𝑪𝑨𝑷𝑰𝑻𝑼𝑳𝑶 𝑰𝑿

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Había llegado mi último día de esta montaña rusa de emociones; pasé toda la noche con la mente en blanco. La ansiedad por la sesión de fotos, sumada a los recuerdos de la clasificación y las emociones encontradas con Fran y Lando, me mantenía en un estado de nervios constante, en la que me era imposible dormir.

Me cambié y me hice mi rutina de skincare muy temprano, para mí sorpresa, Fran todavía seguía dormido, entré a su habitación y le dí un ligero beso en la frente. Era tan hermoso verlo dormir que me daban ganas de acostarme y esperar a que se despierte.

Cuando llegué al autódromo, el set ya estaba listo preparado con muchísimas cosas de Alpine, Ivy ya estaba preparando su cámara y dando instrucciones al equipo. Al verme, su rostro se iluminó con una sonrisa que trató de transmitirme calma.

—¡Acá estás! Pensé que no ibas a venir —dijo, levantando una ceja en un gesto divertido.

—¿Y perderme esto? —respondí, intentando que mi tono sonara más seguro de lo que me sentía.

A un lado del set, Pierre y Esteban estaban jodiendo mientras se probaban la ropa, y también salía alguna conversación sobre la carrera de esta noche. Jack, con su típica sonrisa relajada, se acercó a mí.

—¿Lista para brillar, pequeña estrella? —preguntó, en un tono que conseguía sacarme una sonrisa.

Siempre —respondí segura, aunque mis ojos traicionaban la mezcla de emociones que llevaba dentro.

La sesión comenzó con una energía vibrante. Ivy, con su ojo crítico y su precisión, dirigía cada toma con un gesto decidido.

—Lola, un poco más a la izquierda, y Pierre, inclínate más ella, pero no tanto —dijo Ivy mientras enfocaba.

Pierre soltó una carcajada. —Que raro tú siendo estricta. ¿Que haríamos sin tu profesionalismo?—

Sacar fotos mediocres, probablemente —respondió ella, y todos en el set se rieron.

A pesar de las risas y la aparente calma, mi mente seguía en otro lugar desde ayer. Entre toma y toma, mi mirada se perdía en los detalles: la luz que se filtraba por las ventanas, el reflejo de las sonrisas, de fondo la pista, el paddock que se estaba empezando a llenar, los ecos de la noche anterior y bueno, Lando y Fran en mi mar de pensamientos. Fue en ese momento que sentí una mano en mi hombro. Era Jack.

—¿Está todo bien? —preguntó con sinceridad.

Le di una pequeña sonrisa. —Si, todo bien. No dormí mucho ayer.

Jack asintió, entendiendo sin necesidad de más palabras.

Bueno, estamos todos aquí si necesitas descansar o alguna otra cosa —añadió antes de volver al centro de la escena.

La sesión avanzaba y el ambiente se mantenía animado, pero a medida que las cámaras capturaban imágenes, sentía que una parte de mí estaba atrapada en otra realidad, una donde las dudas y emociones confusas aún me perseguían. Ivy, notando mi mirada perdida, se acercó durante una pausa.

—Lola, necesito que mires a la cámara y no pienses en ellos, ¿sí? —dijo Ivy suavemente, apartando una mechón de mi pelo que había caído sobre mi cara—. Si estás pensando en lo de anoche, creo que deberías hablarlo con alguien.

Suspiré, sintiendo el peso de sus palabras. Ivy siempre sabía leerme, aunque intentara disimular.

—Es complicado, Ivy. No quiero hablar de eso acá —respondí, bajando la voz y mirando hacia donde Jack y Pierre discutían qué pose tomar.

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⏰ Última actualización: 5 days ago ⏰

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𝑶𝒋𝒊𝒕𝒐𝒔 𝒗𝒆𝒓𝒅𝒆𝒔 (𝑭𝒓𝒂𝒏𝒄𝒐 𝑪𝒐𝒍𝒂𝒑𝒊𝒏𝒕𝒐)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora