17 de octubre de 2024, 22:07.

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Miguel no pudo evitar reír mientras miraba el primer mensaje de Silvia. Aquella forma despreocupada, casi provocadora, era tan característicamente ella que parecía un reto constante.
—Me debes una clase de yoga, un rollito vietnamita… y tenemos un cine pendiente. —El mensaje de Silvia llegaba cargado de esa energía que desbordaba incluso a través de una pantalla. Para rematar, un guiño cómplice: Pd: el texto no es del chat GPT 😜.
“Jajajajajajajaja, me apunto a todo!!!!!!!” escribió él sin dudarlo. Era fácil dejarse llevar por el entusiasmo de Silvia.
Esa chispa parecía impregnar todo lo que hacía. Incluso en mensajes rápidos, improvisados, había algo magnético en sus palabras. Miguel, apoyado en la barra de su cocina, tomó un sorbo de vino mientras sus dedos deslizaban rápidamente otra respuesta.
—Me lo pasé súper bien, Silvia.
Ella no tardó en responder:
—Eso significa que estoy contratada para el siguiente Wine. Eso sí antes no he montado el AntiWine.
Miguel se rió entre dientes. “Silvia y sus ideas locas”, pensó. Le gustaba cómo jugaban con conceptos que parecían inventar sobre la marcha, construyendo un mundo de bromas internas que solo ellos entendían.
—Lo podemos discutir con unas cervezas —escribió.
Ella no se hizo esperar.
—Soy mujer de vino, sorry.
Miguel levantó la ceja, como si ella pudiera verlo. “Qué capacidad para cerrar temas con una línea”, pensó.
—Pues lo discutimos con vino, ¡mira qué fácil!
Así fluía siempre con Silvia: una mezcla de bromas, planes improvisados y, de fondo, una conexión que parecía no necesitar mucho para afianzarse.

Anais con VDonde viven las historias. Descúbrelo ahora