✧⁠ 𝟓 *⁠。

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La tarde era tranquila y alegre en el departamento de Minho y Christopher. El sol se filtraba suavemente por las ventanas mientras ellos, junto a SeungMin, compartían risas, historias y un montón de cuentas de colores esparcidas sobre la mesa. Estaban haciendo pulseras, y el aire estaba lleno de emoción mientras se preparaban para el concierto de Taylor Swift que tendrían al día siguiente.

— ¡Imagínatelo, SeungMin! ¡Mañana puede ser el día en que te reencuentres con el chico misterioso!— dijo Minho emocionado, sacudiendo a su amigo suavemente por los hombros. — ¡Va a estar entre la multitud, buscándote a ti también, lo sé!

SeungMin dejó escapar una risa nerviosa y sacudió la cabeza. — No seas dramático, Minho. Es poco probable que pase. Seguramente él ya ni se acuerda de mí—  dijo, tratando de bajar las expectativas, aunque en el fondo no podía evitar sentir un ligero cosquilleo de emoción ante la posibilidad.

Christopher, quien estaba concentrado en ensartar cuentas en una pulsera, levantó la mirada y lanzó una advertencia a su novio. — Minho, no le llenes la cabeza de ideas. Mañana vamos a disfrutar los tres, sin expectativas de cuentos de hadas, ¿está bien?

Minho puso un puchero, dejando de agitar a SeungMin y acomodándose en el sofá con los brazos cruzados. — Bueno, pero llevo meses manifestando este momento. ¡Si mañana no ocurre, el universo me va a deber una!

Christopher sonrió, dejando escapar una risa divertida. — Claro, cariño. El universo seguro está anotando todas tus peticiones para el amor de SeungMin—  comentó, dándole una palmada en el hombro en tono burlón.

Minho no tardó en dejar de lado el puchero y animarse de nuevo. —Pero bueno, dime, Minnie, ¿ya tienes listo tu outfit? ¡Yo quiero verlo!

SeungMin sonrió con timidez y asintió. — Sí, lo hice a mano. Me inspiré en la vibra de Willow, con tonos tierra, algo etéreo… como la atmósfera del video. Hasta volví al rubio para que se vea mejor.

Christopher, orgulloso de sus propias ideas, intervino mientras miraba a Minho. — Pues Honnie y yo iremos a juego con algo inspirado en el video de "Me!". Queríamos ir a lo grande, y algo de color nunca está de más.

En ese momento, Minho levantó una de las pulseras que acababa de hacer, y los tres se echaron a reír. La pulsera estaba mal hecha, con letras faltantes, y en lugar de “Anti-hero”, decía algo así como “Ant-roh!” en una secuencia de cuentas desordenadas.

— ¿De quién es esta obra maestra?— preguntó Minho, fingiendo seriedad mientras miraba la pulsera con aire de crítico.

Christopher soltó una risa avergonzada. —Bueno, era mía… pero no me alcanzaron las letras, así que improvisé.

SeungMin y Minho no pudieron contener la risa, y los tres terminaron dejando las pulseras a un lado, contagiados por el entusiasmo de la noche. Empezaron a hacer planes para el gran día: cómo llegarían juntos, a qué hora, dónde se reunirían para no perderse en la multitud.

Al final de la tarde, mientras los tres charlaban y organizaban los detalles, SeungMin sintió una oleada de gratitud hacia sus amigos. No sabía si volvería a ver a aquel chico del concierto, pero tener a Minho y Christopher a su lado, compartiendo estos momentos y riendo juntos, le recordaba que estaba rodeado de personas que realmente se preocupaban por él.

Mientras repasaban su plan, en el fondo, SeungMin no podía evitar sentirse emocionado, una pequeña esperanza latiendo en su pecho al pensar que, quizás, el destino tuviera preparado un reencuentro especial para él.









Hyunjin observaba cómo Félix sacaba prenda tras prenda de su armario, con una energía que apenas podía seguir. Las camisetas, chaquetas y pantalones volaban en todas direcciones mientras Félix murmuraba para sí mismo, frustrado por la aparente falta de seriedad de su amigo.

