Capitulo 5:
Eugenia entro primero al cuarto aún sosteniendo la mano de Nicolás, el ruido de la puerta cerrándose detrás de ellos hizo poner el aire mas pesado, la chica se dio vuelta y lo miro, el la beso (Pero no comiéndosele la boca como acostumbraba a atacar Candy, la beso lento y ella siguió su ritmo quedando completamente hipnotizada).
-date la vuelta- le ordeno Nicolás y ella obedeció (Lo cual era raro ya que Eugenia siempre era la que controlaba la situación), el cuerpo de la chica se estremeció cuando sintió la erección del chico apretada en su trasero y la respiración agitada de Nico subiendo por su cuello hasta llegar a su oído- ¿estas nerviosa?- le susurro
-no- respondió segura Eugenia (Aunque sabia muy bien que eso era una enorme mentira), la mano de Nico comenzó a tocar cada centímetro del trasero de Candy, el tacto era increíblemente fantástico y nadie podía negarlo, menos ella que era la suertuda que había quedado en manos del nuevo integrante de la familia
-abre las piernas- dio una nueva orden y Eugenia sin pensar instintivamente separo un poco las piernas, su corazón se acelero y una ola de calor inundo su cuerpo cuando la mano de Nicolás se metió dentro de sus pantalones y comenzó a bajar mucho más por su trasero hasta el punto de tocar su vagina (Ya mojada)- ¡Mierda! No sabía que te mojabas tan rápido- gruño el rubio en su oído, (Ella tampoco sabía que se mojaba tan rápido, hasta hoy), comenzó a tocarla delicadamente hacía arriba y hacía abajo (Si Nico quería limpiar aquel rio que había allí abajo su tacto no ayudaba mucho y su pene duro en su trasero tampoco aportaba)
-Nico... yo...- musito Eugenia en un gemido
-¿Qué sucede hermosa, quieres que pare?- pregunto Nico
Eugenia sentía ira, mucha ira, ¿Cómo era posible que ella estuviera a punto de correrse y el estuviese prácticamente como si nada?, ella siempre había sido la que los hacía gritar, ellos siempre le pedían más a ella, pero en este momento ella parecía ser la única que quería pedirle eso, sin embargo Nicolás Riera la tenía a sus pies, la podría follar en este momento aunque a ella la ira le comiera el estomago.
Nicolás coloco su mano en el estomago de la rubia y la tiro un poco para atrás, apegándola más a el, Eugenia gimió por lo bajo (Ese chico la estaba volviendo loca), cada parte del sexo de la chica estaba disfrutando el tacto que le brindaba aquel chico, ¡Tenia unas manos milagrosas!, no dejaba ni un solo centímetro por recorrer, se aseguraba bien de que sus delicados pero grandes dedos recorrieran toda su piel delicada; los latidos de Eugenia se volvieron más fuertes, rápidos y seguidos cuando sintió como uno de los dedos de Nicolás trataba de penetrarla, podía jurar que el corazón se le iba a salir disparado del pecho, estaba nerviosa como si fuese la primera vez que la iban a penetrar con los dedos, pero a la vez estaba ansiosa porque lo hiciera, como toda una Puticienta.
-¿te lo meto, o no te lo meto?- le susurro en el oído Nicolás tratando de volverla aún más loca de lo que estaba, Eugenia no contesto, estaba muy ocupada tratando de controlar sus emociones, su conciencia y su cuerpo que se encontraba débil como para responder a aquella pregunta.
Un escalofrió recorrió la espina dorsal de Candy cuando Nicolás quito su mano de su feminidad y después la saco de sus pantalones mas no se alejo de ella, agarro la barbilla de la chica delicadamente y la obligo a mirarlo a los ojos, el chico la examino unos segundos y le dio un corto beso en los labios para después sonreírle con su hermosa dentadura blanca, esa sonrisa lo único que logro fue que a Eugenia se le aumentara el deseo de volverlo a besar y eso iba a hacer, pero el se le adelanto y se separo de ella, dejando el trasero de la rubia respirar de la presión del pene del rubio, camino hacía la puerta y no la volteo a ver, simplemente salió del cuarto sin decir nada.
¡¡¡¡¡¡CONTINUARA!!!!!!
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Puticienta
FanfictionPuticienta. Ella no logro escapar de su malvada madrastra y sus dos hermanastras, su hada madrina no pudo sacarla de su encierro, ella nunca pudo usar ese hermoso vestido con el que su príncipe la vería y como en los cuentos de hadas se enamoraría...