~Dentro de esta locura infantil, tú me salvarás esta noche...
Sakura era intensa.
Chaewon se dio cuenta de eso al día siguiente, cuando estaba siendo arrastrada por su media hermana en el centro comercial hacia el cine, ignorando sus súplicas para que la soltara.
—¡Agarra carácter, Chaewon! —le decía Sakura, sin importarle las miradas que recibían—. ¡Eres una Kim, así que debes tener el carácter fuerte!
La omega no sabía a qué se refería. ¿Poseer una personalidad fuerte? ¿Y cómo podía hacer eso? ¡Para comenzar, era muy tímida y, porqué no decirlo, apagada! Le costaba demasiado hablar frente a desconocidos sin tartamudear, sus colores eran sólo blanco, negro y gris. Ella no era colorida, expresiva, fuerte y llamativa. Ella prefería esconderse detrás de sus amigas y dejar que hablaran por ella.
—La estás asustando —dijo su padre más tarde, mientras cenaban fuera, en una barbacoa carísima a la que la llevaron—. Chaewon siempre fue un poco retraída, Sakura. Desde pequeña...
—Pero no lo entiendo —replicó Sakura, indignada—. ¿Cómo se ha agarrado a dos novias?
Esas palabras la hicieron enrojecer con fuerza, queriendo hundirse en su asiento. ¿Es que acaso su padre le contó a toda la familia? ¿Y en qué momento?
El adulto la miró con disculpa.
—¿Era un secreto? —preguntó.
—No —admitió Chaewon, y Sakura la observó con aprobación—, pero es distinto. Ellas...
Ellas son miles de colores, ellas son lo que yo no soy. Ellas me complementan allí donde yo soy monocroma.
—Chaewon —habló Sakura—, pues está bien que tengas dos novias. En algunos países no es algo nuevo. Por ejemplo, en América es normal, ¿qué tal si vamos para verano allá? De seguro te consigo otras dos novias Americanas. ¿Qué tal brasileñas o chilenas? Esas son las más atrevidas.
¿Cómo podía hablar tan rápido?, se preguntaba Chaewon, mirándola con desconcierto. No era desagradable o invasiva, era un poco gracioso verla hablar con tanto entusiasmo, pero no estaba acostumbrada a eso. A tanta intensidad dirigida hacia ella, como si fuera el centro de atención de alguien. Incluso con Kazuha y Yunjin era distinto, porque ellas tenían problemas que resolver y una carrera que estudiar. Si bien la mimaban y consentían, ella consideraba que no era, todavía, ese centro.
Sin embargo, Sakura era... era muy, muy intensa. Y lo comprobó más tarde, al regresar a casa, y la alfa fue a su cuarto con su pijama, acostándose a su lado en la cama.
Chaewon pensó que se tensaría. Que le pediría que se fuera, que se alejara unos centímetros. Pero al olisquear el suave y cálido aroma de la alfa, la canela acunándola como el hogar que ansiaba, su omega pareció rendirse, y dejó el cómic que estaba leyendo.
—¿Chae? —preguntó Sakura, amable, y esta cerró sus ojos brevemente, acurrucándose al lado de la mayor—. ¿Pasa algo?
—No sé —admitió la omega—. ¿Necesitas algo, unnie?
—Claro. Cuéntame de tus alfas.
Sakura la cubrió con las frazadas y la abrazó por los hombros, arropándola contra ella. Casi de forma inevitable, Chaewon comenzó a hablar:
—Son amigas —admitió—, se llaman Kazuha y Yunjin. Las conocí hace varios meses, cuando ellas fueron al café donde trabajo. Yunjin era muy rápida al inicio y me pedía salir con ella, muchas veces...
—Suena como una idiota.
Esas palabras la hicieron reír apenas, sintiéndose ligera como una pluma en brazos de su media hermana. Que agradable era, pensó, y es que era distinta a sus novias. Sakura inspiraba en ella una extraña confianza y tranquilidad, haciéndola reír con naturalidad, funcionando como una especie de imán a su alrededor. Era ese tipo de relación que no te provocaba loca emoción y amor entrañable, sino calma, firmeza y sosiego, sabiendo que no tenías que preocuparte de algo, pues sabes que ella iba a estar allí para ti.
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monocromía; hot summerz
RomanceTodo era una apuesta. Un juego. Porque, ¿quién iba a enamorarse de esa omega tan triste y monocroma? omegaverse; yunjin y kazuha g!p adaptación © Hobibuba