos después al salón, Merche e Ingrid, como siempre se sentaron en el sofá y yo en un sillón cercano a Merche. Vino John, también desnudo con su pollón colgando, trajo la caja de cigarros y fue eligiendo cada uno cuidadosamente, aunque esa noche menos cuidadosamente que de costumbre, ya que Merche empezó a jugar con su polla, esta empezó a crecer y John a ponerse nervioso. Le tendió el cigarro a Merche, pero esta se llevó a la boca el otro cigarro de su entrepierna dándole unas cuantas chupadas y poniéndoselo duro durísimo. Luego lo dejó un poco más tranquilo, cogió el cigarro de fumar ya cortado, lo fue encendiendo lentamente y empezó a fumarlo.

Acarició una parte del glúteo derecho de John, donde llevaba grabadas infamantemente, las dos fechas en las que Merche había abortado sus dos hijos, y le preguntó:
- ¿Verdad John que esta vez me vas a preñar de una niña? Odiaría tener que tatuarte otra fecha en ese maldito culo negro y volver a abortar. Te compré como semental y no cumples con tus obligaciones de preñarme de una niña. Y sabes que no me puedo casar con nuestro Amo Miguel, mientras no tenga una hija contigo ¿Comprendes todos nuestros problemas por tu culpa?

Y en esos momentos oímos un taconeo y entró en el salón una extraordinaria mujer negra sonriente. Sinnombre estaba infinita. Entre su cuerpo y sus tacones, alrededor de 190 cm altura, unos 130 cm de tetas, infinitas piernas y una barriga fantástica de 31 semanas de preñez, compensada detrás por un poderoso culo. Muy bien maquillada, pelo corto, tatuada y con bastantes piercings.

- Mirad ese cuerpo -dijo Merche-, es más o menos de mi estatura, pero mirad esas tetazas y comparadlas con las mías de solo 98 cm ¿no son las mías un asco? -y se quitó el top- Y mirad su barriga ¿no es una puta vergüenza que vaya a tener una hija con nuestro Amo en su primera preñez con él, y que yo no pueda tener una puta niña con mi semental negro sin tener que abortar antes sus hijos?
Ingrid no solo se reía convulsamente, es que además lloraba y tenía hipo de las risas que tenía con estos comentarios. Yo también me reía con ganas, pero no solo por las frases de mi amor, sino por el espectáculo que veía. Ni John ni Sinnombre dominaban bien el español, pero desde luego, no tenían noción de las bromas ni frases de doble o triple sentido. Así que allí estaba John, con su enorme y grueso pollón de casi 30 cm, parado con la botella de coñac sin escanciar, porque no había donde hacerlo. Y Sinnombre, con sus manos sobre su barriga, sus tetazas más grandes que la misma barriga, parada encima de sus tacones y mirándonos con cara de idiota. O quizá pensando que los idiotas éramos nosotros.

Pero Merche estaba excitada y cabreada. Excitada, por ver esos enormes pechos y el barrigón de Sinnombre, barrigón que era obra mía por follármela en exclusiva durante cinco semanas para asegurar mi paternidad. Y cabreada, por el tiempo que llevaba follando ella con John para tener una hija mulata, y lo único que había conseguido, era quedarse preñada dos veces de hijos y tener que abortarlos.
Yo iba a conseguir antes que ella, tener esa hija mulata que mi amada Merche tanto deseaba. Además, habíamos pactado que se quedaría preñada de John de una hija, antes de casarse conmigo... Así que no habría boda antes de tener esa hija. Otra futura pornoStar, bien entrenada desde su nacimiento.
Quiso pues castigar a la madre de mi futura hija, y le ordenó apoyar sus manos sobre el apoyabrazos del sillón donde yo estaba tranquilamente sentado fumándome un buen cigarro. El rostro de Sinnombre a solo 25 cm del mío, sus tetazas a algo más de medio metro y ligeramente detrás, su grueso y brillante barrigón de preñada, me brindaban un impresionante espectáculo. Y así agachada y con el culo en una posición inmejorable,
John empezó a follarla duramente por sus dos agujeros inferiores. La negra era preciosa y encima bien maquillada. Se me puso dura, muy dura, y cogiendo las enormes tetas de Sinnombre, empecé a besarla con pasión y a decirle a John que la atravesase con su enorme polla. TÚ cogió mi polla y la estuvo masturbando lenta pero muy satisfactoriamente. John se contagió de ese ambiente que le daba libertad y comenzó con sus fuertes manos a golpear el culo y los muslos de Sinnombre. Los impactos de sus manos se oían perfectamente y movían su cuerpo mientras sonreía. ¿Y qué hicieron Ingrid y Merche mientras miraban ese trío excitante? Pues comerse a besos primero, y ponerse Ingrid un arnés de gruesa polla y follarse a Merche que la tenía a mi lado jadeando. Cuando Sinnombre se dio cuenta de que yo estaba a punto de correrme, en lugar de apoyarse con sus manos y brazos, los dobló para apoyarse con los codos, y como buena sumisa, se metió toda mi polla en su boca, se bebió hasta la última gota de mi semen y me sonrió plácidamente.

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