—¿En serio, Hyunjin? —bufó Félix, sacando una chaqueta de cuero negro y lanzándola sin pensarlo hacia atrás, dándole en la cara al dueño del clóset.

—¡Oye! —se quejó Hyunjin, apartando la chaqueta con una mueca. Lo miró con una mezcla de diversión y fastidio.— No hace falta que me golpees con la ropa, ¿sabes?

—Si no fueras tan irresponsable, no tendría que hacerlo —respondió Félix, girándose para mirarlo directamente, con las manos en las caderas—  ¡Llevas un año obsesionado con volver a ver al chico del concierto, Hyunjin! Un año entero escuchándote hablar de su loca conexión mística y de cómo sus ojos parecían brillar cuando la música sonaba. ¿Y ahora, cuando al fin podrías verlo otra vez, decides que no es tan importante como te vas a vestir? ¡Todo importa para un Swiftie!

Hyunjin sintió cómo sus mejillas se encendían de vergüenza. Sabía que Félix tenía razón, y que, de todos sus amigos, Félix era el único que había soportado cada una de sus interminables teorías y quejas, cada pequeño detalle que recordaba de ese extraño que había capturado su atención un año atrás.

—Lo siento, Félix… —murmuró, mirando al suelo. Luego, casi con timidez, caminó hacia la mesa de luz y tomó una pequeña caja. La abrió lentamente, revelando una pulsera simple pero preciosa, con el nombre "Willow" adornado con cada letra de un color diferente.

Félix ladeó la cabeza, intrigado.

—¿Es por...?

— La canción, sí. —Hyunjin le mostró la pulsera, pasando los dedos sobre las letras con cariño— La hice especialmente para mañana. Me he pasado horas asegurándome de que me quede bien, de que no tenga ningún rasguño. Quiero que todo esté perfecto, por si tengo la suerte de volver a ver a ese chico. No quiero que me vea como alguien desarreglado o sin importancia…

Félix sonrió, cruzándose de brazos y relajando la tensión en sus hombros. Se acercó a Hyunjin y le dio una palmadita en el hombro.

— Entonces tenemos trabajo que hacer. — Caminó hacia el clóset con una nueva determinación— ¡Vas a deslumbrar, Hyunjin! Y si necesitas una buena suerte extra, déjamelo a mí. Vamos a elegir un outfit en blanco y dorado que hará que sea imposible no verte. Tu cabello castaño, largo y suelto... ¡Necesita ondas y un par de brillos aquí y allá!

Ambos se lanzaron al caos de la ropa, buscando ideas en internet, revisando opciones y armando una combinación que gritara elegancia y originalidad. Cada detalle contaba, y a medida que avanzaban, la emoción comenzaba a reemplazar el nerviosismo en el rostro de Hyunjin. Incluso Félix parecía haberse contagiado de ese entusiasmo, ya imaginando la reacción de su amigo cuando todo estuviera listo.

Luego de un par de horas, y tras acumular un montón de ropa sobre la cama, se tumbaron sobre el desastre que habían creado, exhaustos pero satisfechos. Hyunjin soltó una risa suave, sintiendo cómo el peso de la ansiedad se desvanecía un poco.

— Estoy ansioso por el concierto de mañana. — confesó en un susurro— pero me da miedo no volver a ver a ese chico.

Félix lo miró, con una calidez en los ojos que siempre que se tratara del mayor dejaba ver.

— No te preocupes, Hyunjin. Si no es esta vez, será en otra. Y si nunca sucede, de todos modos, has aprendido toda la discografía para disfrutar este concierto como nadie más. Prometo que valdrá la pena, ¿de acuerdo?

Hyunjin asintió, esbozando una sonrisa que, aunque nerviosa, tenía un brillo de esperanza. Por primera vez en meses, sintió que mañana podría ser el día.

𝑻𝒉𝒓𝒆𝒂𝒅𝒔 𝒐𝒇 𝒇𝒂𝒕𝒆  - 𝒉𝒘.𝒉𝒋 ,, 𝒌𝒎.𝒔𝒎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora