Capítulo 3: Deseos honestos

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¿Será que ni en mis sueños me dejas en paz? Supongo que María tenía razón, la oxitocina no fue una buena idea.

Arrugó entonces sus ojos y un sonido extraño la distrajo. Una pequeña y blanca mariposa revoloteo enfrente de su ventana golpeando el cristal tratando de entrar.

Susana solo sonrió y con una mirada pícara hablo para sí. Se trataba de Tobi, su mejor y más fiel enamorado.

Sin perder el tiempo abrió la ventana y así mismo en ropa interior se lanzó desde lo alto gritándole que la atrapara. En el suelo un joven hombre gato le sonrió. Estiró sus manos al frente y una conglomerada cantidad de mariposas la atrapó y la hizo caer levemente mientras cubrieron su cuerpo formando una especie de vestido blanco.

Te ves hermosa -

Pero Susana solo gimió, el movimiento de las patas de las mariposas por todo su cuerpo la ruborizó completamente, haciendo a esta realizar una petición muy usual en ella. Se apretó un seno con la mano derecha mientras la izquierda recorrió su ombligo hasta quedar sobre su genital. Mordió su labio inferior y con una mirada coqueta e imponente se lo pidió.

Tendrás que hacerme un biquini solo de mariposas...-y le guiñó el ojo.

Él la ignoro como de costumbre y la felicitó por su cumpleaños.

Susana le exigió su regalo de 15 años y Tobi la agarró por la mano y la arrastró hacia el bosque.

Tobiiiii, ¡qué sucio! -Suspiró - ¿Regalarme una noche en medio del bosque?

Entonces se paralizó. Terminaron en un campo de orquídeas color rojo y centro iluminado de amarillo adornado todo aquello con la luz de las estrellas, la gran y completa Luna y un montón de luciérnagas de brillo azul y amarillo revolotearon las flores resaltando su belleza. Susana solo pudo elogiar aquella escena, pero Tobi la detuvo.

Las mariposas de su vestido brillaron llamando la atención de las luciérnagas. Estás se le acercaron en una danza mágica que acabó con un diseño bicolor más allá de la imaginación pervertida de la pequeña princesa. Tobi agarró una orquídea y se la situó en sobre el oído izquierdo para mirarla fijamente y decirle lo que ya sabía.

Te amo...tanto -

Más ella sintió que aún le faltaba algo y se agachó sensualmente para agarrar otra y ponérsela entre sus pechos de forma muy atractiva. Se le acercó lentamente y apretando su cuerpo junto al suyo le acarició la nariz con la suya para terminar con sus labios dónde los de él. Tobi se erizó de punta a cabo y cuando intentó responder Susana se alejó sonrientemente dejándolo más entusiasmado y deseoso de algo más.

Se puso entonces a danzar, y con cada pirueta los insectos se desprendían del vestido siguiéndole el ritmo en un baile de luces completamente primordial mientras la mirada enamorada de Tobi no la dejaba de perseguir ni un instante, pero accidentalmente una de las mariposas rozó levemente el ojo de Susana y en un movimiento inconsciente la manoteó lanzándola sobre las flores.

¿Pero qué has hecho? -le gritó Tobi irritado en gran medida y Susana trato de simularse molesta para llamar su atención, más no lo consiguió.

Tobi la ignoró completamente mientras situó toda su atención en arreglar el ala rota de la pequeña mariposita. Susana se le acercó lentamente, preocupada.

¿Qué pasó? ¿Por qué reaccionaste así? No me lo esperaba -

Más su respuesta la cautivó por entero.

Sabes que no tengo familia. Estas pequeñas linduras son lo más cercano a una que tengo -Le mostró un frasco lleno de huevos.

-Las cuido como su padre desde antes de nacer y las acompañó en todo el trayecto de su vida hasta el día de la muerte -La miró fijamente a sus ojos.

Multiverso. Parte 1. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora