Capítulo 5

1 0 0
                                    

Mientras tanto, el mundo exterior no se detenía. Los seguidores de Helena, como siempre, estaban atentos a cada uno de sus movimientos, y empezaban a notar pequeños cambios en su comportamiento. Aunque ella no había hecho nada explícito para anunciar su relación con Emma, los rumores comenzaron a circular. Los comentarios, algunos llenos de curiosidad y otros de juicio, empezaron a aparecer en sus redes sociales.

"¿Qué está pasando con Helena? ¿Por qué no sube tanto contenido?"

"¿Acaso está tomando un descanso o se está alejando de las cámaras?"

"¿Está con alguien? ¿Será Emma?"

Helena no podía evitar leer esos comentarios. La presión de su vida pública comenzaba a sentirse más intensa, como si cada gesto, cada palabra que decía, estuviera siendo observada y juzgada por miles de personas. Emma, que ya no compartía mucho de su vida personal con los demás, estaba ajena a todo esto, pero Helena sabía que no podría protegerla de la exposición por mucho más tiempo.

Una tarde, mientras caminaba por el parque, con Emma a su lado, Helena dejó escapar una risa nerviosa al mirar su teléfono.

— Los rumores no paran. —dijo con una mezcla de irritación y cansancio—. Parecen más interesados en mi vida personal que en cualquier otra cosa.

Emma, que hasta ahora había sido un refugio tranquilo para ella, miró la pantalla del teléfono y luego sus ojos se encontraron con los de Helena.

— Si no quieres hablar de nosotros, no lo hagas. No tienes que compartirlo con ellos.

Helena suspiró, sintiendo una profunda tristeza en su pecho. Lo que Emma decía tenía sentido, pero la vida de Helena ya no era tan sencilla. Todo lo que hacía era observado y comentado.

— Es que no sé si quiero esconderlo. No sé si quiero esconder lo que siento. Pero también tengo miedo de perder todo lo que he construido, ¿sabes? Mi carrera, mi imagen... lo que ellos esperan de mí.

Emma tomó su mano con suavidad, mirándola profundamente, como si fuera capaz de entender cada una de las inseguridades que Helena había estado guardando.

— Lo que ellos esperan no define quién eres, Helena. Y si alguna vez llegas a perder algo por ser tú misma, tal vez eso no valía la pena desde el principio.

Helena se quedó en silencio, sorprendida por la sabiduría en las palabras de Emma. De alguna manera, Emma tenía razón. Lo más importante era ser fiel a sí misma, aunque eso significara desafiar las expectativas que otros tenían.

Ambas se quedaron ahí, tomadas de la mano, mientras el sol comenzaba a ponerse, cubriéndolas con una cálida luz dorada. En ese instante, Helena comprendió que, aunque el mundo pudiera seguir girando a su alrededor, había algo mucho más importante en su vida ahora: la posibilidad de ser verdaderamente feliz, sin filtros ni expectativas. Juntas.

Continuará...

Juntos en la RealidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora