Cap 36

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Absorbí la nariz, estaba resfriada; eso significa mucho, mucho moco. Termine de colocarme los zapatos y me pare de la cama. 

Hoy saldría con Julian, y claramente con Fátima. Ya que como le dije, le compraría vestidos de princesas. Adoro esa pequeña.

—De tanta comida ya estas gorda—Hablaron desde mi puerta. Mierda, Estefanía.

—Cállate—Dije molesta. Esta mujer me molestaba. Apenas comenzaba la mañana y ella ya estaba con su mala onda.

—A ver si vas más al gimnasio—Me miro de pies a cabeza y se rio yéndose. Mire mi reflejo en el espejo y levante un poco mi buzo. Tiene razón, estoy gorda.

—Hija, hoy no iré al trabajo—Anuncio mi padre entrando por la puerta. Como de costumbre, lo trate secamente.

—Bueno.

—No ando bien, prefiero quedarme aquí. Estefanía saldrá a comer con unas amigas—Y con eso se retiró de mi habitación.

Odiaba evitarlo, pero él no odió tratarme mal y preferir a la puta de Estefanía.

Baje a la cocina y solo estaba María. Le sonreí y solamente tome la tostada que estaba en la bandeja de mi desayuno.

— ¿Solo comerás eso?—Mire la tostada y asentí.

—Si—Con eso me di vuelta y tomando las llaves del auto, me retire de la que ahora ya ni sentía tanto como mi casa.

Conecte mi teléfono en el auto y coloque una canción. Oh si, electrónica.
comenzó agitar el auto. Verdaderamente la electrónica, me apasiona.

Sabía que salía a cada rato en los periódicos "pequeña Sabatini" ese siempre era el título. Mas sobre el tema de que tengo novio, pero no me molesta en absoluto. Estoy bastante acostumbrada, como que digan que soy muy fiestera al igual que mi hermana. Metiches.

Iba entrando en el barrio de Julian. No me gustaba ese barrio, era aterrador. Mi coche era caro, demasiado caro y no tardo demasiado en llamar la atención. Automáticamente subí el vidrio de las puertas y seguí mi andar por la angosta calle. Llame rápido a Julian diciéndole que estaba afuera y que saliera rápido con Fátima. No quiera tolerar las miradas, que no eran ciertamente directas hacia mí, sino a mi llamativo coche.

"entra"-Fue lo único que recibí de su parte. Temerosa baje del coche, una señora que pasaba miro mi bolso luego a mí, y volvió su mirada a mi bolso. Continúa mi caminata hacia la no muy grande puerta de la casa de Julian. La casa era pequeña, pero parecía acogedora. Toque la puerta con nerviosismo.

—Hola—Abrió una mujer, no muy mayor.

—Hola—Sonreí nerviosamente.

— ¿Buscas a alguien o andas perdida?—Dijo mirando mi atuendo, más que nada mi bolso—. Digo, no creo que seas de por aquí cerca—Me miro sonriendo.

—No, no soy de aquí. ¿No me reconoce?—Pregunte, pero talvez no sea de esas mujeres que miran todo el tiempo noticias o solo saben de mi prima, Paris. La cual no se lleva muy bien conmigo, por caso de que mi abuelo, dejo todas sus pertenencias a mí y mis hermanos.

—No lo siento—Dijo luego de examinar mi rostro y tratar de encontrarme conocida.

—Bueno—Sonreí— ¿Esta Julian y la pequeña Fáti?—Pregunte.

—Claro, ahora los llamo. ¿A quién nombro?

—Oriana—Sonreí, ella automáticamente sonrió.

—Así que tú eres Oriana—Dijo riendo, yo solo sonreía, no entendía cuál era la causa de su risa.—Pasa linda, pasa.

—Julian cariño, Oriana está aquí—Grito levemente la mujer. Al rato Fátima y Julian aparecieron frente a mí. Julian se acercó y beso mi mejilla.

— ¿De dónde se conocen?—Pregunto la señora curiosa.

—Mamá—Advirtió Julian. Con que es su madre, si, tienen cierto parecido. ¿Cómo no lo pensé antes?

-Porque eres estúpida—Hablo "mi yo misma"

-Ni que fuera Lara- Reí ante mis pensamientos, estoy loca.

— ¿Qué? Quiero saber cómo se conocieron, es tu amiga ¿No?—Sonrió su madre.

—Nos conocimos en un pub. Y no fue nada agradable en un principio—Reí yo, pero Julian solo estaba serio. Creo que la cague.

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