La luz suave de la mañana se filtra por las cortinas, iluminando la habitación con un resplandor dorado que contrasta con la penumbra de la noche anterior. Te despiertas lentamente, con tus sentidos aún atrapados entre el sueño y la realidad. Al abrir los ojos, lo primero que ves es a Jimin, de espaldas a ti, junto a la mesa baja del dormitorio.
Está completamente desnudo, con el cabello despeinado cayendo ligeramente sobre su espalda musculosa. Está sirviendo una copa con movimientos tranquilos, cada línea de sus músculos se ve más definida bajo la luz que baña su piel. Tu mirada se desliza involuntariamente por su espalda, notando los tatuajes que la adornan, patrones intrincados que parecen contar historias que aún desconoces.
Te permites un momento para observarlo, para grabar esta imagen en tu mente. Los tatuajes de su espalda son un enigma, una mezcla de símbolos y formas que parecen fluir como un río caótico. Tu atención se fija en uno de ellos, un diseño en su brazo que representa olas desbordantes bajo una tormenta, con rayos atravesando el cielo.
Jimin, como si percibiera tu mirada, se gira parcialmente y te lanza una sonrisa suave, con un destello travieso en los ojos.
—¿Te gusta lo que ves? —pregunta con una risa baja, mientras se acerca a la cama con la copa en la mano.
Te sientas, cubriendo tu cuerpo también desnudo con la sábana. Te recuestas contra la cabecera, sin apartar los ojos de él.
—Mucho —respondes, con una mezcla de sinceridad y diversión—. Pero estaba mirando tus tatuajes... nunca me había fijado bien en ellos.
Jimin se sienta a tu lado, apoyando la copa en la mesita junto a la cama. Extiendes la mano hacia su brazo, y tus dedos rozan suavemente el diseño de las olas tormentosas, siguiendo el flujo de los trazos que cubren su piel.
—Este... —dices en un murmullo—, parece tan... caótico y a la vez tan hermoso. ¿Cuál es su historia?
Por un momento, su mirada se pierde en el tatuaje, como si reviviera un recuerdo antiguo.
—Fue mi primera incursión... —dice finalmente, su tono bajo, casi melancólico—. Apenas tenía ocho años.
Jimin mantiene la mirada fija en el tatuaje, como si cada línea lo transportara a un recuerdo profundamente enterrado. Tú esperas en silencio, curiosa.
—Como sabes, en la manada, la primera incursión no era solo una prueba... era una declaración de intenciones de cada cachorro lobo—comienza, su voz baja, con un tono cargado de nostalgia—. Era nuestra forma de demostrar que pertenecíamos, que éramos dignos de la sangre que llevamos.
El recuerdo de tu primera incursión aparece en tus pensamientos... Sabías que era una prueba dura, casi despiadada, diseñada para templar a los más jóvenes en la adversidad. Jimin tenía dos años más que tú, y su incursión ocurrió antes de que tú fueras considerada lo suficientemente mayor.
Él respira hondo, con su mirada ahora perdida en la distancia, como si estuviera viendo algo que tú no podías.
—Aún puedo recordar a Harald supervisando cada centímetro de la vela antes de zarpar... —hace una pequeña pausa, y ves como una ligera sonrisa se dibuja en sus labios— Quién le diría a ese niño de 8 años, que ahora como alfa repite los mismos patrones que el anterior.
Harald fue el anterior alfa de la manada, un hombre que todos respetaban. Frío y calculador en sus decisiones, pero con un corazón que marcaba la diferencia.
—Su presencia calmaba incluso a los más jóvenes, aunque en el momento, yo no lo entendía del todo. Solo quería impresionar a todos, especialmente a él. —continúa Jimin... — Al principio, todo iba bien. Navegamos como un grupo, con los mayores instruyendonos, enseñándonos a leer el mar, a anticipar sus caprichos. Yo absorbía cada palabra, cada lección, creyendo que todo era tan glorioso como decían las historias... Y luego, llegó el tercer día.
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LOBA | Jimin (+18)
FanfictionLánzame a los lobos y volveré para liderar la manada... 🐺🔥