Caperucita se ponía su característica capa roja, se la notaba nerviosa, su perverso leñador la esperaba en el bosque para darle lo que tanto le gustaba, su dura polla, clavada en su estrecho culito. Eso la ponía histérica, gozaba como una perra cuando el rudo leñador se la clavaba sin miramiento alguno, sin humedecerle antes su boquetito goloso y eso la ponía muy puta. Gritaba hasta asustar a todos los animalitos del bosque, gritaba de dolor de placer de lujuria, así que le daba prisa a la mami, para que le preparara la cestita con la tarta para la abuelita: vamos mami, que quiero ver a la abuelita, le mentía. Pero ésta se daba prisa también, pues la mami también tenia sus necesidades.
La caperucita era muy puta pero la mami, era más puta que ella. Semanas atrás había conocido a un inmigrante negro, con la polla más gorda que había visto su coño moreno y había visto muchas. Mami estaba ansiosa porque caperucita se fuese para que su moreno la clavara la polla en lo más profundo de su ansioso coño. Le dio la cestita a la cape y esta salió disparada en busca de su leñador, fin de la historia.
Bueno si alguna dama quiere puedo explicarle que paso con la mami, que paso con la cape y si la cestita le llego a a la abuelita, que también escondía un secreto inconfesable.
¿Continuara el cuento de la cape, la mami el negro y el leñador? ¿Qué secreto escondía la abuelita? ¿Rompería el leñador el estrecho culito de la cape? ¿Le cabria toda la polla del negro a la mami? Todos estos misterios, serán desvelados poco a poco.
El secreto de la dulce abuelita
Eran las 18:00 h, la abuelita ya estaba nerviosa. A pesar de sus cincuenta y algo, aun se conservaba matadora de caballeros, pues sus pechos aún se mantenían, su culo era firme y duro, producto de sus largas caminatas por el bosque, y el continuo uso que le daba de manera muy lujuriosa, pues la dulce abuelita estaba esperando a su cape con la cestita de frutas que todos los días le llevaba.
Como no llegaba, se vistió con su ropa más modosita, cogió la mochila, la cargó con un hermoso uniforme de domina perversa que tanto le gustaba, y salió. En el camino oyó quejidos, se asomó y vio a su cape apoyada contra un árbol, mientras el leñador le rompía el culo (pero esta historia será contada otro día). Por eso no venias pendón, pensaba la abuelita mientras se dirigía a su antro de vicio. La abuelita tenía su secreto y es que por las noches era dominatrix en su club de bdsm, allí tenía su harem de esclavos, a los que gustaba de humillar, mearse encima de ellos, taladrarle el culito con sus venerados rompedores de culos, y al que mejor se portaba le permitía que le lamiera los pies.
Su coño estaba húmedo del pipi, mientras que al que había sido más díscolo, lo ponía a 4 patas, lo amordazaba, lo anillaba a su poste de torturas para que no se moviera, y así con el culo bien abierto, obligaba a los demás, siendo tan cabrona y perversa, a que todos le follaran el culo. Mientras ella observaba golosa como gozaba el cabrón anillado con tanta polla, una detrás de otra llenándole el culo de leche, vio que tenía su coño limpio de los lametazos que le daba su esclavo, y gozosa se volvía a mear. Escupió en el culo del esclavo atado y obligó a los demás a limpiarle el culo de la leche y sus meados. Mientras, el que tenia la polla más gorda se lo reservaba para ella, enloquecía cuando sentía como su culo y su coño se abrían ante una polla bien gorda. Entonces el esclavo le lamia el coño, se lo abría y cuando la abuelita notaba que le venia tan tremendo orgasmo, ahora cabrón fóllame, mientras que cogía a otro de sus esclavos y lo obligaba a que le follara la boca. La abuelita gozaba como una puta en su harem, manteniendo todo esto en secreto. Estas perversiones eran las que mantenían a la dulce abuelita fresca, como los capullos que se tragaba por sus tres boquetitos lujuriosos todos los días. La mantenía joven, hermosa y apetecible a sus cincuenta y pocos años. Tenía 5 pollas hermosas, duras y jóvenes para sus vicios más oscuros, a veces, se ponía su arnés y mientras ponía a 3 de sus esclavos en fila, para follárselos ella, los otros dos se la follaban a ella. La abuelita como veréis era una dama muy inteligente, era una dama que sabía disfrutar de la vida y los placeres que ella le otorgaba.
CAPE
Cape recogió la cestita que le preparó su mami y salió corriendo, anhelaba encontrarse con su cabrón amante en el bosque. Su coño estaba ya cómo le gustaba al perverso leñador, sucio de jugos y palpitando tanto de lujuria como de la carrera que se daba la jodida cape, ansiosa como estaba por sentir dentro de su culo la dura polla de su leñador.
Fue a su lugar de encuentro, pero su leñador no estaba todavía. De pronto, oyó unos pasos delicados, se asoma y era una damisela, conocida suya de sus frecuentes salidas en plan putón verbenero. Se vieron y se saludaron:
- Uy si es la cape.
- Hola Blancanieves, ¿qué haces por aquí?, ¿cómo no estas follándote a algún travieso guaperas de los que tanto te gustan?
- Bah -respondió blanca- estoy en esos días, en que me apetece más comerme un buen coño y un par de tetitas duras, -reía cape, no le hacia ascos a una buena lamida de coño-.
- Pues seguro que encuentras a alguna nena caliente dispuesta. Mira hoy me coges caliente y muy perra.
Mientras decía eso, se bajó las bragas hasta los tobillos, se sentó y se abrió el coño. Blanca la miraba.
- Cape eres muy puta, tienes el coño sucio y brilloso, ¿qué has hecho perra?
- Mearme de pensar en el pollazo que me meterá mi leñador, pero como no está, mi coño es tuyo si lo quieres.
No había terminado de hablar, y la blanca ya estaba metiéndole la lengua todo lo que podía dentro de su abierto coño. Cape se retorcía de gusto mientras Blanca la lamia todos sus labios, subiendo a su pipa salvaje y golosa. Se arrancaron toda la ropa, se revolcaban de placer ambas damiselas comiéndose mutuamente. La cape se había meado de nuevo y se había corrido en la boca de blanca. Ésta tenía toda la cara manchada de los jugos de cape.
- Déjame ahora a mí -dijo cape-.
La puso a 4 patas para lamerle su negro ojete, mientras con sus dedos masajeaba el clítoris de Blanca, que subía y bajaba su culo al compás de las lamidas que le daba cape.
Ambas gozaban, ambas gritaban de placer, y de pronto, se oyen pasos fuertes. Había llegado su leñador, que se sentó a ver el espectáculo que dos damas tan putas y calientes le ofrecían. Se sacó su dura polla, empezó a pajearse delante de las dos, las cuales lo vieron y se pusieron más golosas aún al ver cómo se pajeaba. Se pusieron a 4 patas delante del leñador.
- Vamos cabrón, el sitio de esa polla es mi estrecho culito -dijo cape-.
- Y no te olvides del mío -dijo blanca-.
Mientras ambas meneaban sus culos como dos perras. El leñador que tenía la polla dura y dispuesta, le clavaba la polla a cape, a la vez que azotaba el blanco culito de Blanca. Como ambas habían tenido su ración de orgasmos lésbicos, sólo querían jugar.
- A mí ahora, clávamela a mí, mi culito está ansioso.
El leñador la hizo caso. y se la clavó de una dura embestida. Blanca gritaba de placer, y cape mientras se tumbó debajo de Blanca para lamerle sus pezones y la boca. A la vez el leñador le llenaba de leche el culo a Blanca, mientras ellas seguían jugando con sus lenguas en sus pezones y sus coños sucios de jugos. El leñador le lleno el culo de leche a cape después, tenía suficiente leche para ambas perras y se sacó la polla dura aún.
- Limpiádmela perras, que sé que os gusta. Después seguís jugando para mí.
Ellas obedientes, como debe ser, se alternaban para darle los mejores lametazos en su aún dura polla, y así pasaron toda la tarde. Después se comieron el pastel de la dulce abuelita.
LA MAMI DE CAPE
La mami, estaba ansiosa porque cape fuera a llevarle la cestita de frutas a la abuelita. Veía por el rabillo del ojo a su negrote desnudo de cintura para arriba, su piel brillaba del sudor y eso la ponía muy cachonda. Veía a su negro, con su enorme polla, lamiéndole la cara como un perro, bajando por sus poderosas tetas y mordiéndole salvajemente la pipa del coño, que la tenía dura y sabrosa. Notaba como su coño palpitaba sólo de ver a ese negro con su enorme polla clavada en su goloso coño.
Cape cogió la cesta y se despidió de mami, y cuando aún no había dado la vuelta a la esquina, la mami llamó a su lobo negro.
- Voy mami -le contestó su negro, que sabia que es lo que quería mami- aquí me tiene usted mami, mándeme y será complacida.
La mami se subió la falda, bajó sus negras bragas y quedó expuesto su negro coño. El negrote se sacó su tremenda polla.
- ¿Esto es lo que quiere mi mami?
Se acercaba a la boca de mami, y ésta golosa, sacaba la lengua para mamar tan deliciosa polla, pero el negro la azotaba la cara con ella.Mami golosa, cada vez abría más la boca y buscaba ese pollón con la lengua, que babeaba de placer al ver esa polla tan cerca de su cara. La cogió al vuelo, se metió lo que pudo en la boca, que era sólo el glande y lo saboreaba como puta en celo. Su negro la cogió del pelo, el mismo marcaba el ritmo de la mamada que le hacia la mami de cape
Ella se dejaba guiar por su negro, casi fue capaz de meterse media polla en la boca, aunque le diesen arcadas y le saliese toda la baba, no paraba de lo buena que estaba. Su negro la empujo al suelo.
- Ponte como una perra mami, se lo que te gusta y te lo voy a dar todo.
La mami se puso a 4 patas, se abrió su coño, pero su negro no lo quería, su negro quería clavársela en el culo.
- Aún no mami, ahora quiero ver cómo se abre ese tremendo y apetitoso culo -le escupió en el ojete negro y estrecho-.
Le metió dos dedos y empezó a juguetear con él, mami gritaba de dolor y placer, todo junto.
- Sigue cabrón -mientras ella con sus dedos ponía su pipa dura y salvaje-. Su negro de repente, le sacó sus dedos, le puso la tremenda polla en su ojete negro, oscuro, abierto y de un empujón le clavo media polla. La mami gritaba enloquecida de dolor y placer, al rato no sentía dolor, sólo el placer de ver a su negro cómo le follaba el culo.
- Más cabrón, empuja, métela toda, me estoy meando de gusto, dame duro cabrón.
El negro se cogió la polla para metérsela entera, eran 25 cm de polla y le podía hacer daño, así que se la metió de un empujón todo lo que quedaba de polla, con la palanca de su mano. La mami gritaba como una poseída.
- Si si Sissi -sentía como su culo le ardía a cada empujón-.
Se ponía más puta, no quería que la sacara nunca, su culo estaba gozando y ella cada vez se meaba más, o eso pensaba ella, pero no se meaba se corría a lo bestia. El suelo era un charco de sus jugos, su coño abierto palpitaba, su culo le quemaba y su boca babeaba. Gozaba como una perra en celo, su negro se la sacó de su culo y el placer que le dio a mami, cuando su culo volvió a sentirse vacío fue glorioso. El negro la empujó y se tendió en la cama.
- Monta ahora mami, pórtate como una guarra y monta en la polla, -el negro hizo la misma operación y se cogió tan tremenda polla con la mano-. Ahora mami móntala, ahora quiero darte toda la leche del negrito.
Mami se abrió el coño todo lo que pudo, se puso la polla en su raja abierta y se sentó. Mami sintió como se le abría todo, pero saltaba sobre la polla del negro como una loca, sus tetas bamboleaban como salvajes. Su negro gozaba del espectáculo, mami ponía al negro lleno de sus babas y el negro le lamia con la boca las tetas, hasta que no pudo más.
- ¡Ay mami me corro!
- ¡Córrete cabrón, lléname el coño de tu leche!
El negro empezó a bombear, blanca leche le salía del coño a la mami, tanta era la leche que soltaba el tremendo negro, que la mami sudorosa y con los ojos en blanco, babeando, se sentó en la polla del negro. Se quedó quieta, sintiendo toda la gorda polla del negro, hasta que ésta al rato, empezó a ponérsele floja.
- Ya mami, el negrito no puede más.
La mami se volteó, se tocó su culo y su coño que los tenía sucios y golosos. Se siguió tocando su coño abierto hasta que no pudo más, se tumbó al lado de su negro, ambos sucios y sudorosos. La mami quería más, pero eso será contado en otro día u en otro momento, y en otro lugar.
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Relatos de Dominación +18
RandomRelatos de dominación y humillación para amantes del BDSM. Si no te gusta la historia no reportes, solo la ignoras.