La resiliencia de Allison Sallow.

|35|

____________
•STARS•
———————

Llevábamos tres dias en el norte, durmiendo en pequeñas tiendas a la intemperie, el instinto de Aidan decía que algo había ahí y yo no soy nada para contradecirlos a ellos. Eso y que también sentía una fuerte energía extraña de ese lugar. La noche nos cubrió y mi mirada seguía fija al cielo plagado de estrellas, hermosas y brillantes estrellas.

El brillo de las estrellas me hizo pensar en Alexander, en nuestro momento bajo las auroras, en la manera en que cambio mi vida. Es muy curiosa la manera en la que todo cambia si decides apreciar lo bueno que se te presenta. Me puse de pie con dificultad y tomé un abrigo para cubrirme del frío nocturno, algo peculiar en este lugar era lo alejado que estaba del bosque, todo era cubierto por un gran valle.

—¿A donde vas?—Escuche la voz de Aidan a mi espalda y me gire para observarlo, para observar a mi hermano bajo la luz plateada de la luna.

—No consigo dormir.

—Lo extrañas ¿no?—Pregunta sentándose. Negué con mi cabeza, claro que me había acostumbrado a dormir con Alex, en el mismo lugar, a su cercanía, su calor. Pero esta noche, en noches así, me invadía una profunda nostalgia y pensaba en ella, en la maravillosa Melissa Bennet de Sallow. —Es mamá.

Nunca había sabido como ocultarme a mi familia, ni a Aidan, ni papa, ni Chloé, ni mucho menos a Kian, ellos siempre sabían leerme cual libro de poemas.

—Se ve hermoso el cielo ¿no crees?—Aidan se levanta saliendo de su tienda y parándose a mi lado, luego paso uno de sus brazos sobre mis hombros dándome el confort de hermano mayor.

—Es porque ahí esta mamá Allie—Sus ojos azules se encontraban fijos al cielo, a la luna y las estrellas adquieriendo un majestuoso brillo, llenos de ilusión y añoranza. —Es más hermoso desde que ella esta ahí.

—Y todo es más triste acá—murmuro bajando mi vista a mis pies.

—Un poco sí—Responde y mi vista se vuelve a él–, pero donde sea que nos este mirando, sé que tiene esa sonrisa ridículamente risueña que solía llevar.

–¿Cómo crees que sea?—Pregunto–, hablo de morir. ¿Como crees que se sienta todo después de la muerte?

—Para ser honestos no creo que sea tan terrorífico como para los que se quedan...—Responde y logro ver una pizca de dolor en su faz–, la persona que muere simplemente se va, pero el vacío que nos envuelve a los que nos quedamos nos cambia todo.

—¿Que crees que este haciendo mamá allá arriba?—Alzo mi mirada al cielo–, ¿crees que recorre su vida una y otra, y otra vez hasta llegar al mismo punto de partida?

El mira al mismo lugar que yo y a la misma estrella al parecer —No lo creo—Niega–, quiero creer que ella esta en un lugar donde no pasan los días ni el tiempo, ella esta ahí simplemente esperando que los demás nos unamos a ella. Ella esta esperando nuestro tiempo pacientemente.

Y por una vez sus palabras me reconfortaron, si yo debía morir, encontrarme con mi madre seria una recompensa a todo. Pero sus palabras sobre los que se quedan también sonaban en mi mente, el dolor que sentirían todos me convertiría en una absoluta egoísta.

—¿Cómo crees que sería una vida sin mi?

—No digas tonterías—Me da un ligero golpe en el brazo con su mano libre—, una vida sin Allison "enana" Sallow sería un caos. No es lo mismo saber que estas en algún lugar de la tierra repartiendo insultos, a saber que nunca más podrás volver a respirar.

—Aidan, yo...—Tenia que hacerlo, necesitaba contárselo a alguien, decir la verdad.

—¡Chicos!—Interrumpe Brand señalando a la pradera. Mi mirada se dirige a donde su dedo apunta y una breve luz azul llama mi atención. Brand se une a nosotros junto a Kian y los demás. Comenzamos a andar en busca de la luz, pese a la ahora abrumadora oscuridad.