Capítulo 12: Profesía.

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Otro lado de la bahía, proximidades del castillo…

-¿Pero qué demonios es eso? -gritó el rey mientras corría a toda prisa hacia el tsunami que amenazaba con inundar la región cercana al castillo. Activó sus poderes oculares y una miríada de hilos transparentes salieron de sus ojos hasta tocar la inmensa ola, absorbiendo de a golpe toda su energía cinética y haciéndola regresar al mar sin ningún espaviento.

El cuerpo de Charlie no había terminado de regenerarse cuando Conrad le pasó corriendo por el lado en dirección a su casa, completamente magullado, seguido luego por Roko.

-¡Conrad, qué crees que estás haciendo! –

Mas este no le escuchó, caminando sobre el agua de tanta velocidad en sus pasos, obligando a Roko a nadar a toda prisa mientras le gritaba que se tranquilizara.

Los poderes oculares del Rey iban absorbiendo la energía calorífica de la lava de los bordes de la bahía, pero al ser toda una ciudad eso iba a llevar un poco más de tiempo, pero lo más preocupante fue cuando Charlie comenzó a obtener dos lecturas diferentes del cuerpo de Conrad, una de las cuales le decía ser una criatura omnipotente destructora de universos.

Corrió tras él a toda prisa, pero este ya se había adentrado en el mar de lava.

-¡Papáaaaaaa! -gritó, corriendo a toda prisa mientras la lava se desplazaba para dejarlo pasar.

Iba tan rápido como podía mientras miraba con sus aguados ojos al lugar donde debía estar su hogar. Al llegar sacudió toda la lava en busca de algún rastro de vida, pero al no encontrarla se comenzó a fragmentar.

-¡No, no puede ser, papá, papá! ¡Papáaaaaaa! –

Todo el lugar se desplomó como si se hubiera caído desde el espacio mientras el fuego comenzaba a emanar desde su cuerpo formando un torbellino que consumía hasta la lava mientras su cuerpo se emblanquecía y se llenaba de garabatos negros.

Trece esferas aparecieron sobre él con un golpe de fuerza que revolcó todo mientras se colocaban en su cuello y dos enormes cuernos comenzaban a nacer de su cabeza.

El Rey activó sus poderes oculares para apaciguar la destrucción, pero en cuanto el hilo transparente tocó a Conrad su esencia se alternó con la de una bestia monstruosa y los poderes se anularon sin permitirle volverlos a usar, asustándolo en gran medida. Charlie intentó acercarse protegido de sus sellos, pero estos se desintegraron en cuanto el fuego los tocó, golpeándolo con una onda de choque que lo dejó mareado. No existía forma de acercársele sin resultar gravemente herido.

Sin que nadie lo esperara Roko atravesó el torbellino de fuego y se acercó hasta él, con su piel cambiando de color y evaporándose mientras sujetaba a Conrad por los hombros tratando de hacerlo entrar en razón.

-¡Conrad! ¿me escuchas? ¿No ves lo que estás haciendo? El planeta terminará destrozado si continúas de esta forma, sé que perder a un padre es doloroso, pero no puedes destruir el mundo que juraste proteger ¡Conrad! ¡No te creas que eres el único que sufre! Todos en este maldito Universo tenemos algo que nos aqueja -

Unas lágrimas salieron de su rostro, pero se evaporaron al instante.

-Mi familia completa fue asesinada delante de mis ojos por un sujeto borracho y rico que se libró de las responsabilidades legales ¡y no fui capaz de hacer nada! Sé que solo tenía diez años -comenzó a llorar -pero sé que hubiera sido diferente si me hubiera atrevido a reaccionar, tal vez habría salvado solo a uno o quizás me encontraría en paz con ellos y no con este arrepentimiento en mi interior -

-De nada sirve el mundo sin las personas que amas -dijo Conrad macabramente mientras unas alas de dragón comenzaron a surgir de su espalda y su piel se comenzó a fraccionar, ante lo cual Roko lo abofeteó.

Multiverso. Parte 1. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora